El insólito motivo por el que Tommy Paul celebró más que nadie su clasificación a semis del Masters 1000 de Roma: «Es mi bebé…»

Tommy Paul avanzó a las semifinales del Masters 1000 de Roma al derrotar este martes por 7-6 (7-4) y 6-3 al polaco Hubert Hurkacz, 30° cabeza de serie, en el partido que abrió la acción de la jornada en la cancha central del Foro Itálico. El estadounidense, 11° favorito del torneo, se metió por segunda temporada consecutiva entre los cuatro mejores del certamen, en el que aseguró que «necesitaba» avanzar varias rondas para asegurar un buen premio en dinero y poder recuperar una querida posesión, su camioneta.

«En la cancha todo está yendo bastante bien. Fuera de la cancha, una semana un poco estresante. Me embargaron la camioneta. Me atrasé con un par de pagos y me la sacaron de mi casa esta semana. Si me conocen, saben que es mi bebé. Así que estuve trabajando duro para recuperarla. Tuve que ganar un par de partidos acá para poder pagarla», contó entre risas en la conferencia de prensa.

Y ante el pedido por más detalles, continuó: «Mi casa está en Florida, en Boca Raton, no quiero darles mi dirección exacta. Jajaja. Es una F-150, Ford la embargó y estoy ansioso por recuperarla. Ya pagué lo que tenía que pagar. Mil (dólares). Mi entrenador la va a ir a buscar hoy».

Paul, 12° del mundo y quien en la edición pasada se despidió en semis ante el chileno Nicolás Jarry, jugará este viernes por cuarta vez en el año una semifinal, aunque las primeras en un torneo importante. Antes de llegar a esa instancia en Roma, la había alcanzado en Adelaida, Dallas y Houston. Y espera poder dar un paso más sobre el polvo de ladrillo romano, donde se siente como en su casa, para meterse en su primera final de este 2025.

«No sé explicar los motivos, pero cada vez que vengo a jugar este torneo, me siento como en casa. Las condiciones y las pistas se adaptan perfectamente a mi juego, esto es lo que hace que me sienta realmente cómodo a la de competir. El resultado es lo que están viendo, un gran nivel de tenis durante toda esta semana», reflexionó.

El Masters 1000 de Roma marcó el regreso de Jannik Sinner a las canchas después de la suspensión por doping que acordó con la WADA en febrero. Y tras la inactividad de tres meses, el italiano avisó antes del debut en el Foto Itálico que en este torneo no apuntaba a ganar partidos sino a «medir adónde estaba parado». La victoria aplastante ante Casper Ruud en los cuartos de final debería haberle despejado todo tipo de dudas.

Intratable, el número 1 del mundo pasó por arriba al noruego, que llegaba con la confianza y su tenis en un altísimo nivel tras coronarse en el Masters 1000 de Madrid, y lo venció por 6-0 y 6-1 en solo una hora y cuatro minutos de juego.

Un dato que refleja claramente el dominio del local: en los primeros ocho games jugados concretó cuatro quiebres y perdió apenas 12 puntos para adelantarse 6-0 y 2-0.

Tan evidente era el dominio de su rival que, cuando finalmente pudo romper el cero y anotarse su primer game con su saque, después de levantar dos break points, para descontar 1-2 en el segundo parcial, Ruud lo festejó con ganas. Elevó los brazos al cielo y, con su raqueta en alto, saludó al estadio, que le regaló una curiosa ovación. Y al llegar al banco, miró a su equipo e hizo un gesto como diciendo «Por fin».

No pudo hacer mucho más el noruego, porque Sinner no le dio chances. El dueño de casa se llevó los siguientes cuatro juegos y selló el triunfo, que lo metió entre los cuatro mejores. Y se convirtió en apenas el quinto hombre en conseguir 25 victorias consecutivas en este siglo. ¿Quiénes fueron los primeros cuatro? Nada menos que Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray.

«Me sentí genial en la cancha. Mi objetivo era entender mi nivel en este torneo. Fue mejorando día a día. El resultado no importa, pero cómo me sentí hoy fue una señal muy positiva. Todo puede cambiar en un día. No es que una sola actuación lo diga todo sobre mi estado de forma actual. Pero estoy muy contento. Creo que hoy todo salió muy bien. Saqué bien. Devolví bien. Me moví muy bien en la cancha. A ver qué pasa en las semifinales», analizó el italiano, que este viernes irá ante Tommy Paul por el pase a la final.

En el otro duelo de semis, chocarán el español Carlos Alcaraz, tercer cabeza de serie y vencedor en cuartos del británico Jack Draper (5°), y otro italiano, Lorenzo Musetti, octavo y quien viene de bajar a Alexander Zverev, número dos del ranking.

Los fanáticos italianos celebraron este martes un nuevo triunfo de Jasmine Paolini, quien derrotó a la estadounidense Peyton Stearns y se metió en la final del WTA 1000 de Roma, que también se disputa esta semana en el Foto Itálico.

La número 5 del ranking, finalista el año pasado en Roland Garros y Wimbledon, se impuso por 7-6 y 6-1 en una hora y 39 minutos y alcanzó por primera vez en su carrera la instancia decisiva en su casa.

«Estoy contentísima. Es un sueño jugar la final en este torneo. Cuando era chica venía con mi papá a ver los partidos acá porque me gustaba mucho el tenis y por eso haber llegado al partido más importante es un sueño. Una locura», comentó Paolini, quien agradeció el apoyo permanente del público y se emocionó al reconocer que «es algo increíble escucharlos cuando gritan mi nombre».

Ahora irá por el título ante la estadounidense Coco Gauff (3ª) y la china Qinwen Zheng (8ª y quien sorprendió en cuartos a Aryna Sabalenka, líder del ranking), que jugarán en el último turno del día.

Si lo consigue, cortará una sequía de 40 años sin una campeona local. La última italiana en levantar el trofeo del torneo fue Raffaella Reggi, que venció a la estadounidense Vicki Nelson-Dunbar en la final de 1985.