Los Pumas no la pasaron bien durante su participación en el rugby seven de los Juegos Olímpicos de París 2024, en los que quedaron eliminados en cuartos de final ante la local Francia. Los jugadores argentinos fueron blanco de un trato hostil por parte de los aficionados locales en cada encuentro. Su entrenador, Santiago Gómez Cora, hizo un fuerte análisis de esta última experiencia olímpica y fue tajante: «No me quedo con nada».
«Dejé todo lo que decía ‘París’, ropa, recuerdos y cosas que nos habían regalado. La verdad es que no extraño nada de Francia, hostilidad en los estadios, en la calle. Había familiares que iban por la calle y recibían insultos. No me quedo con nada de París», dijo en una entrevista otorgada al canal DeporTV.
«En la Villa -continuó- no había buena comida, colas para comer. La organización no fue buena ni los traslados y encima fueron malos los resultados. Solo sirve la experiencia y el lujo de poder llevar al equipo a la máxima competencia».
Más: «El edificio argentino no tuvo agua durante todo un día. Las chicas del hockey se tuvieron que mudar otro edificio porque desbordaba el inodoro de caca. Teníamos que ir al baño del comedor. No son excusas, pero sorprende que la organización del deporte de alto rendimiento tenga estos estándares».
El entrenador albiceleste dio más detalles de lo que debieron atravesar durante la estadía en la Villa Olímpica donde descansan los atletas: «La Argentina pierde por la Argentina misma, eh. Pero Francia seven entró dos días antes a la competencia, por algo no estaban ahí y estaban en un hotel en otro lugar. Eso no se debería permitir. Nosotros hacíamos largas colas para comer, no había proteínas. Las colas eran de 40 minutos para que te dieran una hamburguesa. Por eso muchas figuras no entran a las Villa. Hacía 40 grados y no había aires acondicionados. Los chicos no durmieron las dos primeras noches».
Los silbidos eran los protagonistas de cada partido de Los Pumas en suelo francés ya que el público los utilizaba para reprobar a los deportistas argentinos.
«Hay veces que se da el silbido en los partidos como parte del folclore, pero noté que el silbido en Paris era ya parte de la violencia porque era cada vez que se tocaba una pelota. Cada vez que Argentina marcaba había silencio y si le convertían había aplausos y una locura en el estadio. Una cosa es un chiflido una vez, pero durante todo el tiempo es violencia. Que la voz del estadio o alguien del Comité Olímpico no haya detenido eso no fue lindo», reflexionó Gómez Cora.
En cuanto a lo estrictamente deportivo, el entrenador de Los Pumas hizo su evaluación: «Llegábamos preparados de la mejor manera a nuestro tercer juego olímpico. Con un recorrido perfecto en cuento a resultados. Cuando más alta es la evolución más dura es la caída y la derrota. Duele y cuesta. Hay que tratar de alejarse un poco de eso y pensar que hicimos las cosas bien. Hay cuestiones para mejorar».