Edin Terzić llora frente a la cabecera sur del Signal Iduna Park, donde 24.000 personas corean su nombre. Al pie de la tribuna, una bandera negra con letras amarillas todavía fantasea con algo que todos allí ya saben que no sucederá: “Wir haben es in der Hand!” (¡Lo tenemos en nuestras manos!). Borussia Dortmund acaba de ver cómo el título de la Bundesliga 2022/23 se le escurrió entre los dedos. El recuerdo de aquella película, que recorrió el mundo, aún perdura en la memoria. Sin embargo, 371 días después de esa tristeza y a contramano de la impaciencia y el desasosiego que rigen el fútbol moderno, el entrenador del conjunto alemán tendrá la chance de escribir un guión con desenlace más feliz cuando su equipo enfrente a Real Madrid en la final de la Champions League que se disputará el sábado en Wembley.
Aquella infausta tarde del 27 de mayo de 2023 fue especialmente aciaga para Terzić, quien conduce al conjunto de la región de Renania del Norte-Westfalia desde mayo de 2022, pero lo alienta desde muchísimo antes. Este hijo de migrantes yugoslavos (su padre era bosnio y su madre, croata), que nació el 30 de octubre de 1982 en Menden, a 25 kilómetros de Dortmund, pisó por primera vez el estadio el 23 de noviembre de 1991, cuando tenía nueve años: acudió junto a Ibrisim, su padre, quien ese día celebraba su cumpleaños, y vio al equipo que dirigía Ottmar Hitzfeld derrotar 2 a 1 a Duisburgo por la 19ª fecha de la Bundesliga 1991/92. Si bien ha corrido mucha agua bajo el puente, todavía conserva ese momento como su recuerdo favorito vinculado con el certamen teutón.
Al igual que colegas de reconocido currículum como el portugués José Mourinho o el español Rafa Benítez, Terzić no tuvo una destacada carrera como futbolista. De hecho, solo jugó en ligas regionales semiprofesionales mientras cursaba la carrera de Ciencias del Deporte en la Universidad del Ruhr en Bochum. Allí conoció a dos personas que marcarían el rumbo de su vida: Kora Wölm, con quien se casaría en agosto de 2013, y Hannes Wolf, quien entonces se desempeñaba como asistente del segundo equipo del Dortmund y como detector de talentos jóvenes, y hoy es el entrenador del seleccionado sub-19 de Alemania.
A mediados de 2010, Wolf le ofreció sumarse a la estructura de las divisiones juveniles del club negriamarillo. Terzić aceptó la oferta, lo que marcó el fin de su modesta trayectoria como jugador. Comenzó cumpliendo funciones de cazatalentos, luego fue asistente en los equipos sub-17, sub-19 y sub-23, y más tarde se hizo cargo del combinado sub-16. Todo ello ocurrió mientras el equipo principal deslumbraba bajo el mando de Jürgen Klopp. “Jürgen es una persona excepcional y un gran entrenador. Él moldeó a nuestro club como ningún otro técnico”, lo elogió hace unos meses.
El vínculo laboral (aunque no el afectivo) entre Terzić y el Dortmund tuvo un paréntesis de un lustro que se abrió en junio de 2013, cuando el entrenador se incorporó como asistente al cuerpo técnico de Slaven Bilić, croata como su madre. Juntos trabajaron dos años en el Besiktas turco y otros dos años y medio en el West Ham United inglés, hasta que Bilić y su equipo fueron despedidos en noviembre de 2017.
El hijo dilecto del club se reincorporó al Dortmund el 1 de julio de 2018 como asistente de Lucien Favre. En diciembre de 2020, una goleada 5 a 1 ante Stuttgart en el Signal Iduna Park clausuró el ciclo del DT suizo y le permitió tomar el timón. “Soy fanático del club desde siempre. Estuve acá por primera vez cuando tenía nueve años. Sin embargo, nunca me atreví a soñar que me encontraría en esta situación”, admitió el día en que fue presentado como conductor interino hasta el final de la temporada.
En ese momento, muchos se mostraron sorprendidos por la decisión de un club enorme, del que se esperaba que apelara a un conductor de experiencia y no a un hombre de 38 años que nunca había estado a cargo de un plantel superior. Pero no todos manifestaron asombro por la elección. “Sabía que él tendría una oportunidad. Aprecio mucho sus aptitudes, sé de lo que es capaz y estoy seguro de que será la próxima gran figura en el mundo de los entrenadores europeos”, vaticinó Slaven Bilić sobre su exayudante.
“En el rol de asistente, era más bien un hombre de ideas, alguien que hablaba en condicional. Eso ahora cambiará: tendré que tomar decisiones”, avisó Terzić, quien, en la víspera de su primer reto, expuso su forma de pensar el juego: “Hay dos maneras de ganar un partido de fútbol. Podés intentar recibir un gol menos que el rival. Yo prefiero intentar convertir un gol más que el rival”. Su equipo lo logró en su debut, el 15 de diciembre de 2020: batió 2 a 1 como visitante a Werder Bremen por la 12ª fecha de la Bundesliga.
En su primer semestre como entrenador principal, Terzić llevó al Dortmund hasta los cuartos de final de la Champions League (fue eliminado por Manchester City) y al tercer puesto en la Bundesliga (detrás de Bayern Múnich y Leipzig). Y, sobre todo, condujo al equipo en el que brillaban el noruego Erling Haaland y el inglés Jude Bellingham al título en la Copa de Alemania, que consiguió tras golear 4 a 1 a Leipzig en la final en el Olímpico de Berlín el 13 de mayo de 2021. Ese día, se convirtió en el DT más joven en alzar ese trofeo, con 38 años y 197 días.
La tarea del entrenador fue unánimemente reconocida. “Se hizo cargo del equipo cuando estaba medio muerto y le dio vida. Eso es un gran logro en su primera experiencia. Él es un hombre del Dortmund, siente el club, respira el club”, destacó el director general de la institución, Hans-Joachim Watzke.
Sin embargo, ese reconocimiento no tuvo como correlato su continuidad en el puesto. La dirigencia prefirió contratar a Marco Rose como entrenador y designar a Terzić en el recién creado cargo de director técnico, bajo la órbita del director deportivo Michael Zorc, que implicaba labores administrativas y de enlace con la estructura del fútbol juvenil. Allí se desempeñó un año, hasta que Rose fue despedido y entonces recuperó su viejo rol.
La temporada 2022/23, su primera completa a cargo de los Negriamarillos, fue una montaña rusa con un evidente parteaguas: el Mundial de Qatar. Cuando la Bundesliga se detuvo por la disputa de la Copa del Mundo, el equipo marchaba sexto y había sufrido seis derrotas en 15 partidos. Tras ese parate y la tradicional pausa de invierno, tejió una deslumbrante racha de 14 victorias, 3 empates y apenas una caída que le permitió llegar a la última fecha con dos puntos de ventaja sobre Bayern Múnich y el destino en sus manos.
“No es posible comprar un momento como este. Trabajamos duro para conseguirlo, sufrimos y sudamos mucho”, resaltó el entrenador en la víspera del partido contra Mainz en el Signal Iduna Park, donde el local había ganado sus últimos 11 encuentros. “Recorrimos juntos un hermoso viaje y queremos culminarlo con una victoria el sábado. Aún no llegamos a ese punto, pero estamos listos para dar el último paso juntos: como equipo, como club, como ciudad”, se ilusionó.
Pero ese último paso fue un doloroso tropiezo.
El funesto 27 de mayo de 2023, el Dortmund empató 2 a 2 con Mainz tras remontar una desventaja de dos tantos, pero esa igualdad fue su sentencia, ya que Bayern Múnich venció 2 a 1 a Colonia con un gol de Jamal Musiala a un minuto del final del duelo y, por diferencia de gol, se quedó con el título por 32ª vez.
“Nos sentimos vacíos porque sabíamos que teníamos esta oportunidad, se podía sentir la energía en el estadio y en la ciudad. Todos lo deseábamos con todas nuestras fuerzas. Estábamos tan cerca… Solo faltó un gol acá o un gol en el otro estadio”, lamentó Terzić, todavía conmovido por el golpazo, pero también por el reconocimiento del público. “Estuvimos a 90 minutos de lograrlo. Mañana empezaremos a intentarlo de nuevo”, avisó.
Ese nuevo intento no dio frutos en la Bundesliga, en la que el Dortmund estuvo muy lejos de pelear por el título esta temporada y terminó quinto, a 27 puntos del invicto campeón Bayer Leverkusen. Tampoco en la Copa de Alemania, en la que fue eliminado por Stuttgart en los octavos de final. Sin embargo, la chance de revancha apareció en el torneo menos pensado: la Champions League. Sin hacer demasiado estruendo, terminó primero en un grupo complicadísimo, relegando a París Saint-Germain, Milan y Newcastle; y luego despachó en la fase de eliminación directa a PSV, Atlético de Madrid y PSG para así acceder al duelo decisivo en Wembley. “Esto es casi surrealista, pero creo que lo merecíamos. Sé que no seremos favoritos y que será extremadamente difícil, pero es solo un partido y todo es posible”, aseguró Terzić.
La del sábado será la tercera final de la Champions en la que participará el conjunto alemán. En 1997, el equipo dirigido por Ottmar Hitzfeld se quedó con el título tras vencer 3 a 1 a Juventus en el Olímpico de Berlín. «Yo tenía 14 años y vi el partido en una pantalla gigante en mi ciudad. Fue un día especial para todos los hinchas del Borussia. Al día siguiente, estuve en el aeropuerto con mi hermano y conocí a los jugadores”, recordó el DT la semana pasada.
En 2013, el Dortmund cayó 2 a 1 ante Bayern Múnich en Wembley por un gol del neerlandés Arjen Robben a un minuto del pitazo final. En ese entonces, Terzić ya trabajaba en el club y siguió de cerca toda la campaña del conjunto de Jürgen Klopp. “Tenía una tarea en el área de preparación de adversarios: editaba muchos videos de los rivales para preparar individualmente a nuestros jugadores”, contó.
El sábado, el hincha que también oficia como entrenador regresará a Wembley con el objetivo de entregar a los suyos su segundo trofeo de la Liga de Campeones. Y, de paso, archivar aquella triste película que le tocó protagonizar 371 días antes en el Signal Iduna Park.