El gol está ausente, pero su categoría, más vigente que nunca. Lo demostró el sábado en Córdoba, dónde Boca logró mucho más que tres puntos; además, consiguió el pasaje a los octavos de final del Torneo Apertura y está en una posición que podría asegurarle la localía hasta las semifinales. Pero Edinson Cavani -de él se trata esta historia- convive entre su chapa de capocannoniere y su brillo en otra función, que no solo es dejar su huella en el arco rival. Por eso se habla tanto del uruguayo en estás horas que los hinchas intentan cicatrizar las heridas de la eliminación de la Copa Libertadores gracias a los resultados en el ámbito local.

«Trabajamos para que Cavani pueda convertir», dijo Gago en la conferencia de prensa que se llevó a cabo en el Gigante de Alberdi, un rato después del 3 a 1 que se firmó con los goles de Marco Rojo, Kevin Zenón y Carlos Palacios (Lucas Menossi descontó para los cordobeses). Y es cierto que tuvo dos chances muy claras, pero no logró someter a Manuel Vicentini.

La primera se corporizó en un flashback que se viralizó en las redes sociales. Un centro de Lautaro Blanco que Cavani, abajo del arco, cabeceó por encima del travesaño. Fue una jugada calcada al gol que le anotó a Portugal en el Mundial de Rusia 2018 con una diferencia: el envío -desde el mismo sector- fue ejecutado por Luis Suárez, pero con la pierna derecha. Aquella vez, el uruguayo nacido en Salto clavó el testazo en la red.

La segunda fue un mano a mano en el que Cavani tenía ángulo y facilidades para rematar, pero eligió un pase que interceptó Nicolás Meriano cuando Vicentini estaba vencido. Fue una evidencia de la falta de confianza de un jugador que tiene 462 goles en su extensa carrera que se desarrolló, fundamentalmente, en las grandes ligas de Europa.

Lleva 25 gritos en Boca, pero este año apenas dos en diez partidos disputados: contra Huracán (victoria 2 a 1) en la fecha 2 y ante Defensa y Justicia (goleada 4 a 0) en la fecha 10, ambos en la Bombonera.

Cavani demostró que su nivel puede ser superlativo cuando el equipo tiene buenas sociedades y no se queda estacionado en el área. A pesar de que compartió el cartel de «9» con Milton Giménez, el ex Banfield se movió más por afuera. Y el uruguayo, entró y salió del área para ser un eje. Además, participó de los tres goles.

En el 1 a 0 fue una referencia en el primer palo, lo que obligó a rechazar incómodo a Meriano. En el segundo, inició la jugada y asistió a Zenón con un gran cambio de frente. En el tercero, peleó una pelota que derivó en el pase atrás, un rebote del arquero y la definición del chileno.

«Tratamos de mirar todo lo colectivo. Después, lo individual, tratamos de generar situaciones donde Edi esté cómodo, donde tenga situaciones para poder definir y a partir de eso, buscar los mejores aspectos de cada uno. Y lo que más me gustó del equipo fue la autoridad que tuvo para jugar y disputar cada duelo. Seguimos insistiendo en eso porque genera la confianza que, a partir del juego, pudimos reponernos al empate», analizó Gago.

Lo cierto es que Boca está en el podio de los equipos que más goles hicieron (20), pero Cavani apenas aportó el 10 por ciento. Muy poco si se toman en cuenta sus antecedentes. Ante Estudiantes, el sábado en la Bombonera, intentará recuperar esa contundencia que lo acompañó desde sus primeros tiempos en Danubio. Adelante, muy probablemente, lo acompañará su compatriota Miguel Merentiel. Es que Milton Giménez sufrió un esguince en el tobillo derecho durante el dueño con Belgrano y no estará disponible. ¿Llegará para el Superclásico del 27 de abril?





Fuente Clarin

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