La final de la Eurocopa 2024 se definió por detalles. Un pase milimétrico, una rodilla que habilita con lo justo y una cabeza en el momento y en el lugar preciso para salvar a una España que volvió a conseguir la gloria y alzó su cuarto trofeo europeo de selecciones en el Estadio Olímpico de Berlín.

Es que el gol de Cole Palmer, a 17 minutos del final, le había puesto suspenso a una final que había sido muy favorable para España desde que Nico Williams había abierto el marcador para la Roja. Inglaterra llegaba al empate y parecía que podía revertir el marcador.

Sin embargo, los dirigidos por Luis de la Fuente no abandonaron su idea ni bajaron los brazos. Pero el gol que destrabó el partido y que -en definitiva- le dio el título fue con polémica. Iban 41 minutos del complemento cuando Marc Cucurella envió un centro rasante desde la izquierda para el ingreso de Mikel Oyarzábal, que pareció en posición adelantada.

El delantero vasco marcó el 2-1 y desniveló la final otra vez en favor de España. Aunque pareció estar un pelo adelantado. Sin embargo, el VAR corroboró la posición de Oyarzábal. La rodilla de Stones -según la tecnología- habilitó al delantero. Finita.

Pero eso no fue todo, porque enseguida Inglaterra fue en busca del empate con sus últimas energías. Y casi lo consigue con un tiro de esquina de Palmer al corazón del área que conectó Declan Rice, pero su cabezazo lo tapó el arquero Unai Simón. Quedó el rebote y Marc Guehi impulsó el balón al arco, pero allí surgió Dani Olmo sobre la línea para despejar y salvar a España. Increíble.

Al final, fue justo. España fue el mejor equipo de la Eurocopa y un gran campeón. Pero los instantes finales fueron inolvidables y un poco polémicos.



Fuente Clarin

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