Abrazados, a puro grito, arengando a los hinchas de Boca que festejaban el triunfo ante River y perseguidos por todos los fotógrafos. Así, como si fuesen Mick Jagger y Keith Richards luego de un recital de Los Rolling Stones, abandonaron el campo de juego Edinson Cavani y Miguel Merentiel. Y la imagen final evidenció lo que sucedió en el campo de juego, porque los uruguayos fueron las grandes figuras del Superclásico de Córdoba. “Ganamos jugando al fútbol”, soltó el Matador. “Nunca hay que rendirse”, sumó la Bestia.

Cavani y Merentiel se entienden afuera y adentro de la cancha. La conexión en el día a día se entiende porque comparten nacionalidad. Pero poco a poco se fueron complementando adentro de la cancha. Y para que la sociedad brille, el desgaste del Matador de 37 años es fundamental: muchas veces es él quien juega de segunda punta para dejar más anclado a la Bestia. “Con Edi pegamos una conexión buenísima desde que llegó. Nos llevamos muy buen, como con todos los compañeros. Tenemos una conexión especial. Nosotros estamos muy felices de que esté con nosotros, lo disfrutamos día a día”, elogió Merentiel a Cavani.

Y los uruguayos no son buenos solo por lo que hacen con la pelota en los pies y por sus goles: en Córdoba se fajaron cuando el partido les pidió un compromiso físico. Por caso, Cavani se cruzó en varias oportunidades con los zagueros González Pirez y Paulo Díaz.

Ganar un clásico es un sueño; un deseo, más que nada, porque a los sueños a veces los veo muy lejanos. Tenía muchas ganas de venir a este club. Y jugar con nuestra gente y con la gente del otro equipo, le daba un sabor especial. Por eso es que estoy feliz. Creo que todo el pueblo xeneize está orgulloso y feliz de su equipo”, explicó Cavani tras la victoria. Y siguió: “Sufrimos por momentos, por ahí no encontrábamos mucho la pelota y los espacios se hacían muy grandes en el primer tiempo. En ese momento igualmente nadie tiró la toalla, todos nos mirábamos a los ojos y sabíamos que este partido lo podíamos dar vuelta. Dimos el golpe justo y salimos al segundo tiempo con esa rabia entre los dientes. Y ganamos jugando al fútbol. A veces se pueden decir eso de que en Boca lo de jugar bien está como en segundo plano. Hoy jugamos metiendo y ganamos jugando al fútbol”.

La carrera de Miguel Merentiel es opuesta a la de Cavani: no brilló en Europa y, por lo tanto, tuvo que luchar desde más abajo para encontrar este presente de ensueño. “Estoy feliz por el esfuerzo que venimos haciendo en la semana y el que hizo esta gente para venir a apoyarnos. Es una victoria súper importante, tenemos que seguir adelante”, destacó la Bestia. Y cerró: “Hicimos esfuerzo terrible yendo abajo y hay que valorarlo. Nunca hay que rendirse, hay que dar el máximo hasta el final”.

Como dos estrellas de rock. Así dejaron la cancha Cavani y Merentiel, los Rolling Stones de Boca que tocaron la mejor canción.



Fuente Clarin

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