Franco Colapinto vivió su gran día en la Fórmula 1, debutó oficialmente como piloto titular de Williams Racing y cumplió una gran tarea en las dos primeras tandas de entrenamiento del GP de Italia, sobre el mítico circuito de Monza.
A pesar de los nervios, la ansiedad y la presión que sobrevuela sobre este chiquilín de 21 años, su cabeza parece ser digna de la alta competencia que impone la Fórmula 1: se lo ve muy suelto en las entrevistas, sonríe ante el reconocimiento de la gente y se dio el gusto de soltarse al volante de su coche en más de una oportunidad.
Bien temprano, antes de salir a la pista, se lo vio en un Fan Fest organizado por las autoridades de la Fórmula 1 por donde debían pasar algunos pilotos. Franco se subió al escenario y recibió el cariño de los fanáticos, con el micrófono en la mano.
«Hay más argentinos que italianos», destacó entre risas, ante el grupito de albilcelestes, pocos pero muy ruidosos, que se acercaron a apoyarlo. En medio del griterío apareció la otra pasión de este muchachito que pasó toda su vida arriba de coches de carrera: Boca Juniors.
«Boca, Boca, Booooooooca…», bromeó Franco imitando el grito de guerra del equipo argentino, conocido a nivel mundial. El video de ese momento lo convirtió en tendencia de las redes sociales desde antes que se subiera a su Williams.
Video
Colapinto le habló a sus fanáticos y los sorprendió con un particular grito: «Boooooca»
Lo mismo pasó con Christine GZ, la influencer, corredora y cronista de la cadena DAZN con la que protagonizó un divertido ida y vuelta en los boxes del autódromo más tradicional de la Fórmula 1.
Tras su intercambio viral del día jueves volvió a aparecer otro video en el que se muestran abrazados y prometiéndose una selfie juntos.
Esta faceta desconocida de Franquito también destacada en Argentina, donde también se puso sobre la mesa otro video en el que el nacido en PIlar elogia el español de una notera brasileña.
Pero Colapinto tenía un trabajo que hacer y en Williams confían que será capaz de cumplir las expectativas. El equipo británico apostó por él para las nueve carreras que le quedan a la temporada, donde no sólo tendrá que hacerle frente a un mundo completamete nuevo sino que lo hará compitiendo con pilotos que ya tienen mucho recorrido a cuestas.
Enfocado y serio en los boxes, donde escuchó la voz de los ingenieros y los jefes del equipo, Franco llevó esa concentración a la pista de Monza, donde cumplió un trabajo casi perfecto. Probó distintos neumáticos, corrigió un despiste a tiempo para no dañar el auto y se movió a la perfección cuanto tocó correr en equipo con Alex Albon, su compañero, que en cinco temporadas lleva 93 carreras y dos podios.
Los entrenamientos dejaron algunos momentos muy particulares, como ver a Colapinto pisando el acelerador detrás de una Ferrari para probar el ritmo que puede tener durante la carrera de este domingo.
Franco se divirtió volando sobre el llamado Templo de la Velocidad, donde llegó a registrar 343 kilómetros por hora, pero también detenido.
En la zona de boxes, mientras esperaba que el semáforo le diera salida tras una bandera roja, Franco mató el tiempo tratando de arreglar uno de los stickers que luce en su nuevo coche.
Tras la segunda prueba y el cierre de la acción del viernes, Franco dio algunas entrevistas y mostró cierta dosis de autocrítica señalando que necesita arriesgar un poco más en el tercer sector, el único donde corrió más despacio que Albon, y el más riesgoso de Monza.
Fue un primer día muy productivo, fue la conclusión a la que llegaron todos, y esperan repetir este sábado cuando se lleve a cabo la tercera práctica (7.30 hora argentina) y luego en la clasificación, a las 11 de la mañana.