Con el andar lento, el decir pausado y lágrimas en los ojos. Así salió Javier Mascherano a hablar con los medios en la zona mixta del estadio Matmut Atlantique de Burdeos. A un costado suyo, Nicolás Otamendi, Gerónimo Rulli y Julián Álvarez daban sus análisis de la eliminación con otro talante. Quedó claro que el entrenador era el más golpeado. “¿Mi futuro? No lo sé. Ahora quiero tomarme un avión y ver a mis hijos, que los extraño mucho”, soltó Mascherano pasada la medianoche en suelo francés.
Si seguirá o no Mascherano al frente de la Selección Sub-20, al cabo su equipo, dependerá de él. Habrá que vislumbrar cómo transita un nuevo tropiezo con el correr de las horas. Masche tiene el respaldo del presidente Claudio Tapia por lo que su continuidad no está en riesgo. “Uno se va golpeando la cabeza contra la pared varias veces”, dijo el DT con algo o bastante de resignación. Y amplió: “No hay reproche y me voy tranquilo. Si hay una manera de quedar afuera, es así”.
¿Qué le quedaría en el horizonte cercano al nacido en San Lorenzo hace 40 años? A principios del año que viene se jugará el torneo Sudamericano de Perú que ofrecerá cuatro cupos para el Mundial que se disputará en Chile en la segunda mitad del año.
No fue bueno el torneo de Argentina y, por lo tanto, Mascherano volvió a quedar en deuda. Es cierto que el equipo mostró algunas cosas positivas y que su mejor juego fue el último ante el local Francia y en un clima caliente. Pero la sensación es que no alcanza con eso. El primer gran error de la Selección fue no clasificarse primero en su grupo para evitar al local en cuartos de final. En definitiva, los puntos dejados en el camino frente a Marruecos terminaron por ser clave.
“Estábamos muy ilusionados, creíamos que estaban dadas las condiciones para llegar lejos. Estoy agradecido a los tres mayores que nos vinieron a dar una mano. También a los menores que siempre estuvieron bien predispuestos y que pelearon con sus clubes para poder estar”, señaló el DT. Y siguió: “No es nada nuevo lo que me toca vivir. El fútbol tiene estas cosas. A veces, hacés todo para ganarlo y no lo lográs. Nos quedamos con las manos vacías. Tengo la tranquilidad de haber jugado hasta el último segundo como tiene que hacerlo la Selección argentina, yendo a buscarlo, generando situaciones, tomando riesgos, que finalmente es lo que tratamos de inculcarle a los jugadores”.
La falla más grande de Mascherano a lo largo de los Juegos es que no pudo terminar de completar su idea. Intentó que el equipo fuera ofensivo y que creciera desde la tenencia. Eso en algunos pasajes se logró. Pero el entrenador se confundió y trasladó ese estado a los futbolistas al realizar tantos cambios de esquema de un juego a otro. Arrancó con un 4-4-2 rígido contra Marruecos, pasó a un 4-2-2-2 ante Irak que repitió frente a Ucrania para terminar en un 4-2-3-1 con Francia.
Si la lupa se pone en los cambios, el balance encuentra puntos buenos y malos. Lo negativo es que en algunos finales de partidos acumuló delanteros sin claras distribuciones. Algo más: no le dio más minutos a Claudio Echeverri, que pedía pista (solo jugó 17 minutos, anotó 1 gol ante Ucrania). Lo positivo fueron las tres modificaciones para poder doblegar a Irak.
“Los cambios nos dieron resultados durante todo el torneo y siempre mejoraron al equipo. La idea contra Francia era controlar a sus dos puntas con un lateral más bajo, como lo hizo Bruno Amione en el primer tiempo. Después lo cambiamos cuando entró Julio Soler, quien se nos termina lesionando a mitad del segundo tiempo. Intentamos buscar la profundidad con Kevin Zenón y Giuliano Simeone a la espalda de su línea de 4 y que Thiago Almada y Julián Álvarez puedan ser un doble enganche”, aseguró respecto al duelo de la eliminación.
Ahora quedará tiempo para reflexionar. Analizará su situación Mascherano, quien volvió a ser el blanco preferido por los cobardes de las redes sociales. Tildar al entrenador como único responsable de la temprana eliminación es una injusticia. Pero liberarlo de todas las culpas tampoco es honesto.
“Es difícil sacar una conclusión en caliente. Creo que nos faltó el gol. Nos costó entrar en los primeros 15 minutos, especialmente por el gol tempranero, pero después el equipo empezó a sentirse cómodo. Nos sacamos un poco de encima el nerviosismo y fue prácticamente todo nuestro. Nos llegaron poco y nada y nosotros tuvimos unas cuantas situaciones para empatar. Así es el fútbol”, cerró Masche.