Dos leyendas y cuatro grandes estrellas del tenis protagonizarán desde este miércoles una de las exhibiciones más esperadas de la temporada, el Six Kings Slam (Slam de Seis Reyes). La cita es en Riad, la capital de Arabia Saudita, un país que sigue ganando terreno en el mundo de la raqueta y del deporte en general y que promete opacar esta semana la acción del ATP Tour con un show extravagante y emocionante, que tendrá un condimento especial y inesperado. Porque marcará el regreso de Rafael Nadal a las canchas tras el anuncio de su retiro.
El mallorquín, que no compite desde los Juegos Olímpicos de París y bajará el telón de su carrera después del Final 8 de la Copa Davis de noviembre en Málaga, será una de las grandes atracciones del evento junto a Novak Djokovic, su más grande rival y cuarto del ranking.
El cuadro del torneo, que no tiene nada que envidiarle a los certámenes más importantes del circuito, lo completan Jannik Sinner, número uno del mundo, Carlos Alcaraz, segundo en la clasificación mundial, Daniil Medvedev, quinto, y Holger Rune, 14°. «Seis reyes, un trono», como afirma la frase que acompañó el impresionante trailer del evento, más parecido a una producción de Hollywood que a un video promocional de una exhibición.
De los seis, cinco son campeones de Grand Slam. Entre Nadal y Djokovic suman 46 títulos «grandes»: el español tiene 22 (14 de ellos de Roland Garros) y el serbio, máximo ganador de la historia en esa categoría, suma 24. Sinner conquistó este año sus dos primeros trofeos, en Australia y en Estados Unidos. Alcaraz se impuso en los otros dos Majors del calendario, en París y en Wimbledon, para llevar a cuatro su cosecha personal. Y Medvedev es dueño del trofeo del US Open 2021.
Rune es el único sin festejos en ese nivel, donde sus mejores actuaciones son los cuartos del Abierto francés de 2022 y 2023 y del británico también la temporada pasada; pero es una de las grandes figuras de la Next Gen.
En The Venue -un estadio para 8 mil espectadores construido especialmente para el torneo en el el Centro Internacional de Convenciones y Exhibiciones de Riad- habrá tres jornadas de competencia.
Este miércoles -desde las 18:30 (12:30 de Argentina)- se disputarán los cuartos, que abrirán con el duelo entre Sinner, campeón el domingo en el Masters 1000 de Shanghai, y Medvedev y continuarán con el cruce entre Alcaraz y Rune. El jueves, a la misma hora, serán las semis. El vencedor del choque entre el italiano y el ruso enfrentará a Djokovic en la primera; y quien gane el encuentro entre el murciano y el danés, irá ante Nadal en la segunda. En tanto, el sábado se definirá el campeón, después del choque por el tercer puesto, que arrancará a las 17:30 (11:30).
El viernes no habrá competencia, para respetar la regla de la ATP que prohíbe que se disputen exhibiciones en tres días consecutivos y evitar una multa.
El evento -que desviará la atención de los fanáticos de los ATP 250 de Almaty, Estocolmo y Amberes, citas oficiales de esta semana- podrá verse por la plataforma británica DAZN y por Movistar+, que lo transmitirán manera global y gratuita (aunque hay que registrarse para poder acceder). Las entradas para presenciarlo en el estadio se agotaron en horas.
¿Cómo logró Arabia Saudita convencer a esos tenistas top para tomarse unos días para jugar un evento que no entrega puntos para el ranking en el cierre de una temporada durísima y ajetreada? Con el respaldo de los petrodólares provenientes de la venta al exterior de ese hidrocarburo, que representa el 85 por ciento de los ingresos por exportaciones y el 40 por ciento del PBI del país.
Eso le permitió a Turki Al-Sheikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento saudí y dueño del club de fútbol español Almería, disponer de una bolsa de premios demasiado tentadora para hacer realidad su sueño de una competencia con muchos pesos pesados del circuito en el marco de la Riyadh Season, las fiestas de la ciudad.
Cada jugador se llevará 1,5 millones de dólares solo por participar de certamen. Mientras que el campeón recibirá seis millones, casi el doble de los que 3,2 millones que ganó Sinner al coronarse campeón del US Open, el «grande» con la mayor recompensa de la historia.
El Six Kings Slam -que iba a celebrarse en febrero, pero retrasó su fecha para darle tiempo a Nadal para recuperarse de la lesión muscular que sufrió en Brisbane- representa un paso más de Arabia Saudita en su afán de convertirse en el nuevo actor del tenis profesional y del negocio del deporte. Ese es el gran objetivo de Visión 2030, un plan estratégico para agrandar la influencia global de ese país y diversificar su economía, liberándola de su «adicción al petróleo».
Ese «imperio árabe» comenzó a ganar terreno en el mundo de la raqueta hace algunas temporadas, cuando comenzó a celebrar algunas exhibiciones con nombres importantes: Djokovic, Alcaraz, Ons Jabeur y Aryna Sabalenka, entre otros. Pero fue el año pasado cuando dio el primer golpe de efecto.
Entre fines de noviembre y principios de diciembre recibió por primera vez una edición de las Next Gen Finals, el certamen que reúne a los ocho mejores sub 21 de la temporada y que volverá a disputarse en este 2024 -a fines de diciembre- en el King Abdullah Sports City de Jeddah.
En enero pasado, mientras sonaban cada vez más fuertes las versiones que aseguraban que el país se transformaría muy pronto en sede de un nuevo Masters 1000, anunció a Nadal como nuevo embajador de su Federación de Tenis.
Un mes más tarde, el Fondo Publico de Inversión saudí (PIF, por sus siglas en inglés) y la ATP firmaron un «acuerdo estratégico de colaboración» de varios años, que marcará «un significativo compromiso compartido para mejorar el tenis a nivel global» y que convirtió al PIF en patrocinador oficial del ranking mundial y nuevo socio de torneos como Indian Wells, Miami, Madrid, Beijing y las ATP Finals de Turín, además del Masters de la Next Gen.
En tanto, en abril, la WTA, asociación que rige el circuito profesional femenino, informó que Riad había sido elegida para organizar las siguientes tres ediciones (2024 a 2026) de las WTA Finals, el equivalente al Torneo de Maestros. Una decisión que hizo oído sordos a las inquietudes y cuestionamientos planteados, entre otros, por las legendarias tenistas Chris Evert y Martina Navratilova en relación a las violaciones de los derechos de la mujer y la comunidad LGBTQ+ que ocurren en esa nación.
Pese a las críticas y las polémicas, Arabia Saudita sigue ganando protagonismo en el circuito de tenis -como también en el golf, el boxeo, el fútbol, el automovilismo y otros deportes- y desde este miércoles, su ciudad capital será escenario de una de las exhibiciones más esperadas del año, con seis grandes estrellas como protagonistas.