No necesita tirar frases grandilocuentes. Tampoco, sentarse en el panel de un reality o en una mesa de los Martín Fierro. Mucho menos pelearse con sus propios hinchas. Dejó una huella en la Selección, con la que fue campeón del mundo, bicampeón de América y tuvo el reconocimiento de Lionel Scaloni y sus ex compañeros. Y en River lo aman. Franco Armani habla y se muestra con sus atajadas adentro de la cancha, donde volvió a ser fundamental para River, que necesita de sus manos en los momentos de definición que se le vienen.

En su partido 300 en el arco de River, Armani volvió a decir presente. Y nada menos que en la Bombonera. No tuvo demasiado trabajo, es cierto, porque Boca le llegó poco pero cuando se lo requirió ahí estuvo él. En tiempo de descuento le sacó un mano a mano a Exequiel Zeballos, como había pasado con Darío Benedetto en la final de ida de la Copa Libertadores 2018. Y en la última jugada, la del gol anulado al Xeneize, fue protagonista ya que advirtió enseguida la mano de Milton Giménez, y fue inmediatamente a protestarla.

Al final, disfrutó de la victoria porque ya no le quedan muchos Superclásicos por disputar. Y también porque volvió a relucir que es un arquero de clásicos. De los 47 que disputó, ante Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo, solo perdió 7. Ganó 26 y empató 14. Y si solo se contabiliza contra el Xeneize, el saldo también es a favor. De 18 encuentros, triunfó en 8, igualó en 6 y cayó en 4.

Armani ejerce la capitanía de River cada vez más y mejor. Cultor de un perfil bajo, muestra su personalidad a su manera. Y en La Boca, a diferencia de otras veces, decidió responder a los insultos cuando se iba de la cancha mostrándoles el escudo de River y el dorso de su camiseta para que vean su apellido.

El Pulpo celebró otra vez frente a Boca.
Foto: REUTERSEl Pulpo celebró otra vez frente a Boca.
Foto: REUTERS

«Ganar un clásico, de visitante, nos pone felices por todo, por el grupo, la familia, los médicos, el cuerpo técnico que en el día a día nos da las herramientas para poder competir de esta manera”, destacó Armani.

Y agregó: “Es una alegría muy grande porque demostramos una vez más que los que no venían jugando lo hicieron muy bien. Estuvieron a la altura del partido, de lo que significaba. Todo el grupo entrena para poder jugar, pero la decisión después la tiene el técnico. Demostraron que están, que somos un grupo competitivo».

El casildense de 37 años, quien tuvo otra gran actuación, venía de lucirse también en la ida de cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Colo Colo en Chile, siendo la figura del encuentro. Y en la revancha del martes River también lo necesitará en buenas condiciones.

Mientras tanto, el arquero, que ya quedó hace rato en los libros de historia riverplatenses, buscará seguir agigantando su figura. Con dos temporadas más por delante (tiene contrato hasta fines de 2026), quedó a 105 partidos de igualar a Ubaldo Matildo Fillol, el número dos del podio de arqueros con más presencias en River, detrás de Amadeo Carrizo, con 551.

Armani también está en el podio junto a las dos leyendas mencionadas. Con la del sábado llegó a 135 vallas invictas y está por detrás de las 183 de Amadeo y las 155 del Pato. Eso sí, las del santafesino son en menos cantidad de encuentros, lo que le da un promedio de una cada dos partidos y fracción. Y sí los supera en cantidad de títulos en River. El actual guardameta Millonario tiene 10, mientras que Carrizo 8 y Fillol 7.

Armani pudo con la historia misma. Se metió en la de la institución de Núñez y también en la del fútbol local: no solo es el arquero argentino más ganador, con 27 galardones. sino que además es el segundo en actividad con más trofeos detrás de Manuel Neuer (32). Y todavía va por más gloria.



Fuente Clarin

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