El duelo que París Saint-Germain y Aston Villa protagonizarán el miércoles desde las 16 en el Parque de los Príncipes por la ida de una de las llaves de los cuartos de final de la Champions League marcará la segunda presentación de Emiliano Dibu Martínez en territorio francés desde la final del Mundial Qatar 2022 y, en consecuencia, desde que se transformó en un enemigo público en ese país.
La génesis de la animadversión de los franceses hacia el arquero tiene una fecha y un lugar fácilmente detectables: el 18 de diciembre de 2022 en el Estadio Lusail. Y también tiene motivos: su irritante conducta durante la tanda de remates desde el punto penal, sus provocaciones a los pateadores del seleccionado europeo, el baile después de que Aurélien Tchouaméni fallara su tiro, el vulgar gesto de apoyar sobre su entrepierna el trofeo del Guante de Oro para simular un pene erecto, los cantos contra Kylian Mbappé en el vestuario tras la consagración. A eso se sumó, ya en los festejos en Buenos Aires, la pretendida humorada de cargar un muñeco con el rostro del delantero.
Por todo ello, los cuestionamientos desde Francia no se hicieron esperar en aquellos días. El diputado Karl Olvie, quien además era el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos París 2024, pidió a la FIFA que le quitara al guradavalla el Guante de Oro. La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, definió los gestos y las palabras de Martínez como “penosos, vulgares y fuera de lugar”. Menos diplomático, el defensor Adil Rami, campeón del mundo en Rusia 2018, escribió en su cuenta de Instagram que el marplatense era “la mayor mierda en el mundo del fútbol, el hombre más odiado”.
Dos meses después de aquella final, el arquero del seleccionado argentino intentó reparar algo que ya no tenía arreglo. “No tenía intención de lastimar a nadie”, afirmó, en una entrevista publicada en la revista France Football, sobre el festejo en Buenos Aires con el muñeco con la cara de Mbappé.
“No hay nada personal contra él. Lo respeto enormemente. Si cantamos sobre él es porque es un crack”, añadió. Sobre el gesto con el trofeo del Guante de Oro dijo: “Fue una broma con mis compañeros”. Y procuró explicar: “A lo largo de mi carrera crecí con los franceses y nunca tuve el más mínimo problema. Podés preguntarle a (el delantero Olivier) Giroud (fue su compañero en Arsenal) qué tipo de persona soy. Me gusta mucho la cultura y la mentalidad francesas”.

Esas pretendidas justificaciones no resultaron demasiado útiles para cerrar el tema. De hecho, varios meses después, el 30 de octubre de 2023, el marplatense obtuvo el Trofeo Yashin al mejor arquero de la temporada 2023, una de las distinciones que se otorgan durante la gala del Balón de Oro. Cuando Didier Drogba lo presentó, se escucharon unos leves abucheos en el Théâtre du Châtelet de París. Después de que se proyectaran las imágenes de sus mejores tapadas, entre las que sobresalía la que realizó ante Randal Kolo Muani en la final del Mundial, los silbidos crecieron y el exdelantero marfileño tuvo que pedir que respetaran al ganador. “Es normal, les ganamos el Mundial y estamos acá en Francia. No tengo nada contra ellos”, señaló luego Martínez sobre los abucheos.

En abril de 2024, Aston Villa enfrentó a Lille en uno de los cruces de los cuartos de final de la Conference League. En el partido de ida, los ingleses ganaron 2 a 1 en Birmingham. En el desquite y luego de 120 minutos en los cuales el guardavalla argentino fue silbado e insultado por el público, los franceses se impusieron por el mismo resultado en el estadio Pierre-Mauroy, por lo que la serie debió definirse con remates desde el punto penal.
En la definición y pese a las limitaciones reglamentarias el respecto, el Dibu repitió su tradicional acting, bastante irritante para sus adversarios. En el primer turno de los locales, detuvo el remate del mediocampista argelino Nabil Bentaleb y tras ello hizo un gesto provocador a los simpatizantes que estaban en la tribuna ubicada detrás del arco en el que se estaban ejecutando los tiros. Por ello, el árbitro eslovaco Ivan Kružliak le mostró la tarjeta amarilla.
¡¡EL DIBU ATAJÓ EL PRIMER PENAL Y MANDÓ A CALLAR A LA HINCHADA DE LILLE!!
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En el último disparo de la serie de cinco, cuando el tanteador favorecía 4 a 3 a la visita, Martínez repelió el derechazo del capitán Benjamin André y le dio la victoria a su equipo. Tras ello, bailó de cara a la tribuna. El árbitro, en ese caso, omitió la amonestación. Pero la amarilla que había recibido un rato antes le valió una suspensión que le impidió disputar el duelo de ida de una de las semifinales ante Olympiacos, que terminaron ganando los griegos. “No quiero pasar tiempo hablando de ese muchacho, que tiene una actitud que no es la de un deportista de alto nivel porque en el deporte de alto nivel, en la victoria o en la derrota, hay que estar calmado y ser elegante”, lo criticó el presidente del Lille, Olivier Letang.
¡¡A BAILAR CON EL DIBU!! EMILIANO MARTÍNEZ ATAJÓ EL ÚLTIMO PENAL Y LE DA LA CLASIFICACIÓN A ASTON VILLA EN FRANCIA.
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En octubre pasado, el futbolista del seleccionado argentino regresó al Théâtre du Châtelet de París para una nueva gala del Balón de Oro, en la que terminaría alzando nuevamente el Trofeo Yashin. Al llegar al lugar, fue recibido con silbidos y abucheos. “No sé si soy una estrella aquí porque la gente no me trata muy bien. Pero es normal, les ganamos un Mundial”, sostuvo al ser entrevistado en la transmisión oficial del evento. Cuando le tocó hablar en el escenario tras recibir la distinción, procuró justificar su habitual proceder en el campo: “En la cancha uno se comporta como le sale en el momento. Hago todo lo que puedo para ayudar a mi equipo y a la selección”.
Unos días después, France Football publicó una entrevista con el guardavalla, en la que retomaba el tema de la tirria con los franceses, que había sumado capítulos por el áspero partido entre los seleccionados sub-23 de los dos países en los Juegos Olímpicos de París (los locales ganaron 1 a 0 en los cuartos de final) y por una transmisión en vivo de las celebraciones del conjunto argentino tras la obtención de la Copa América, en la que se había escuchado a Enzo Fernández entonar una canción que en apenas ocho versos combinaba racismo, xenofobia, homofobia y transfobia.

“Cuando los argentinos hacen algo, tiene que ser horrible. Enzo Fernández es un tipo encantador y lo llamaron racista cuando no lo es en absoluto”, aseguró. “No me gustó lo que pasó en los Juegos Olímpicos. Los franceses celebraron en nuestra cara, nos patearon y nos llamaron arrogantes. Los aficionados pueden hacer lo que quieran, pero los jugadores cruzaron la línea. Tiene que haber respeto entre profesionales”, reclamó. “Algunos hablan de arrogancia o de mal comportamiento. No me importa lo que la gente diga de mí. No siento ningún odio hacia Francia. Los franceses son gente encantadora. Solo son rivales para nosotros porque son buenos”, agregó.
Con semejantes antecedentes, no es necesario ser demasiado perspicaz para suponer que Martínez no será tratado cordialmente en el Parque de los Principes esta tarde, cuando se presente con su equipo ante el PSG en el duelo de ida de este cruce de los cuartos de final de la Champions League (desde las 16 horas, transmiten Fox Sports y Disney+).
Para Aston Villa, será su primer partido en esta instancia del principal torneo de clubes de Europa desde el 16 de marzo de 1983, cuando cayó 3 a 1 con Juventus en Turín. Para el arquero, será un nuevo capítulo de su rivalidad con el público francés.