Ricardo Juncos, ese argentino que se fue a Estados Unidos con 400 dólares que le prestó su abuela en febrero de 2002, es hoy el dueño de un equipo de IndyCar que tiene como pilotos al ex Fórmula 1 Romain Grosjean y al múltiple campeón nacional Agustín Canapino. Hace 22 años, perdió todo por el corralito por lo que no lo asusta que miles de dólares que el Instituto Nacional de Promoción Turístico (Inprotur) pagaba por la publicidad de Visit Argentina en los autos del Juncos Hollinger Racing estén retenidos en el Banco Central de Argentina.
“Con el cambio de Gobierno, obviamente, se cortó y hoy no tenemos ese sponsor. De hecho, tampoco cobré todo el dinero que tenía que cobrar. Eso quedó parado en el Banco Central. Y está perfecto, no me quejo de nada. Pero hoy por hoy no tenemos ningún apoyo de Argentina. Es lo que es”, afirma desde Indianápolis, donde este domingo se disputarán las emblemáticas 500 Millas.
Aunque aclara que cobraron por algunas carreras del año pasado, Juncos explica que “quedaron pagos pendientes”. “Es cuestión de esperar que la Argentina se recupere. Si los puedo cobrar, los cobraré y sino no. Pero está bueno decirlo también. Porque la gente por ahí cree otra cosa. Y no es así, ¿no?”, enfatiza.
El acuerdo surgió en 2022, cuando funcionarios del Inprotur contactaron a Juncos con el objetivo de promocionar al país ante la posibilidad de que la IndyCar disputara una carrera en 2024 en Termas de Río Hondo, y se materializó con el desembarco de Canapino, aunque los sponsors -aclara el fundador de la estructura con base en Indianápolis- “eran del equipo”. Se resolvió, entonces, que la leyenda Visit Argentina apareciera tanto en el auto del arrecifeño como en el de Callum Ilott, y que la ciudad santiagueña solo figurara en el buzo del tetracampeón del TC.
“El objetivo era, por parte del Improtur y aprovechando la intención de que haya una carrera en Termas que al final no va a ocurrir por el cambio de Gobierno, tratar de promocionar lo más posible a la Argentina a través del equipo. Nosotros ya teníamos la idea del auto de Argentina en las 500 Millas, por lo que me parecía una acción increíble, buenísima, de extremo bajo costo para lo que fue el rendimiento que tuvo y el impacto que tuvo en las campañas que hicimos”, recuerda Juncos.
La salida del kirchnerismo del poder y la asunción de Javier Milei en el Ejecutivo cortó abruptamente el apoyo. “Entiendo la situación del país y del Gobierno de turno, que estoy de acuerdo con muchas cosas, y la situación no era fácil cuando arrancaron en diciembre. Es fácil agarrar el micrófono y criticar. En Argentina criticábamos a Messi y ahora que son campeones del mundo todos idolatran a Messi. Eso somos los argentinos -compara-. Ya están los ejemplos: no podemos guiarnos mucho por lo que se diga porque somos así, lamentablemente. De mi lado, yo estoy tranquilo y enfocado en lo que estamos haciendo. Ojalá la situación de Argentina cambie para bien y ojalá el día de mañana esté el país o empresarios privados en condiciones de apoyar lo que nosotros hacemos, ideas locas de un equipo como el nuestro que en definitiva estamos en uno de los mejores niveles del mundo y representamos a la Argentina”.
“A Agustín lo veo muy bien: se le nota otro porte, otra solvencia”
Pese a que el equipo no cuenta con apoyo de capitales argentinos, Juncos y su socio Brad Hollinger apostaron por un segundo año de Canapino en la categoría más exigente del mundo “por lo que es él como piloto”. Elogioso del arrecifeño, su compatriota afirma que “hay un cambio positivo en Agustín” en esta temporada.
“Lo veo muy bien. No es fácil porque ahora hay otra presión. Y no tuvimos suerte con los resultados, no arrancamos bien. Hay un cambio positivo en Agustín. Lo veo muy sólido, con mucha más confianza. Se le nota otro porte, otra solvencia. Ya sabe lo que espera, puede ver lo que va a venir. El año pasado cada fin de semana era una nueva incógnita”, analiza el argentino de 49 años, que fundó el equipo acá en 1997 y pudo reestablecerlo en Estados Unidos en 2003.
