Alexander Bublik es un personaje único y peculiar en el mundo del tenis. Porque suele protagonizar curiosas situaciones durante los partidos, desde jugadas increíbles y golpes que sorprenden a todos hasta inéditas interacciones con el público y ataques de furia cuando las cosas no le salen bien. Pero también porque no tiene problemas para decir lo que piensa y muchas veces sus declaraciones generan controversia, como ocurrió en la previa de su participación en el ATP 250 de Adelaida, cuando en una entrevista con un medio ruso fue muy duro con dos leyendas vivas del tenis.

El kazajo, 33° del ranking, no tuvo pelos en la lengua al hablar de los retiros de Rafael Nadal y Andy Murray, quienes colgaron sus raquetas en la pasada temporada a los 38 y 37 años, respectivamente. Ex números 1 del mundo, múltiples campeones de Grand Slam y medallistas de oro de los Juegos Olímpicos, el español y el escocés dejaron su marca en los libros de historia del «deporte blanco». Y aunque Bublik reconoció cuán grandes llegaron a ser, aseguró que la manera en la que cerraron sus carreras fue «un circo».

«Uno quiere irse en su mejor momento. Está claro que yo no soy Nadal, mi legado será mucho menor, si se le puede llamar así. Pero lo que ha pasado con Andy y Rafa es un circo. No puedo llamarlo de otra manera», comentó en una nota con la cadena deportiva Match TV, que tiene sede en Rusia, su país de nacimiento.

«Ellos han conseguido todo. Incluso los otros jugadores los mirábamos con la boca abierta en el vestuario, y luego ves a uno de ellos calvo y viejo. Está claro que ya no es el mismo y que nunca volverá a serlo. En mi opinión, es incluso una desgracia más que un circo. Supongo que es la forma correcta de decirlo», continuó aludiendo a Nadal.

El mallorquín, ganador de 22 Majors, entre ellos 14 Roland Garros (récord para un tenista en un mismo «grande»), y campeón olímpico en singles en Beijing 2008 y en dobles en Río 2016, se aferró lo más que pudo a su carrera, hasta que su castigado cuerpo -su pie izquierdo y sus rodillas, sobre todo- le dijeron basta, tras más de dos décadas en el más alto nivel. Y jugó su último partido en noviembre, en el marco del Final 8 de la Copa Davis en Málaga.

Murray y Nadal se retiraron el año pasado, tras varias temporadas luchando con sus cuerpos para seguir. "Es una desgracia", dijo Bublik. Foto EFE/EPA/ALI HAIDERMurray y Nadal se retiraron el año pasado, tras varias temporadas luchando con sus cuerpos para seguir. «Es una desgracia», dijo Bublik. Foto EFE/EPA/ALI HAIDER

Murray, dos veces campeón en Wimbledon y una vez en el US Open y oro en Londres 2012 y Río 2016, dijo adiós en los Juegos Olímpicos de París 2024, luego de una operación de reemplazo de cadera y varias temporadas luchando con lesiones y molestias físicas que lo limitaron demasiado en la cancha. Pero volverá al circuito la próxima semana como uno de los entrenadores de Novak Djokovic. La nueva sociedad, que debutará en el Australian Open, fue celebrada por casi todo el mundo del tenis. No por Bublik.

«Murray se ha unido al equipo de Djokovic. Son intentos de agarrarse a lo que ya no está, a algunos ecos del pasado. Creo que es un problema. Espero que no sea así para mí, pero no puedo asegurarlo. Puede que con 36 años vaya al Challenger de Bangkok, pero aún espero irme con el alma tranquila», afirmó el kazajo.

Y como si las críticas a esas dos leyendas no fueran suficientes para agitar las aguas, Bublik reveló que el año pasado llegó a tener dos «ausente» en controles antidoping por diferentes razones.

«Una vez no cambié la dirección de mi casa en Mónaco por la de San Petersburgo, y los agentes fueron a Mónaco. Podés saltarte un control antidopaje tres veces en un año y así fue como me dieron el primero», contó.

«Me lo tomé con calma: dije cometí un error. Pero luego sucedió que el 20 de abril me inscribí en el torneo de Ginebra, que empezaba el 25 de mayo. Recibí una notificación de que me habían dado por fallido un segundo control porque no les había notificado de mi participación en el torneo de Ginebra. En la solicitud tenés que indicar dónde vas a jugar y yo no estaba seguro si iba a jugar en Ginebra, aunque lo había solicitado. Lo equipararon a una ausencia y una violación a las reglas antidopaje», continuó.

Y cerró: «Si me hubieran dado otra, me habrían descalificado. Durante el resto del año estaba en pánico constante porque dos ausencias son muchas. Una más y terminaba con tres años de inhabilitación, lo que habría sido el final de mi carrera».



Fuente Clarin

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