Marcelo Gallardo volvió a River. Y regresó con todo. En la primera visita a La Boca en su segundo ciclo, el Muñeco le pasó lustre a su estatua y provocó otro Bombonerazo. Condujo a su equipo, con mayoría de suplentes en la formación inicial, a una victoria que será recordada en los libros riverplatenses por la incomodidad de jugar un Superclásico en medio de una contienda de Copa Libertadores.
Con un impecable ambo gris y una camisa negra, Gallardo asomó por la manga de la Bombonera y las caras de los hinchas de Boca se transformaron como si estuvieran viendo a Chucky. Con un andar tranquilo, antes de llegar al banco de suplentes, el Muñeco llevó la mano derecha a su rostro y se acomodó la nariz, aunque en el primer plano que le hicieron las cámaras pareció aquel gesto de Ángel Labruna, que entraba a la Bombonera tapándose la nariz. Es que Gallardo, gesticulaciones al margen, es el Labruna del Siglo 21. Y con sus éxitos del primer ciclo, se ganó el lugar al lado de Angelito, con esa mole de bronce que le hicieron en la puerta del club. Y ahora volvió por más gloria.
«Esta victoria vale y mucho. Vale un montón. Por la forma en la que jugó el equipo, que tuvo un compromiso tremendo para ir a buscar el partido, para no dejar que Boca nos conduzca al juego que preparaban. Este triunfo estimula y mucho», afirmó Gallardo en la conferencia de prensa. Y agregó: «No vinimos a la Bombonera a ver qué pasaba. Estuvimos presentes y estábamos convencidos».
En relación al estímulo del triunfo, Gallardo hizo una referencia hacia el duelo del martes ante Colo-Colo por la revancha de los cuartos de final de la Copa Libertadores, el gran objetivo. Por eso, puso una formación alternativa. «Teníamos que gestionar cargas, habíamos tenido un partido duro el viernes y había que renovar energías», comentó el Muñeco al respecto.
Cuando Gallardo llegó al banco de suplentes le propinaron una gran cantidad de insultos a los que no respondió y se metió de llenó en el partido, con indicaciones a sus jugadores. También, con algunos reproches al árbitro Nicolás Ramírez, quien no expulsó a Marcos Rojo, cuando el defensor mereció la roja.
Sobre la actuación de Ramírez, el entrenador de River manifestó: «Hubo condicionantes y tuvimos que abstraernos de eso, Felicito a los jugadores que estuvieron enfocados». Y de la jugada del final opinó: «Desde donde estoy, veo el brazo levantado y los que estuvieron cerca se dieron cuenta que fue mano. Menos mal que se vio claro pero se tardó en tomar la decisión».
Gallardo volvió a ser Napoleón en la Bombonera también. Su estrategia, diseñada especialmente para suplir las ausencias y hacer descansar a varios de los titulares para la revancha del martes con Colo-Colo, le salió muy bien. Con tres centrales, laterales que se proyectaban cuando podían, un mediocampo compacto y dos delanteros que aguantaban la pelota e intentaban jugar.
Hasta le dio confianza a Manuel Lanzini, que hizo el gran partido que tanto se esperaba de él en Núñez desde su regreso. «Estoy muy contento por él, se lo dije en el vestuario. Venía con la carga de no poder convertir y algunos problemitas en el proceso, y era un partido para hacer el clic y tener energía positiva».
Al fin y al cabo, como buen conductor que es, Gallardo destacó el trabajo de sus futbolistas a los que les dedicó una frase importante. «El triunfo es de los jugadores», señaló el Muñeco, el líder riverplatense.
Los números de Gallardo en la Bombonera
Con la de este sábado, Gallardo visitó la Bombonera 13 veces como técnico de River. Y fue la tercera victoria. Las otras dos habían sido en 2017 y en 2018 por la Superliga de las temporadas 2016-17 y 2018-19.
De esos 12 encuentros anteriores en La Boca, cuatro fueron por torneos internacionales (tres en Libertadores y uno por Sudamericana) y también hubo un cruce de eliminación directa por la Copa de la Liga 2020.
En total, además de las tres victorias, empató siete encuentros y perdió tres. Pero Gallardo festejó en la Boca hasta cuando no ganó, con las eliminaciones en 2015 (se computó empate tras la suspensión por el episodio del gas pimienta) y en 2019, cuando cayó 1-0 pero River había ganado la ida 2 a 0.
La victoria de este sábado del Día de la Primavera le cortó un invicto a Boca como local de casi un año. La última derrota había sido el 1 de octubre de 2023 casualmente con…River, que era dirigido por Martín Demichelis.