Para Franco Colapinto, todos los caminos conducen a Imola. Este circuito donde se celebra el Gran Premio de Emilia Romagna lo vio al piloto argentino cosechar sus primeras victorias y en dos semanas hospedará su regreso a la Fórmula 1. Hace varios días que circulaba el rumor de que Alpine, la escudería donde Colapinto es piloto de reserva desde enero, reemplazaría a Jack Doohan por el argentino a partir de el primer GP europeo del año. Y así fue.

Al principio los cálculos decían que iba a volver en Miami, pero el fin de semana pasado fue el australiano quien estuvo al mando del segundo monoplaza como compañero de Pierre Gasly, aunque no pudo completar ni una vuelta y se vio obligado a abandonar después de un roce con Liam Lawson en la largada. Luego se viralizó un video de Horacio Marín, presidente de YPF y uno de los principales sponsors del piloto argentino, donde le quedó el micrófono abierto en una entrevista y se le escapó que Colapinto va a debutar en Imola.

A partir del anuncio oficial, ya se sabe que habrá un regreso más que especial, no solo porque implicará volver a tener a un argentino en la máxima categoría del automovilismo mundial, sino también porque se daría en un circuito donde Colapinto dejó la bandera Argentina en lo más alto del podio.

La primera vez fue en 2022, cuando a sus 18 años disputaba su primera temporada de Fórmula 3 con el equipo Van Amersfoort Racing. Ese año las órdenes de salida para la carrera Sprint en Imola se inviriteron, dejando al argentino -que había clasificado 12- largando desde la pole. En la carrera pasó de todo y Colapinto le supo sacar provecho para cruzar primero la bandera a cuadros.

En 2024, en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari se volvió a escuchar el himno argentino con Colapinto en la cima del podio, y esta vez fue en Fórmula 2. También fue en una carrera Sprint, en la que el pilarense dejó todo y más en la pista, primero esquivando un choque múltiple y después sobrepasando al líder de la carrera en la última vuelta con una maniobra de campeones para llevarse su primera victoria en la categoría.

Fue una largada complicada donde el argentino cayó una posición y quedó tercero. Apareció un safety car al poco tiempo que duró cinco vueltas, y ya con los neumáticos calentados logró sobrepasar al belga Amaury Cordeel, que se despistó en una chicana. Ahora lo único que le quedaba hacer era superar al líder, que era paradójicamente, Paul Aron, el piloto estonio que hoy es piloto reserva en Alpine y que también espera su chance para ascender.

Fue en la última vuelta que Colapinto le dio una masterclass de manejo con una maniobra que hoy se sigue recordando como una de las tantas pruebas del talento del argentino.

Al día siguiente también hizo un gran trabajo en la carrera, terminando en el quinto lugar debajo de varios nombres que hoy protagonizan la F1 como Gabriel Bortoleto, Isack Hadjar y Kimi Antonelli. Pero la maniobra del sábado fue la que le terminó consiguiendo su lugar en la máxima como piloto de Williams un par de meses después. Fueron solo nueve carreras, pero la alegría que le dio Colapinto al pueblo argentino sigue vigente y con más ganas de volver a sentirla que nunca.





Fuente Clarin

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