Casualidad o causalidad, la misma discusión se produjo casi en paralelo a más de 10.000 kilómetros de distancia, en el Santiago Bernabéu, donde todo el Barcelona reclamó por una pelota que el arquero del Real Madrid Andriy Lunin rechazó sobre la línea. La diferencia, en ese caso, fue que el árbitro no convalidó el tanto como sí hicieron Yael Falcón Pérez y el línea Juan Pablo Belatti en el estadio Mario Alberto Kempes, que luego rectificó el VAR a cargo de Jorge Baliño.

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Pero primero entendamos qué es lo que, también, reclamó el propio Romero en la zona mixta: «Es importante la tecnología, que muchas veces se usa bien, digamos. Pero lo más importante sería que pongan el reloj. Que el árbitro tenga el reloj. Que el reloj te dice gol o no gol en el instante«.

Claro, Chiquito lo dice con conocimiento de causa. La Premier League de Inglaterra, donde tanto tiempo defendió los colores del Manchester United antes de llegar a Boca, implementó este sistema de detección automático de gol en la temporada 2013 y lo mantiene hasta la actualidad. Luego se sumaron la Bundesliga de Alemania, y más acá en el tiempo, la Ligue 1 de Francia e Italia (Serie A y Serie B, incluso).

¿Cuál es el principal impedimento para que se aplique en Argentina? El económico, obvio. Su utilización obligaría a una inversión de unos 5 millones de dólares por temporada, teniendo en cuenta que son 567 partidos los que se juegan entre Liga Profesional y Copa de la Liga. En la Premier, que cuenta con 20 equipos en la máxima categoría, se desembolsan unos cuatro millones de dólares.

El análisis de mercado marca que, en todo un año calendario, la utilización de este sistema es mínimo y no justifica a ese desembolso, además de que obliga a tener una licencia FIFA, tal como ocurrió con la implementación del VAR en nuestro país.

¿Cómo funciona el Detector Automático del Gol (DAG)?

La tecnología, que a nivel FIFA se implementó desde la Copa Confederaciones 2013 y el Mundial masculino de Brasil 2014, «permite determinar de forma instantánea si el balón ha rebasado o no en su totalidad la línea de meta».

«Esta tecnología está diseñada de manera que el juego no deba detenerse ni se vea afectado en modo alguno, ya que la señal llega únicamente al reloj del primer árbitro. Salvo que los organizadores de la competición decidan mostrar una repetición, la información solo está a disposición del árbitro, que puede recurrir a ella si tiene alguna duda», explicó, en su momento, la propia FIFA.

Su funcionamiento está basado en el uso de 14 cámaras de alta velocidad situadas a lo largo de todo el terreno de juego y donde muchas de ellas están centradas en ambos arcos. Las imágenes tomadas en tiempo real son analizadas al instante por una computadora y manda una señal al árbitro para decirle si el balón pasó o no la línea de gol. El reloj vibra y en la pantalla aparece la palabra «Goal» (gol, en inglés).

Entonces, en la Liga Profesional, se necesitarían 392 cámaras para 28 estadios (si es que Barracas Central termina sus refacciones y regresa a su escenario de Olavarría y Luna, en la Ciudad de Buenos Aires).

Aciertos, pero también errores

No deja de ser tecnología, de todas formas, y en estos diez años de implementación también ha habido fallos. En la temporada 2021-2022 de la Bundesliga, el partido que disputaron Mainz 05 y Arminia Bielefeld validó como gol una jugada en la que la pelota claramente estaba encima de la línea ya que el reloj le avisó erróneamente de que había entrado. Finalmente, anuló el tanto tras consultar el VAR.

En Inglaterra apareció el error más grave con el ‘Ojo de Halcón’ de por medio, aunque en sentido contrario. En un partido disputado entre el Aston Villa y el Sheffield United, en plena pandemia. Orjan Nyland, arquero de los Villanos, se metió con la pelota en su propio arco, pero el reloj no avisó de ello al árbitro Michael Oliver, que no dio validez al tanto.

Sin embargo, la jugada no fue revisada en el VAR, ya que se consideró que esta tecnología era infalible. Tras el partido, y viendo las imágenes, la empresa ‘Hawkeye’ -proveedora del servicio y una de las dos que tienen la licencia FIFA para esta tecnología- reconoció que la pelota había entrado y pidió perdón. En su explicación, señaló que las siete cámaras encargadas de ese arco fueron ocultadas por el arquero, los defensas y los palos y que era la primera vez que cometían un error en más de 9.000 partidos utilizando el sistema.



Fuente Clarin

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