EEra perfecto el inicio para Racing en la final de la Copa Sudamericana contra Cruzeiro en Asunción. Pelotazo de García Basso, desborde de Maxi Salas, centro atrás para Maravilla Martínez y asistencia del centrodelantero para que Gastón Martirena convirtiera el primer gol de la tarde en La Nueva Olla, colmada por fanáticos de la Academia. Iban apenas 2 minutos y 45 segundos de juego.

Sin embargo, mientras la gente del club de Avellaneda deliraba y Gustavo Costas ebullía del otro lado de la línea de cal, el árbitro uruguayo Esteban Ostojich esperaba el okay del VAR, a cargo de su compatriota Leodán González, para convalidar la conquista del lateral. El DT mascota intuía que algo andaba mal. Gesticulaba e insultaba al cuarto árbitro a medida que pasaban los segundos y la decisión se demoraba.

Y no se equivocó Costas. En el origen de la jugada, luego del bochazo de García Basso, Salas arrancó su carrera unos milímetros adelantado. Por nada. Pero en offside. Una pena. Y más todavía porque la transmisión oficial se tomó un tiempo bastante largo para mostrar la repetición. De hecho, antes de que su pudieran observar las pruebas, Martirena ya había tenido revancha y había marcado un golazo para poner el 1-0 parcial. Merecido.



Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *