Segundo Castillo lo hizo otra vez. Barcelona de Guayaquil visita a River a puertas cerradas en el Monumental y el entrenador del conjunto ecuatoriano salió a la cancha en medio del silencio pero captando todas las miradas: lo hizo vestido con un esmoquin rosa, demostrando por qué lo llaman el DT mejor vestido de la Copa Libertadores.
El imponente exfutbolista devenido en técnico se saludó con Marcelo Gallardo y se ubicó en el banco de suplentes visitante, parándose junto a la raya con la misma elegancia que demostró en otros partidos, por ejemplo cuando le ganó a en la segunda fase de repechaje al Corinthians de Brasil, dirigido por Ramón Díaz. Esa noche, a principios de marzo, Castillo se volvió viral y en su paso por Buenos Aires redobló la apuesta.
Con gesto serio, Castillo vio cómo su equipo sufría un penal en contra a los dos minutos de juego, ni bien arrancaba el partido. El arquero Jose Contreras, responsable de la insólita infracción, terminó siendo héroe porque adivinó la intención de Sebastián Driussi y atajó el potente remate con una buena volada.
El técnico del traje y el moño rosa apenas apretó el puño y rápidamente buscó alentar a sus jugadores, para tratrar de dejar atrás el fallido inicio y empezar a hacer el partido que habían planificado desde que el sorteo decidió que les tocaría jugar contra el River de Gallardo.
Se habló mucho de Castillo en las redes, casi todos sorprendidos por el atuendo elegido por este exfutbolista que desde 2020 siempre sale al rescate para ocupar el rol de interino al frente de uno de los clubes más populares de Ecuador. Este año busca parece haberse adueñado definitivamente del cargo tras el batacazo frente al Timao.
LOOK MONUMENTAL DE SEGUNDO CASTILLO EN LA CANCHA DE RIVER.
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— SportsCenter (@SC_ESPN) April 9, 2025
Muy cómodo con la pilcha de DT, los primeros el 5 de marzo Castillo le dio una paliza táctica a Ramón, y festejó con calma la diferencia cosechada en el campo de juego con tal de no arrugar su elegante diseño era grande.
En una época en la que los entrenadores suelen dedicarle mucho empeño al vestuario de cada partido, con pantalones chupines, camisas ajustadas y sacos de alta moda traídos desde Europa, el nacido en Esmeraldas hace 42 años redobló la apuesta y apela a conjuntos bien llamativos.
Ya se lo vio con boinas, chalecos, bermudas, tiradores, moños, pantalones floreados y hasta con una bata árabe. Hay que decirlo, el ecuatoriano triunfó en el fútbol de su país pero también recorrió el mundo jugando en equipos como el Everton de Inglaterra, el Monterrey mexicano o el Al Hilal de la liga saudí.
En una entrevista, Castillo reveló que su esposa juega un papel fundamental en la selección de sus atuendos para los partidos. Ella es quien le ayuda a elegir las prendas, asegurando que su vestimenta esté siempre a la altura de las expectativas del club y los aficionados.
Después de despachar al poderoso Timao, ahora Castillo tiene otro desafío y es nada menos que contra el River de Gallardo, uno de los equipos más temidos de América