Aldo Pedro Duscher no lo duda. A los 44 años dice, con voz firme y gesto de convencimiento, que está preparado para dar el siguiente paso en su vida: comenzar formalmente con su carrera de director técnico. El ex volante surgido de Newell’s y con una gran carrera como futbolista en Europa (Sporting de Lisboa, Deportivo La Coruña, Racing de Santander, Sevilla, Real Español, Barcelona de Ecuador, Enosis de Chipre y Veria de Grecia) cuenta con la licencia de UEFA y busca lanzarse como entrenador principal para reivindicar los valores de la escuela leprosa en la que se formó y que le permitió llegar hasta la Selección Argentina.
«La preparación hace llegar al éxito o al fracaso. Más allá de la experiencia como futbolista, la carrera de entrenador es otra. Es ponerte enfrente de otra persona y enseñar. Pero para eso tenés que prepararte porque no podés enseñar si no tenés aprendido el libreto», le cuenta Duscher a Clarín desde Madrid en una extensa charla que recorre su pensamiento, su búsqueda en esta nueva etapa, el ejemplo de Lionel Scaloni (con quien compartió plantel muchos años) y su mirada crítica del fútbol argentino.
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El ex mediocampista lanza su carrera como entrenador y habló del caso de Lionel Scaloni, con quien compartió varios años en España.
Después de ocho meses dirigiendo a la Reserva de Newell’s, cruzó el Atlántico para instalarse en España y capacitarse. Tras experiencias en divisiones menores de La Coruña y Getafe dice que espera «una oportunidad seria» para arrancar. «Yo creo en el trabajo, la disciplina y los valores. Creo en los procesos largos. Lo más importante es llegarle al jugador», remarca.
-¿Cuál es la manera más efectiva de llegarle al jugador?
-La única manera de llegarle es cuando el jugador dice “este sabe porque tiene un plan de partido, una metodología de entrenamiento”. El “dale, dale”, el “metele, metele” o el “presioná, presioná” ya no van.
-¿Hay mucho “dale, dale” y poco laburo en el fútbol?
-Cada vez hay más preparación. Es bueno para la persona, más allá del futbolista, enseñarle y que se quede con un aprendizaje. Me pone contento ver a ex compañeros míos trabajando con pasión, ganas y preparación. Voy por ese lado. Esa es la forma. Hay algunos que van por otros caminos y es totalmente aceptable.
-¿Es más complicado llegarle al jugador de hoy que al de tu época?
-La comunicación en un entrenador es clave. Hoy el futbolista tiene mucha información. Los jugadores ven muchos más entrenamientos y se preocupan más por la táctica. Tienen el poder de ver partidos de cualquier parte del mundo por diferentes plataformas que antes no las teníamos. También están las culturas. No es lo mismo dirigir en la Argentina que en Europa. Por ejemplo, acá (por Europa) los juveniles en su mayoría están estudiando carreras universitarias y los clubes ponen entrenadores que puedan seguir con la dinámica de un chico que está estudiando. Y ahí te sacan la ficha porque si vos no estás a la altura… El chico viene de escuchar a un profesor de medicina y si cuando te le ponés enfrente no le sabés llegar desde tu sabiduría se hace difícil. No digo que esté bien o mal. Por ahí, la pasión que tenemos los argentinos en el fútbol, acá no la tienen. Debe ser un mix de ambas cosas.
-¿Tuviste ofrecimientos de clubes para dirigir?
-Hemos tenido reuniones con clubes importantes, pero no vamos por la misma línea. Nos toca esperar a ese club que mire lo deportivo; la mayoría no mira más allá del resultado del domingo. Es una carrera en la que te podés estrellar muy rápido. Si yo analizo que es una liga o un club en la que perdés cinco partidos y no tenés mucho futuro, no voy. Considero que debo defender a mi grupo y que no hay que tirar por la borda todo el trabajo que se viene realizando. Ojo, no me creo interesante ni especial, pero tengo una creencia y si no estoy trabajando es porque no voy a cualquier lado. Mientras, nos preparamos y disfruto del proceso, de analizar partidos, tácticas. Nos juntamos tres o cuatro veces por semana. En algún momento vamos a tener que demostrarlo.
-¿Tenés un estilo definido como DT?
-La forma de entrenar tiene que ser clara. Hoy el fútbol es de transiciones, de ida y vuelta. Un técnico que quiere resultados tiene que saber los momentos de los partidos. Todos queremos jugar como Guardiola, lo han intentado muchos, pero la diferencia de Guardiola es cómo entrena. Todos sabemos cómo juegan sus equipos y los jugadores que tiene, pero no sabemos mucho sobre cómo entrena.
-Tuviste muchos entrenadores como jugador, ¿de quiénes te quedaron cosas que aplicás ahora?
