La del 9 de abril de 1994 no es una fecha cualquiera para Lionel Andrés Messi. Es posible que Leo no lo recuerde, pero este martes se cumplen 30 años del primer gol “oficial” de la Pulga. Lo hizo jugando para Newell’s y ante Ateneo Pablo VI. El resultado fue 6-0 y esa jornada el campeón del mundo en Qatar 2022 convirtió cuatro goles.

“Esa tarde no pudo atajar el arquero y me mandé. Mi papá y mi mamá dicen que cuando era chiquito atajaba bastante. Así que sí: soy el primer arquero al que Messi le hizo un gol”, suelta risueño Federico Guillermo Cano, el niño que firmó la planilla con la número 1 de Ateneo Pablo VI el 9 de abril de 1994.

El registro al que accedió Clarín está celosamente guardado por las autoridades de la Liga Rosarina. “Los archivos nuestros son enormes. Imaginá que jugamos 25.000 partidos por año y cada uno tiene una planilla. Pero las de Leo las separamos todas porque algún día pueden formar parte de un museo o incluso pueden quedar para el recuerdo de su familia”, cuenta el presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaría.

La hoja del debut de Messi en 1994 conserva los detalles y la buena caligrafía de los delegados de Newell’s y de Pablo VI. Leo se anuncia en el octavo lugar y con el carnet número 99.231. La Pulga firmó la planilla como Lionel, en mayúsculas, y anotó su primer póker de goles. El duelo comenzó a las 16 y se disputaron dos tiempos de 15 minutos. El árbitro que señaló un gol de Leo por primera vez fue Sergio Pepio.

La planilla oficial del primer partido de Messi en las Inferiores de Newell's. Fede Cano, el arquero rival. Foto: Liga RosarinaLa planilla oficial del primer partido de Messi en las Inferiores de Newell’s. Fede Cano, el arquero rival. Foto: Liga Rosarina

El tiempo pasó y se cumplen 30 años de esa jornada donde todo comenzó. La historia de Messi se conoce al extremo. Incluso los goles que hizo en las Infantiles de Newell’s, entre 1994 y 1999: 234 goles en 176 partidos, según una investigación del periodista Carlos Durhand, del diario La Capital.

Pero, ¿qué fue de la vida de Federico Guillermo Cano, el primero de los arqueros vencidos por Messi?

“Ese día atajé porque nuestro arquero estaba con fiebre y lo mandaron a la casa. La verdad, tengo apenas el recuerdo de que en un par de partidos fui al arco porque me gustaba y en los entrenamientos me ponía los guantes. Mi mamá, Alvia, y mi papá, Benito, dicen que se acuerdan de todo. Uno de mis hermanos asegura que Messi me metió todos los goles desde afuera del área”, le dice Cano a Clarín.

La cancha de Ateneo Pablo VI, donde Messi anotó sus primeros goles, ya no existe: el club se mudó a Boulevard Seguí y Garzón. Como en casi todas las grandes ciudades de Argentina, el cemento y la tecnología fueron arrasando con los potreros. Ahora, en el sitio en el cual Leo festejó por primera vez irrumpe el edificio de la Universidad Católica de Rosario. “Acá estaba la cancha de Baby y enfrente, donde está el supermercado, era la de 11”, cuenta Cano desde la esquina de Avenida Pellegrini y Crespo.

Federico Cano con la camiseta de Pablo VI y en la UCA Rosario, donde se jugó el primer partido de Messi en Newell's. Foto: JUAN JOSE GARCIAFederico Cano con la camiseta de Pablo VI y en la UCA Rosario, donde se jugó el primer partido de Messi en Newell’s. Foto: JUAN JOSE GARCIA

“Haber jugado en contra de Messi es un orgullo. La categoría 87 de Newell’s era impresionante. Le decían ‘La Máquina’. A mí me tocó marcarlo a Leo porque hice casi todas las Inferiores de lateral izquierdo. Alguna patada le debo haber pegado. De la que no se olvidan nunca en mi familia es de un patadón que le metí al Fideo Di María, una tarde que jugamos contra Rosario Central. Él es categoría 1988, pero como era tan bueno lo subían a la 87. Mi viejo dice que lo hice volar dos metros por el aire”, rememora Cano. Y aclara: “Tanto Leo como Ángel eran imparables ya a los 7 años”.

La carrera de futbolista a Cano se le frustró por un accidente en moto: estuvo dos años para recuperarse de una severa fractura de fémur. “Me enfoqué en terminar el secundario y ya después me puse a trabajar”, afirma.

Trabajó ocho años en una fábrica de motos y luego pasó por una cerealera que lo marcaría. “Sufrimos una explosión y se murió un compañero”, explica Cano. El hecho ocurrió en diciembre de 2017 en instalaciones de la ex cerealera Nidera de la ciudad de Puerto General San Martín, en las afueras de Rosario. En la actualidad, el arquero que sufrió el primer gol oficial de Messi maneja un autoelevador para cargas y descargas en la empresa Sika.

