cuándo nació la paternidad del ‘Ciclón’ y cómo está el historial antes del clásico por la Copa de la Liga

En cada edición del clásico entre Boca y San Lorenzo, como la de este sábado por la Copa de la Liga Profesional (17:00, en La Bombonera), las discusiones sobre paternidades, números y temporalidad se renuevan. Puro folklore futbolístico. “¡Le llevamos tantos partidos!, ¡Hay que contar todo!, ¡Solo hay que tomar en cuenta un etapa!, ¡Lo que importa es sólo el torneo de Primera!”. Las afirmaciones, los argumentos, en general sin rigurosidad histórica, se multiplican. Aún así, hay una certeza: el Ciclón tiene una fuerte paternidad sobre el Xeneize. Pero, ¿cuándo empezó exactamente?

Boca fue fundado el 3 de abril de 1905, se inscribió en la Asociación de Fútbol en 1908 y empezó a jugar en Primera en 1913. San Lorenzo nació oficialmente el 1 de abril de 1908, se afilió en 1914 y debutó en la máxima división en 1915. Ese año se enfrentaron por primera vez.

El domingo 7 de noviembre, en la cancha que Boca tenía Wilde, el local se impuso por 5 a 0, con esta curiosidad: tres de los cinco goles fueron en contra, dos del back central Alberto Coll y uno de su hermano José (arquero) -ambos re-fundadores del club en 1914-. Francisco Taggino y Alberto Galeano marcaron los otros.

En aquellos años fundacionales, la superioridad de Boca fue contundente: ganó 8 de los primeros 11 partidos y apenas perdió uno. Además, se impuso en los cinco partidos que jugó como local, el de Wilde citado, en la Dársena, en Ferro, en River (Alvear y Tagle) y en el actual predio, pero cuando era de madera. El único triunfo de San Lorenzo fue por 1-0 el 8 de septiembre de 1929 en el Gasómetro, con gol de Arturo Arrieta.

Se lee en el anuncio del diario La Argentina de ese día: “Un par de partidos extraordinarios sirve de base al programa de partidos de la primera división A. Los sostenidos San Lorenzo y F. C. Oeste, que en sus fields recibirán a Boca Juniors y a Independiente, respectivamente. De ellos el que se efectuará en avenida La Plata 1768 es el que ha suscitado mayor interés entre los aficionados, por cuanto uno y otro adversario, que encabezan las posiciones, permanecen invictos y cuentan con fuerzas muy respetables. A la suma de prestigios que han conquistado en anteriores competencias y a la importante que jugará en el futuro de sus campañas…”.

Al día siguiente, en la cobertura del 1-0, el diario destaca que hubo alrededor de 40 mil personas en el estadio. “A las 15 horas, según informes de las autoridades del club local, se habían vendido 28.000 entradas para la tribuna popular y 6.000 para la tribuna oficial”. A casi 30 años de su fundación, tanto Boca como San Lorenzo ya eran dos de los clubes más populares del fútbol porteño.

Para 1931, cuando empezó el profesionalismo, San Lorenzo tenía más de 15.000 socios y era, junto con River, el club con más asociados de la nueva Liga Argentina de Football. Justamente estos tres, más los de Avellaneda (Racing e Independiente), lograron tener tres votos a partir de 1937 en las decisiones del Comité Ejecutivo de la AFA. Para implementar el voto calificado o proporcional, se tomaron en cuenta tres cuestiones: 20 años en Primera División, más de un título y más de 15.000 socios. A partir de entonces, nació el apodo de los cinco grandes. Resulta absurdo empezar a contar la historia desde 1931.

Para 1940, San Lorenzo empezaba a revertir la historia con Boca. En la primera década profesional (1931-40), hubo 8 triunfos santos (uno por una copa nacional) y 7 xeneizes. Y en total, tras 33 encuentros, Boca sumaba 15 triunfos contra 9 del Ciclón. Tras una nueva década (1941-50), la ventaja se había reducido considerablemente. Tras 55 clásicos, la diferencia apenas era de tres: 22 victorias contra 19.

Fue en la década de 50 cuando San Lorenzo empieza a fortalecer su paternidad, tras cinco triunfos seguidos: 1-0 en 1951, dos 2-1 en 1952, 1-0 y 2-1 en 1953. Por primera vez, estaba arriba: 24 a 23. En 1957, Boca recuperó la ventaja, 28 a 25, pero en 1959, con otras cinco victorias pero en seis encuentros, los de Boedo pasaron arriba 30 a 29. Fue el 22 de noviembre de 1959, en la victoria en el Gasómetro por 2 a 1.

Desde entonces, San Lorenzo nunca más estuvo abajo en el historial con Boca. Para esa época, los medios ya hablaban de paternidad, al menos es lo que publicó Clarín el 9 de septiembre de 1968: «La paternidad que San Lorenzo de Almagro mantenía con Boca Juniors se prolongaba ya en el Gasómetro como en la Bombonera”, Incluso, ya para 1972 estaba nueve partidos arriba: 43 triunfos contra 34.

Tres años después, el suplemento deportivo de Clarín del 13 de octubre de 1975 titulaba: «San Lorenzo volvió a la paternidad». Sin embargo, en 1987 el Xeneize logró empardar el clásico con 50 victorias. Y enseguida San Lorenzo volvió a sacar ventaja tras el 1-0 del 12 de octubre de 1987, con gol de Darío Siviski de cabeza.

Así llegamos al siglo XXI y tras dos décadas de competencia, San Lorenzo mantiene una ventaja de 8 partidos sobre su clásico rival. Desde 1915 han jugado 211 partidos, con 83 victorias santas, 75 xeneizes, otros 52 empates y un partido al que se lo dieron por perdido a ambos (el del 14 de diciembre de 1990 en la Bombonera, el día que fue asesinado Saturnino Cabrera). De los 211 partidos, 202 son de Liga (77 a 73), 5 de copas nacionales, como el de este sábado (3 a 1 ) y 4 por copas internacionales (3 a 1).

Además, San Lorenzo es el club con más triunfos de visitante sobre Boca, en toda la historia (31 de 93) y en la Bombonera desde su inauguración el 25 de mayo de 1940 (24 de 74). El segundo es River, que en la actual cancha de Boca jugó 104 y se impuso en 22 ocasiones. Una muestra del alto promedio del Ciclón, en el que impone siempre su paternidad. Una paternidad que fue construyendo con los años.

¿Y si se cuenta solo el profesionalismo? Para los que caprichosamente recortan la historia, cegados por el fanatismo, los números le juegan más a favor, claro. La ventaja es de 15 partidos (82 a 67 en 200 encuentros). Pero no cambia nada. La paternidad no cambia. Es fuerte, es potente, es historia.