Franco Colapinto es el tema obligado de conversación en Interlagos, acá en San Pablo, en la previa del GP de Brasil. Resulta curioso porque el argentino es un recién llegado a este gran circo repleto de celebridades. Sin embargo, su desembarco en la Fórmula 1 causó tanto impacto que todos hablan de él. Es inevitable. Sucedió el jueves cuando el británico Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, y el neerlandés Max Verstappen, el mejor de la actualidad con tres títulos consecutivos sobre su espalda. Y siguió este viernes cuando James Vowles, el jefe de Williams, no pudo evitar hablar del futuro de la nueva joya del automovilismo mundial. Y más después de que el chico de Pilar recibiera la inesperada visita de Christian Horner, el capo de Red Bull, la escudería que suena fuerte -y no desafina- como su próximo destino.
“Lo mejor que puedo decir es esto. Estamos explorando posibilidades con varios equipos que están interesados en este momento, y más allá de ahí”, sostuvo Vowles sin hacer nombre propios en la conferencia de prensa. Y enfatizó: “Sería un error hacer algo más que especular aquí. No hay nada que comunicar realmente más allá de ese punto. Cuando haya algo que informar estaré encantado de hablar de ello porque es un piloto excepcional y lo digo de verdad”.
El mandamás de la escudería de Grove quiso tirar una gambeta larga, pero las preguntas sobre Colapinto se multiplicaban. No se hablaba, prácticamente, de otra cosa. Ante una nueva consulta, Vowles reiteró: «Trabajamos con equipos que ayuden y potencien a Franco al mismo tiempo que a las partes. Vamos en ese sentido. Nada es líneal en los equipos de la Fórmula 1 porque peleas en la pista y tratás de buscar soluciones para las carreras de hombres jóvenes. Para responder la pregunta, él se está ganando su lugar y trata de conservarlo con resultados brillantes, y eso les interesa a los equipos. Con un poco de suerte, tendremos grandes noticias para anunciar en un futuro pero no hoy«.
Y continuó con el folleto explicativo tratando de no dar ningún paso en falso. «Quiero decir: estas cosas son difíciles de hacer porque se trata de múltiples equipos hablando entre sí. Pero estoy seguro de que antes de la última carrera de la temporada lo habremos concretado. Sin embargo, es muy difícil para mí señalar en qué punto entre esas dos fechas estará».
Vowles tampoco pudo evitar su sorpresa sobre el impacto que causó Colapinto en el ecosistema de la Fórmula 1. Porque todo lo que pasa a su alrededor es inédito. Vale mirar los boxes de los otros pilotos, que lucen desiertos o semidesiertos, mientras que los del argentino parecen necesitar una tribuna de una cancha de fútbol para contener tanta pasión.
«Miro afuera y ves a esas diez mil personas que están afuera apoyando a un piloto que lleva aquí cinco carreras», reflexionó el ingeniero inglés. Pero, claro, lo que más lo importa, es lo que hace cuando está arriba del auto. Está haciendo un trabajo increíble en la pista y es un gran inicio. Pero más allá de eso vemos que Franco es un chico de 21 años y mi responsabilidad es cuidarlo y asegurar de que haga lo correcto».
Y siguió: «Sin dudas está haciendo un gran progreso. Es fácil olvidarse por lo que vimos en Austin y en México que son sus primeras carreras en Fórmula 1. Sigues construyendo con el tiempo, no se termina de entender el coche en cuatro o cinco carreras».
Finalmente, Vowles volvió a elogiar el crecimiento de Colapinto. «La primera emoción que tengo es que estoy realmente orgulloso de Franco. Llevamos un tiempo trabajando juntos y vi cómo creció tremendamente en los últimos dos años. Ver a sus fanáticos es excepcional. Argentina sufrió mucho recienemente y es bueno que todo un país esté volcado a él, es genial para el deporte».