-Yo soy de la filosofía de Newell’s. Me he criado ahí. Me hizo llegar a Primera, me hizo llegar a Europa y me ha marcado porque me dio frutos. Desde la formación de Jorge Griffa, que lamentablemente se nos fue, pasando por Carlos Picerni, por Roque Alfaro y Marcelo Bielsa, a quien lo he tenido en la Selección y sé lo que hizo en Newell’s. Creo en esa filosofía, la de la disciplina, el trabajo, el potenciar jóvenes… Está a la vista la cantidad de jugadores que ha sacado. Es un club que siempre me abrió las puertas.
-¿Comenzarías a dirigir en el fútbol argentino o preferís esperar algo de Europa?
-Me cuesta volver a veces. Veo un sistema que es muy difícil, un sistema que si no cambia no vamos a avanzar. Estoy hablando del fútbol en Argentina, en donde cambian de entrenador cada cinco partidos. El jugador es lo más importante y queda en un tercer nivel. Si cambiás de entrenador cada cinco partidos no le dejás nada al jugador. Le hacés un quilombo en la cabeza. No lo ayudás. Hay clubes en Argentina que trabajan bien y me saco el sombrero, pero son muy pocos. Conozco a la perfección la cultura del fútbol europeo porque pasé mucho tiempo acá y busco eso, que se respeten los procesos y que te dejen trabajar. Que el mánager sea alguien preparado. Que no se dejen llevar por un resultado. No me gusta que alguien me señale por el resultado de un domingo. Como hincha, te digo que el fútbol argentino es uno de los tres mejores del mundo. Ahora, si vamos más en profundidad deja mucho que desear.
-¿Puede cambiar o ya es parte de la cultura argentina?
-Obviamente que se puede cambiar. Hay que ser valiente. Los dirigentes tienen que ser valientes. La gente quiere ganar, pero para ganar tiene que haber un proceso porque eso te da una identidad. El resultado viene al final. Hay nuevos dirigentes que van por el buen camino. Hay que darles la oportunidad.
-Vos conocés mucho a Scaloni y él quemó todos los manuales. ¿Es apenas una excepción a la regla o la demostración de que alguien sin experiencia puede hacer grandes cosas?
-Cuando se empezó a escuchar el nombre de Scaloni nadie sabía lo que había hecho, pero Scaloni se preparó. Hizo el curso. Estuvo con Jorge Sampaoli. El éxito no es tener 20 años de entrenador. ¿Cuántos técnicos hay que dirigen hace 25 años y no han ganado un campeonato? Scaloni se preparó, tuvo la oportunidad y la aprovechó con una muy buena gestión. Logró lo que logró porque algo detrás había. No es que dejó de jugar y se metió de entrenador. Está el caso de Martín Demichelis también. Apagar un poco aunque sea la luz de Gallardo es muy difícil, pero lo ves plantado a Martín en River. Se preparó cinco años antes de esto. La experiencia es muy importante, pero la pasión y las ganas vienen con uno. Hay entrenadores que llegan a las 9 de la mañana y se van a las 12 del mediodía y capaz que estos chicos están todo el día. Eso lo gente no lo ve. El trabajo de entrenador es muy abarcativo y hay más críticas que otra cosa.
-¿Cómo te llevás con la crítica?
-Te tiene que gustar un poco el quilombo. Si no te gusta el quilombo quedate en tu casa.
El presente de Newell’s: «Perder un clásico es como perder tres partidos en uno»
Se fue de su Chubut natal cargado de temores e ilusiones hacia Rosario, que se transformó en su nueva casa. Newell’s lo cobijó y lo crió y a los 17 años le abrió la puerta de la máxima categoría para comenzar una extensa y exitosa carrera profesional. Allí jugó 31 partidos en total y marcó un gol (a Independiente), pero Aldo Duscher quedó atravesado por el club rosarino para siempre.
«Veo siempre el fútbol argentino así como también fútbol de todo el mundo. De Argentina también miro mucho los partidos de Reserva que los pasan por YouTube. Y a Newell’s lo miro siempre. Si juega a las 3 de la mañana lo veo», cuenta Duscher sobre su fanatismo.
Y analiza el presente: «En Newell’s con el proceso de Heinze había una forma de entrenar con una idea de proceso largo. Esto es un juego y también requiere su cuota de suerte. Vi muchos partidos de su ciclo en los que le faltó esa suerte para ganar. Llegaba nueve veces y la pelota no entraba. Eso también es el fútbol. Actualmente, con un técnico nuevo (el uruguayo Mauricio Larriera), comenzó bien. Sea el entrenador que sea siempre le deseo lo mejor y acompaño al club. Ojalá que nos recuperemos».
La derrota en el clásico por 1-0 pegó duro en la Lepra, que intenta sobreponerse. Duscher lo vivió a la distancia: «Perder un clásico es muy duro, es como perder tres partidos en uno. Lamentablemente en los últimos años nos cuesta ante el eterno rival, pero somos Newell’s, un club grande, formador, que se va a recuperar».