El hombre, vestido con una impecable camisa blanca, mira fijo a la cámara, dice cosas al micrófono y sonríe con naturalidad. Se nota que le sale fácil. Termina de hablar y se tira el pelo para atrás desde una de las salas del Groupama Stadium de Lyon. Se parece a una estrella de Hollywood. Del otro lado, en una terraza al aire libre que tiene como fondo la Torre Eiffel de París, la presentadora de France TV, canal que transmite de principio a fin los Juegos Olímpicos, ríe y se prende en un ida y vuelta. Existe una especie de coqueteo. El cronista que está al lado del personaje también se suma a la conversación y se lo ve alegre. «Ahora a ganar», dice Hervé Renard, el seductor, el entrenador que amargó a Argentina en el Mundial de Qatar y que ahora comanda el sueño olímpico de la Selección femenina local.

Renard es una figura familiar para los argentinos por aquel partido en que Arabia Saudita le ganó a la Scaloneta en el debut del Mundial de Qatar. Sí, el que terminó con un invicto de 36 juegos. «¿Qué estamos haciendo? ¿Esta es nuestra manera de presionar? ¿Qué quieren: sacarse una foto con Messi? Tienen que presionarlo porque tiene la pelota y se lo quedan mirando. Messi tiene el gol y se quedan todos quietos, mirando. Hay que presionarlo, empujarlo, si quieren una foto saquen sus teléfonos. Pero hay que dar todo, esto es el Mundial», fue la enérgica arenga que les dio el francés a los árabes en el entretiempo. La historia posterior se conoce: los vestidos de verde dieron vuelta el juego y vencieron 2-1 que perdió su invicto luego de 36 partidos. «Argentina se va a clasificar, no se preocupen. Es más, pueden ser campeones del mundo», soltó luego a modo de profecía.

Pero ahora Renard (55 años) está a punto de salir a un estadio que no está repleto ni mucho menos. La casa de Olympique de Lyon, donde juega Nicolás Tagliafico, luce a un 70 por ciento. Se pensó que el debut de Francia contra Colombia por el grupo A de los Juegos iba a ser a estadio lleno.

El primer tiempo es una maravilla. Kenza Dali y un doblete de Marie Antoinette Katoto ponen a delirar al estadio de Olympique Lyon, donde juega Nicolás Tagliafico. Todo ocurre al mismo tiempo que en París Los Pumas 7s son vencidos por los locales. Más fiesta aún en las tribunas.

Pero la cara del segundo tiempo es preocupante. Catalina Usme y Manuela Pavi descontaron y por muy poco no se produjo el milagro colombiano. El aplauso del final entonces no fue demasiado efusivo.

La postal de la cancha a segundos del inicio del partido. REUTERS/Nir EliasLa postal de la cancha a segundos del inicio del partido. REUTERS/Nir Elias

A veces el silencio es más fuerte que gritar o decir palabras que pueden herir, por eso esta noche me abstendré de hacer cualquier comentario. Hicimos un enorme primer tiempo, con tres goles y muchas secuencias ofensivas. El público estaba entusiasmado. Pero el contraste en la segunda parte es demasiado grande», lanzó Renard. Y advirtió: «A menudo decimos que el fútbol femenino no se ve lo suficiente, pero tenemos que mostrar algo más de lo que mostramos en nuestra segunda parte si queremos que nos vean. De lo contrario, la gente no vendrá al estadio. En algún momento tenés que mirarte al espejo y decirte a ti mismo que tenés que hacerlo mucho mejor de lo que hiciste».

Es exótica la vida del entrenador Renard, que ya dirigió a la Selección Femenina en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023 y cayó en cuartos por penales contra las australianas. Luego de dar los primeros pasos en el ascenso francés, en mayo de 2008 fue confirmado como DT de la Selección de Zambia y al año siguiente obtuvo el tercer puesto en la Copa África 2009. Tras los buenos resultados lo contrató la Selección de Angola, pero se fue a los 6 meses luego de que no le pagaran el sueldo.

Dirigió durante nueve meses al USM Alger de la primera división de Argelia y volvió a ser seleccionador de Zambia, pero esta vez para hacer historia. Dirigió 24 partidos, entre 2011 y 2013, y logró salir campeón de la Copa de África 2012 tras vencer en la final al seleccionado de Costa de Marfil de Didier Drogba.

La Selección de Costa de Marfil se acordó del entrenador que les ganó una final y lo llamó para hacerse cargo del equipo en 2014. No se equivocaron. Hervé Renard llevó a Los Elefantes a ganar la Copa Africana de Naciones 2015. Y así, se convirtió en el único entrenador en ganar este torneo con dos selecciones distintas.

Luego pasó por Lille y la Selección de Marruecos hasta llegar a Arabia Saudita. En marzo de 2023 atendió el llamado de la Selección femenina de su país y rompió el jugoso contrato con los árabes. Hasta se dice que puso plata de su bolsillo para que lo liberen.

Y ahora Renard, el hombre que supo amargar a toda Argentina en 2022, es el abanderado de uno de los tantos sueños olímpicos de los franceses.



Fuente Clarin

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