Con el tiempo y mediante uno de sus hijos, Ciro, de 8 años, Cano volvió al fútbol. “Estoy dando una mano como ayudante en la categoría 2015. El año que viene me gustaría hacer el curso de profe”, sueña el también papá de Matías y de Morena.

Lionel Messi, cuando todavía jugaba en las Inferiores de Newell's.Lionel Messi, cuando todavía jugaba en las Inferiores de Newell’s.

Otros testigos de un día inolvidable

Matías Greco es otro de los chicos que jugó aquel partido inaugural de 1994: se movía como volante por izquierda en Pablo VI y en muchos pasajes tuvo que marcar a Messi, que ya jugaba recostado por la derecha. “Tengo registrado en mi cabeza todos los goles que nos hizo Messi. Jugábamos dos veces por año, más los torneos de verano. El Newell’s A de la categoría 1987 marcó una época en Rosario. Por lo que recuerdo de esos años, el único equipo que cada tanto podía sacarle un empate era Tiro Suizo. Entrabas a la cancha sabiendo que ibas a perder por goleada. Ellos te jugaban sin compasión y te hacían todos los goles que podían”, recuerda Greco, quien en la actualidad es el preparador físico de Sohar, de la Primera División de Omán, el estado independiente más antiguo del mundo árabe.

Y agrega:A Leo no le gustaba perder a nada. Una vez erró un penal contra nosotros y aún tengo grabada la cara de calentura que puso. Después, estuve cerca de compartir equipo con él en 1997, cuando nos citaron para representar a la Selección de Rosario en un torneo en Estados Unidos. Pero Leo no pudo ir por un tema económico”.

Agustín Luli Ruani corrió a la par de Messi en aquel debut de abril de 1994. «Con Leo fuimos un par de años a la misma escuela y después jugamos mucho en Newell’s. Compartimos muchas cosas. Incluso festejamos juntos algún cumpleaños porque nos llevamos solo seis días de diferencia», asevera Ruani desde Rosario. Y amplía: «Que Leo hiciera cuatro goles nos parecía natural. Yo pensaba que en otros clubes pasaba lo mismo con otros chicos. Recién cuando crecés empezás a dimensionar lo que ya era desde los 6 años».

Ruani, que trabaja en el Autódromo Municipal, fue parte fundamental de ‘La Máquina’ que causó furor en los potreros rosarinos. «Había una regla interna en la que no se podían hacer más de 6 o 7 goles. Entonces, un montón de partidos se terminaban antes porque llegábamos a esos goles en el primer tiempo», cuenta.

Agustin Ruani fue compañero de Messi en la escuela y en Newell's. AFP PHOTO / CARLOS CARRIONAgustin Ruani fue compañero de Messi en la escuela y en Newell’s. AFP PHOTO / CARLOS CARRION

Una voz autorizada para hablar del Messi juvenil es Enrique Domínguez, el papá de Sebastián, que dirigió a Leo en la Lepra en 1998. «Recuerdo que estaba por dejar de trabajar en Newell’s porque quería acompañar más a mis hijos en sus profesiones. Ya lo tenía decidido. Pero una tarde de noviembre o diciembre me llamó Sergio Almirón para decirme que me iba a dar la categoría de Leo. Me tuve que quedar un año más para dirigirlo”, asegura Quique.

Y continúa: “La categoría 87 de Newell’s tenía un equipazo, pero había un pibe que jugaba 100 veces más que todos: Messi. Hacía una diferencia tremenda en la coordinación y en el manejo de la pelota. Llamaba la atención su simpleza y su respeto por todos. Jamás lo reté. Y no me puedo jactar de haberle enseñado algo porque es un tocado por la varita mágica. De chiquito ya sabía todo”.

Las historias le brotan a Quique, que vio pasar por delante de sus ojos a distintos chicos con pasta de crack en las Inferiores de Newell’s, como Gustavo Rodas y Maximiliano Rodríguez. “La gente que iba a ver a las categorías menores se quedaba para ver a Messi. Capaz que aguantaban cuatro horas para verlo. Era un placer”, afirma Domínguez. Y cierra a pura emoción: “Nadie llega a ningún lado solo en la vida. Y Leo tuvo la suerte de tener entrenadores que lo protegíamos. Yo reconozco haber protegido el sueño de Leo.

Han pasado entonces 30 años del primer gol «oficial» de Messi en Newell’s. Vendrían miles después, de diferentes valores, con diversas camisetas y a distintos arqueros. Pero ahí anda Federico Guillermo Cano, ese chico que por razón del destino atajó aquella tarde del debut de La Pulga en la cancha de Pablo VI. Y tiene atrapada entre sus manos una historia imposible de igualar: al cabo, es y será por siempre el primer arquero al que Lionel Andrés Messi le marcó un gol.



Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *