Fue el antecedente del papelón. Otros dirán que fue el destino. Porque la increíble chance que desperdició Edinson Cavani quedará en la retina de los hinchas de Boca, que se fueron decepcionados por la temprana eliminación en la Copa Libertadores. Encima, la derrota por penales ante Alianza Lima los deja sin competencia continental por el resto del año. Fuera de los límites de la Argentina, solo tendrá el Mundial de Clubes, con la dificultad que conlleva pelear con los poderosos de Europa y otros continentes.
El uruguayo, con la cinta de capitan en el brazo izquierdo y que se infiltró para poder jugar este encuentro decisivo después del edema óseo en una de las costillas por un golpe en la espalda, se encontró con la pelota en una posición inmejorable, soñada, en el último segundo de los siete minutos que había adicionado el cuestionado árbitro chileno Piero Maza.
Pero el goleador que enamoró de un flechazo a los fanáticos en cada festejo, esta vez lo dejó atragantado. A tres metros de la línea de gol, sin oposición por delante y con el arquero Viscarra volando desesperadamente, Cavani golpeó la pelota con las dos piernas y desvió la trayectoria que, más allá de la pifia, tenía destino de celebración. Era para treparse al alambrado como ‘Manteca’ Martínez, como había deseado en su arribo al ‘Xeneize’.
Después pidió perdón cuando convirtió en la definición por penales, pero el errado de Alan Velasco, a quien el arquero peruano le contuvo el remate contra el palo derecho, dejó inmortalizado un error que puede costar muy caro.