Por segunda ronda consecutiva de la FA Cup, el descuento salvó al Chelsea. Los ‘Blues’ se clasificaron este domingo para las semifinales después de sufrir una insólita remontada a partir de un blooper de Alex Disasi, que provocó que tanto el entrenador Mauricio Pochettino como el mediocampista campeón del mundo Enzo Fernández -que no jugó por suspensión- se agarren la cabeza. El conjunto de Londres superó a Leicester por 4-2 para sumarse a Coventry y Manchester City en la instancia decisiva, cuyos cruces se sortearán más tarde.
Los goles de Carney Chukwemeka y Noni Madueke en el descuento cerraron un partido loco en el que el Chelsea se puso 2-0 arriba, se dejó empatar con un golazo en propia puerta de Alex Disasi y un gran tanto de Stephy Mavididi y en el que el Leicester no pudo aguantar el resultado los últimos veinte minutos al jugar con un hombre menos.
Los ‘Blues’, que lo tenían prácticamente ganado tras una primera parte en la que metieron dos goles y fallaron un penal, se pegaron un tiro en el pie en la segunda mitad, donde un gol de Disasi en propia puerta empujó a un Leicester que empató con un golazo de Mavididi y se vio a escasos minutos de sacar oro de Stamfor Bridge.
Los de Enzo Maresca no hincaron la rodilla hasta el 91, cuando Cole Palmer, que ya había marcado un gol, dejó con un taconazo solo a Chukwemeka y metió al Chelsea en las semifinales de Wembley.
Enzo Fernández ya había volado su gorra del productor musical Bizarrap que usó para ver el partido desde la tribuna por haber recibido dos amarillas en los anteriores cruces de este torneo.
Pese a tener que esperar hasta el descuento, el Chelsea creyó dejar el partido visto para sentencia en la primera mitad. A los trece minutos, Nico Jackson encaró a Vestergaard y sentó al danés con excesiva facilidad. El central apenas opuso resistencia y Jackson encontró en el segundo palo solo a Cucurella. Pase raso y definición sin portero para el español, que hizo su primer gol con la camiseta del Chelsea. La dedicatoria fue para Jackson, merecida, porque el gol se lo había creado él solito.
El equipo de Enzo Maresca estaba muy tímido y encerrado atrás y solo se asomó al arco de Robert Sánchez en un cabezazo de Patson Daka que se marchó desviado. De confirmarse su ascenso a la Premier (tienen tres puntos respecto a la tercera plaza), los ‘Foxes’ tendrán que invertir en refuerzos para poder competir en la máxima categoría.
Y eso que el resultado no empezó a engordarse más rápido de no ser por Raheem Sterling. El inglés erró un penalti que Issahaku Fatawu, el verdugo del Bournemouth, cometió sobre el propio Sterling, lo tiró flojo y al centro, y minutos más tarde falló un mano a mano. Ajustó tanto delante de Jakub Stolarczyk que no encontró ni puerta.
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Por suerte para él, se redimió rápido. En el agregado de la primera parte, Sterling cazó un balón suelto de Gallagher, corrió hacia el área y puso un centro raso que Palmer, entrando desde atrás, convirtió en el 2-0.
Se acabó, pensarían muchos, pero apenas cinco minutos tras la reanudación, Malo Gusto complicó con un saque de banda excesivamente fuerte a Disasi, que fue desequilibrado por un atacante del Leicester y se equivocó al ceder a Robert Sánchez. En lugar de dársela al español la metió en su propia portería. Un golazo, sí, pero en la portería equivocada.
El tanto dejó confundido al Chelsea, que recibió un segundo puñetazo en el rostro cuando Mavididi, canterano del Arsenal, mareó con dos bicicletas a Malo Gusto y se sacó un golazo al palo largo de Sánchez.
En diez minutos, el Chelsea se había complicado la existencia y se veía abocado a un partido de repetición en casa de su rival.
Para evitarlo, Jackson tiró un regate a lo Dennis Bergkamp en el centro del campo y encaró solo la portería, hasta que le derribó Doyle por detrás. El árbitro pitó penalti y sacó amarilla al jugador del Leicester, pero el VAR revisó la jugada y determinó que había sido fuera del área, por lo que Doyle se fue a la calle y se concedió una falta en la medialuna del área que Sterling mandó a las nubes.
Stamford Bridge había tenido suficiente con el inglés y lo comenzó a abuchear. Cuando Mauricio Pochettino decidió cambiar a Mudryk y no a él, apuntaron contra el argentino, al que insultaron y también abuchearon. Al finalmente irse Sterling en los últimos minutos, los aplausos, muchos de ellos irónicos, se fundieron con los abucheos.
Y como ya pasó ante el Leeds United hace unas semanas, el Chelsea se dejó los deberes para el último momento. Ya en el descuento, Chukwuemeka tiró una pared con Palmer y el ’10’ se la devolvió de tacón para dejarle solo y que pudiera definir por debajo de las piernas del portero del Leicester.
La victoria, ahora sí, estaba garantizada, y la terminó de sellar Madueke con un golazo desde fuera del área en el último instante.