Se presentaba como uno de los combates más espectaculares que se podían ver por estos días. En el Kingdom Arena de Riad, la nueva (y millonaria) meca del boxeo mundial, los invictos Artur Beterbiev y Dmitry Bivol se enfrentaban para definir a un campeón indiscutido de la división mediopesado por primera vez en la era de los cuatro cinturones. La victoria quedó en manos de Beterbiev, en las tarjetas y tras un round 7 explosivo, pero lo saliente del choque no fue solamente lo que sucedió arriba del ring, sino también abajo.

Ekaterina, la exesposa de Bivol que lo acusó de violencia física y manipulación emocional, quedó en el ojo de la tormenta tras la viralización de un video en la que se la ve celebrando la victoria de Beterbiev, lo que generó una ola de críticas en redes sociales. Numerosos fanáticos e incluso una boxeadora de renombre como Claressa Shields, la criticaron severamente por su efusiva reacción ante la derrota de su exmarido y padre de sus dos hijos, llegando a calificar su celebración como «malvada», pero ella parece no estar afectada por los ataques y redobló la apuesta.

Previo a la pelea, se expresó en Instagram a favor de Beterbiev. «Mis hijos y yo vamos por Artur», escribió en un comentario a un posteo relativo al combate. Sin embargo, lo más impactante fue que lo calificó como un «traidor infantil», sugiriendo que su derrota era una forma de karma por sus actos deshonestos. En sus historias, enfatizó que su alegría no se debía a su separación, sino a lo que ella considera la justicia por las acciones de Bivol.

Ekaterina también abordó directamente las críticas, afirmando que la derrota no fue por su culpa y que la celebración era simplemente una respuesta a lo que ella considera «deshonestidad». Eso no es todo. Además, se refirió a otros como «jackals» (chacales en la traducción al español), término que se entiende que va dirigido a sus exsuegros. Presentó una demanda contra ellos por fraude y manipulación relacionada con la propiedad que adquirió tras su matrimonio.

La tensión entre Ekaterina y Bivol se intensificó en el contexto de su separación, que ha sido marcada por conflictos legales. Recientemente, ella reveló que mantuvo en secreto ciertas verdades por el bien de sus hijos, pero tras ganar la custodia se siente libre para hablar. Lo acusó de negligencia financiera, mencionando que sólo aporta 1,100 dólares mensuales para el cuidado de sus hijos, y sugirió que posee cuentas bancarias ocultas en el extranjero.

El dinero no debería ser un problema para Bivol, que viene de cobrar 10 millones de dólares sólo por subirse al ring para pelear contra Beterbiev.

A medida que se aproxima el juicio sobre la manutención y otros asuntos legales, la situación se vuelve cada vez más complicada. Aunque inicialmente parecía que ambos estaban dispuestos a resolver sus diferencias mediante una mediación, este incidente indica que la expareja ya no está en la misma sintonía y que podría llevar el asunto a los tribunales.

La comunidad boxística y los seguidores de ambos se cuestionan si las reacciones de Ekaterina se justifican por el maltrato que recibió o si, por el contrario, está exacerbando la situación. Con el juicio a la vista, las tensiones entre ellos podrían intensificarse y muchos se preguntan cómo afectará esto tanto a su vida personal como a las carreras de ambos. En definitiva, la situación sigue evolucionando y captando la atención del público, que espera ver cuál será el desenlace de esta disputa.



Fuente Clarin

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