El escándalo terminó siendo el protagonista de la eliminación de la Selección de Uruguay 0-1 ante Colombia, por las semifinales de la Copa América. El clima caliente que primó en el campo de juego durante los 90 minutos se trasladó inmediatamente a las gradas cuando se generó un tumulto entre los jugadores de ambas Selecciones y sus hinchas. El personaje que se llevó toda la atención en aquel repentino bochorno terminó siendo el delantero Darwin Núñez, quien revoleó un sillazo hacia las gradas y se subió para terminar en medio de una batalla campal con los fanáticos cafeteros. ¿Qué hizo estallar al delantero del Liverpool?

«Simplemente fueron a proteger a su familia. Hubo una reacción natural, instintiva, de padre, de esposo, de hermano, de hijo», manifestó Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tras el partido. Tal vez así pueda resumirse el ataque de furia en el que se vio invadido el atacante charrúa, que pasó del odio al amor en cuestión de minutos.

Es que luego de ser captado desde todos los ángulos posibles liderando el altercado junto a otros de sus compañeros, entre los que se destaca Ronald Araújo, fue visto en medio del campo con su hijo en brazos, consolándolo por el mal trago que debió pasar junto a su madre.

Todo se dio en cuestión de segundos. Múltiples son las declaraciones que no permitan crear un hilo conductor claro sobre el bochornoso post partido entre Colombia y Uruguay. Lo que parece definido es que todo comenzó entre una fuerte riña entre los propios futbolistas.

Acerca de ello fue un Luis Suárez enardecido quien comentó: «Todo empieza por una sobrada de (Miguel) Borja en la mitad de la cancha que no tiene necesidad. Es un profesional que tiene que demostrar grandeza en estos partidos. Nosotros el otro día (contra Brasil) ganamos y saludamos a cada uno de los rivales. Es una falta de respeto».

Sin embargo, cuando todo parecía calmarse y derivar en los típicos festejos del equipo vencedor en el vestuario mientras los perdedores deben masticar la bronca, los uruguayos terminaron de estallar ante un ataque de los hinchas vestidos de amarillo hacia los familiares de la Celeste presentes en el estadio.

Dicho contexto se plasmó en la transmisión del partido cuando Darwin Núñez fue captado, sin su camiseta y únicamente luciendo el chaleco GPS, entre miles de cabezas presentes en la tribuna que se dividían en dos claras facciones, según cada nacionalidad. Todo llamó la atención cuando se lo vio levantar sus puños y ponerse en posición de boxeo. Más aún cuando comenzó a intercambiar golpes, mientras a la vez los recibía, contra todo aquel que se cruzaba en su camino en lo que tomó tintes de batalla campal. La situación hacía creer que el jugador no había soportado algunas chicanas de los hinchas rivales.

Pero fue el defensor Jose María Giménez quien hizo trascender la realidad. «Un sector de Colombia le hizo una avalancha a todas nuestras familias.Tuvimos que meternos para arriba de la tribuna a sacar a nuestros seres queridos… bebés chiquitos recién nacidos. Un desastre todo, no había un solo policía, cayeron a la media hora. Un desastre y nosotros ahí dando la cara por los nuestros», denunció en caliente el capitán uruguayo.

Las imágenes pugilísticas de Darwin aparecían cada vez más desde diferentes ángulos. De esa manera fue como, tiempo después de la disputa, también se filtraría un video en el que se lo ve intentando lanzar una silla de plástico hacia los hinchas cafeteros. La misma no logró tomar la altura suficiente como para impactar sobre las gradas, motivo que impulsó a que tan solo unos segundos después sea el propio Núñez quien se suba a la platea, saltando las vallas de seguridad.

Alonso, presidente de la AUF, defendió al delantero al considerar que «trataron de proteger a sus hijos, proteger a su familia, su madre, su suegra, su señora, sus hermanos. Se agravó la situación, pero es una reacción natural al percibir lo que estaba pasando«.

Dicha justificación se plasmó también en la cancha a los pocos minutos de que las redes sociales repitieran en loop su pelea contra fanáticos. Una vez los familiares de los jugadores ya se encontraban fuera de peligro, las cámaras de la transmisión del partido poncharon a Darwin sosteniendo sobre sus brazos a su hijo, quien parecía mostrarse asustado ante la situación que debió padecer y vestía una camiseta celeste con su apellido. Junto a ellos también se encontraba Lorena Mañas, pareja del jugador, a quienes se ve charlando juntos, con el pánico reflejándose en el rostro de ambos.

El comunicado de la Conmebol sobre los disturbios

Esta mañana, la Conmebol brindó su primer comunicado al respecto de la situación que hizo opacar el resultado del partido entre Colombia y Uruguay.

«La CONMEBOL condena enérgicamente cualquier acto de violencia que afecte al fútbol. Nuestra labor parte de la convicción de que el fútbol nos conecta y nos une, a través de valores positivos», comienza aclarando la federación sudamericana.

Y agrega: «No hay lugar para la intolerancia y la violencia dentro y fuera de la cancha. Invitamos a todos en los días que quedan a volcar toda la pasión en alentar a sus selecciones y tener una fiesta inolvidable».

Aún no hubo ningún comentario que se refiera exclusivamente al accionar de Darwin Núñez y Ronald Araújo, por lo que todavía se desconoce si corren el riesgo de recibir una sanción disciplinaria que pueda alejarlos de las canchas por una determinada cantidad de partidos.





Fuente Clarin

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