Parece un homenaje póstumo, casi de acuerdo con la efemérides. A una década de la muerte de Julio Humberto Grondona, el fantasma de los 30 equipos toma cuerpo en un momento caliente del fútbol argentino. “Puede salir, es un formato que gusta”, desliza un dirigente con peso que está en la rosca de Viamonte. Otros de sus pares consultados por Clarín están desconcertados.
Se habla de Apertura y Clausura, de playoffs al estilo de la Copa de la Liga y la suspensión de los descensos. No sería la primera vez que en la AFA se borra con el codo impune lo que se escribe con la mano sin convicción.
Echar a correr una versión para generar impacto y escuchar la respuesta popular no es solo una especialidad de la política. Claudio Tapia manda a desmentir desde Francia, donde está acompañando a la Selección Sub 23, porque es necesario el “policía bueno”. Sin embargo, existen los PDF, el Excel, la reglamentación y voces que acompañan bajo estricto off the récord.
“Parece a propósito”, apunta una fuente del Gobierno, que está detrás del impulso de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Algunos creen que espantaría a los inversores, muchos de ellos interesados en poner un pie en la tierra de los campeones del mundo. Sin embargo, poco tiene que ver la reinvención del torneo multitudinario con los capitales privados.
Hay dirigentes de clubes chicos que ven dinamitadas sus posibilidades de permanecer en Primera, pero tienen influencia política. Central Córdoba está último en las dos tablas, pero el gobernador Gerardo Zamora está detrás, ni hablar de Pablo Toviggino, secretario ejecutivo de la AFA. Tigre levantó en los últimos partidos con Sebastián Domínguez, pero la mano de Sergio Massa, con su hijo Toto como principal gestor, tiene poder en Victoria. Barracas Central es el equipo de Tapia, ni más ni menos, y Riestra no es un equipo menor por la figura del abogado Víctor Stinfale. Sarmiento tiene banca de Naldo, sponsor de la AFA. Independiente Rivadavia, del empresario mediático Daniel Vila, es otro de los interesados.
El descenso es el temor más grande que tienen los dirigentes y en Argentina se vive con desdicha. Y si a Grondona se le ocurrió suprimir la Promoción por su alto voltaje en las tribunas, sus sucesores fueron por más. Y como el voto de los equipos de menor envergadura tienen el mismo valor que el de River o Boca, y son mayoría, el poder no aplica por la cantidad de socios o el rating.
¿Qué cuentas hacen los que están detrás del nuevo campeonato? Con dos zonas de 15 y 16 partidos, ya que continuará la fecha de los clásicos, habrá mata-mata desde octavos de final, y no está claro si serán dos campeones o se hará una gran final que podría derivar en mayores ingresos televisivos. Independientemente, claro, de una plataforma que se quiere lanzar al estilo de la MLS para transmitir partidos vía streaming.
Los grandes no están de acuerdo con modificaciones. Más allá de que históricamente tienen una cuota superior por share (encendido), los derechos de TV son un mínimo porcentaje en su abanico de recursos. Si hay 30 en lugar de 28 equipos en Primera, la torta puede tener más volumen, pero la porción no será significativa porque habrá otros dos “comensales”.
El año pasado se intentó armar un campeonato de 40 equipos, divididos en dos zonas, una Primera División y un segundo escalafón al que se sumaría una decena de clubes de la Primera Nacional para que “el descenso no sea tan traumático”. No prosperó.
Ahora, ¿qué ventajas tendría este flamante y populoso certamen para los consumidores de fútbol, que no son otros que socios e hinchas? Un equipo, de local, juega hasta ahora unos 20 partidos por año. Con este formato, se reducirían a 14 o 15 y todo con las cuotas sociales en aumento. De hecho, el mayor problema será, fundamentalmente, en las instancias decisivas. Como se definen por el sistema de Copa (octavos, cuartos, semis y final), se jugará en canchas neutrales. Ergo, los campeones no podrían ganar el título en sus estadios.
Por otro lado, habría clubes que no se cruzarían en ningún momento del año, con la excepción de que pudieran verse mano a mano en los playoffs. Todo está verde, a la espera de que la reacción negativa en las redes sociales haga dar marcha atrás esta iniciativa. Tapia tendrá la última palabra, aunque no resista archivo.
«Nos comprometemos que en cinco años, esta categoría va a ser lo que tiene que ser, con 22 equipos. Como también pensamos que la Superliga no puede tener la cantidad de equipos que hoy tiene y van a ese camino. Tiene que tener 20 equipos. No hay torneos de elite con la cantidad de equipos que tenemos nosotros. Es más, si hilamos fino, tendríamos que tener 18», dijo el presidente de la AFA en 2019. Cualquier similitud con la política convencional no es pura coincidencia.