A horas de la edición 108° de las 500 Millas de Indianápolis, Juncos vive la previa de forma “intensa, como siempre”. “Las 500 son bravas. Tuvimos el ingrediente de la lluvia, que no nos dejó girar prácticamente nada en la semana y eso cambió los planes de todos los equipo. A nosotros que tenemos menos experiencia nos juega en contra, sin embargo estamos muy rápidos. No largamos donde deberíamos por el problema del motor, largamos atrás y no es tan fácil pasar. Queda esperar la carrera”, dice sobre las posibilidades de Canapino y Grosjean, clasificados respectivamente en los puestos 22 y 26, pero que el lunes en la última práctica fueron cuarto y octavo.
Y agrega: “Hay que mejorar. En el promedio de 10 vueltas estamos décimos y no está mal entre 33 autos pero hay para mejorar. Hay que buscar algunos cambios pero se nos acabó la práctica. Necesitamos que el auto sea más consistente, la velocidad la tenemos. Hay que tratar de buscar un promedio de velocidad más alto en el stint de la goma, que son 28, 30 vueltas”.
De eliminar a un piloto de F1 a contratar a otro: cómo logró contratar a Romain Grosjean
Hace cinco años, el 19 de mayo de 2019, un Juncos Hollinger Racing con mecánicos que trabajaban part time eliminó de las 500 Millas de Indianápolis a Fernando Alonso y su poderoso McLaren. El bicampeón español de la Fórmula 1 miraba expectante la salida a la pista del último piloto, Kyle Kayser, desde el 33° y último lugar del clasificador cuando la bandera a cuadros le entregó la peor noticia.
“Se cumplen cinco años y sacamos en nuestras redes videos recordatorios y todo el mundo se está acordando. Llamó mucho la atención porque éramos el equipo más chiquito, teníamos un solo auto, ni un solo patrocinador y encima estábamos rápidos”, recuerda sobre uno de los 12 momentos que más llamaron la atención de las 500 Millas según reza el museo del Indianápolis Motor Speedway.
-De eliminar a Alonso a contratar a Romain Grosjean, ¿qué representa tener a un ex F1 en el equipo?
-Es muy bueno. Trabaja a un nivel muy alto en la parte técnica, medio como Canapino. Se llevan muy bien los dos, la química entre ellos es buenísima, y Grosjean cayó muy bien en todo el equipo, es un tipo muy simpático, siempre está de buen humor, más allá del temperamento que todos conocemos en la pista. Es un pura sangre, va a todo o nada. No es de esos pilotos que saben administrar, y eso a mí me gusta, pero a veces le juega en contra, sobre todo en una categoría que paga más la consistencia y no tanto la vehemencia. Y es tener un piloto que estuvo 10 años en Fórmula 1. No es fácil mantenerse diez años en Fórmula 1 si no ganás y él lo hizo, porque siempre estuvo en equipos chicos, lo que habla muy bien de él, por algo se mantuvo tanto tiempo. Y trae una experiencia importantísima. Creo que es el cambio más importante. En la primera carrera, que cometió un error, dijo que era un auto para ganar la carrera, que le dimos un cañón que nunca antes había manejado. Que él lo diga así motivó mucho a todos los mecánicos y ahí él te hace la diferencia con respecto a otros pilotos. En los óvalos no tiene tanta experiencia, y a los pilotos europeos que vienen de Fórmula les cuesta entenderlo desde el lado cultural. Creo que tiene que hacer todavía que le guste más para poder tener esa diferencia que él puede hacer en una pista común.
-¿Cómo fue atraerlo al equipo más chico de la IndyCar?
-Por contrato hay cláusulas y uno no puede hablar por confidencialidad. Pero a partir de que termina el campeonato se abren oportunidades. Nosotros estábamos hablando con seis pilotos, no solo con él, y teníamos la opción de continuar como estábamos. El estaba disponible, cada vez fue una oportunidad más real y empezamos a hipotéticamente trabajar sobre cómo sería un acuerdo. Consideramos que era la mejor opción para nosotros. Primero, por piloto. Segundo, por la parte comercial y de marketing: es el piloto más popular de la categoría. Si sumamos a Canapino, a Lindsay Brewer que corre en la Indy Next y a Grosjean somos el equipo que tiene más millones de seguidores que todos y eso suma un montón al equipo de marketing, al que le damos herramientas extras para vender los patrocinios.