Carlos Alcaraz ganó una doble batalla en su segunda presentación en las ATP Finals de Turín. Se impuso por 6-3 y 7-6 (10-8) al ruso Andrey Rublev, por la segunda fecha del grupo John Newcombe, y mantuvo vivas sus chances de clasificarse a las semifinales. Y venció también a ese virus con el que viene luchando dese hace varios días, que le costó una derrota en su debut y que amenazó con forzarlo a retirarse del certamen. Aún sin sentirse mucho mejor que en las jornadas previas, el murciano, tercer favorito del certamen, mostró un nivel altísimo y logró doblegar a un rival complicado, con un juego de saque muy sólido y la cabeza como principal aliada.
Una hora y 36 minutos necesitó Alcaraz para anotarse su primera victoria en la presente edición del torneo, que reúne a los mejores ocho jugadores de la temporada. Tras cancelar el martes su entrenamiento luego de apenas cinco minutos de peloteo, porque la congestión por el resfrío no lo dejaba respirar bien -lo que encendió una alarma sobre su continuidad-, este miércoles saltó a la cancha con una cinta nasal, que terminó siendo de mucha ayuda.
«Podía respirar mucho mejor. Es algo que me voy a poner más a menudo. Estoy seguro de que en el próximo partido lo voy a usar y en el entrenamiento», aseguró quien venía de caer por 6-1 y 7-5 con Casper Ruud.
«Me sentía un poco mejor que en el partido con Ruud. No demasiado. Lo que mejoró de ayer a hoy es el malestar del estómago (NdR: Se lo habían provocado los antibióticos que estaba tomando para combar el cuadro gripal). En el resfriado y el pecho tomado no veo mucha mejoría. Sigo con la esperanza de que, con el paso de los días, mejore. Si me encuentro mejor, muy bien, y si no, intentaré mostrar mi mejor nivel como esté», contó.
Y afirmó: «Traté de olvidarme de que no me sentía bien y ofrecer un muy buen tenis. Es lo que hacen los mejores jugadores. En Madrid, Rublev jugó muy bien todo el torneo, a pesar de estar mal».
Logró ese objetivo Alcaraz, a pesar de que tuvo que luchar en los dos sets. El primero, mucho más nivelado de lo que quizás sugiere el marcador, lo cerró con dos quiebres consecutivos en el séptimo y el noveno game. El segundo, en el que ni siquiera hubo chances de quiebre, se definió en el tie break. Rublev no pudo aprovechar dos puntos de sets y Alcaraz selló la victoria en su segundo match point.
«Hoy me centré en mi juego y en lo que tenía que hacer para olvidarme de que estoy enfermo. Y me sorprendí mucho. El modo en el que jugué desde el fondo, con el saque, estuve muy calmado…Pude aguantar, jugar puntos largos, correr y desplegar un buen juego desde el fondo de pista. Creo que ha sido un partido muy sólido, lo necesitaba. Me da mucha confianza de cara al último partido del grupo, que va a ser complicado«, analizó el español.
«Muy contento del nivel que mostré, fue muy alto a pesar de estar resfriado. Pensaba que desde el fondo de la cancha contra alguien como Rublev, que pega muy duro y domina, no me iba a encontrar del todo bien. Pero, una vez que entré a la cancha, me encontré mejor de lo que pensaba. El saque fue un gran arma y me ha ayudó mucho durante todo el partido. Sin ir más lejos, en el tie break tuve muchos puntos gratis que te dan calma y te ayudan a pensar con claridad. Cuando te devuelven todo, te genera un poco de ansiedad», admitió.
El ruso, octavo del ranking, coincidió en el análisis que hizo su vencedor. «De todos los partidos que hemos jugado, este fue el que jugó en su mejor nivel, incluso en el servicio. Normalmente, suele mezclar mucho con mucho efecto o algo así. Hoy tuvo un servicio plano y acertó un alto porcentaje del primer saque. Cuando juega así, sólo hay, no sé, uno o dos jugadores que pueden pararle…», admitió quien sabe lo que es saltar a la cancha sin sentirse bien.
En mayo, el moscovita gritó campeón en el Masters 1000 de Madrid y horas después de levantar el trofeo reveló que había ganado «de milagro» por todas las inyecciones que le habían puesto para combatir una enfermedad que tenía hacía nueve días y no lo dejaba ni comer ni dormir bien. Tras la final, estuvo internado dos días y luego se conoció que había sufrido un absceso en las amígdalas.
Aún con las limitaciones físicas, Alcaraz logró dar vuelta un arranque adverso en el Masters y consiguió su 12° triunfo de este 2024 ante un top 10. Y el 20° de su carrera frente a un rival de ese grupo en canchas duras. Con 21 años y 192 días, es el segundo jugador más joven en alcanzar esa doble decena de festejos desde que se empezó a publicar el ranking en 1973. El más precoz sigue siendo Lleyton Hewitt.
¿Cuál es la clave de sus grandes actuaciones ante los mejores del circuito? Alcaraz lo tiene claro: «El tenis es un deporte tan mental y es muy importante cómo te hablás a vos mismo antes de los partidos. Cuando me enfrento con jugadores del top 10 me repito que tengo que jugar en un gran nivel. Tengo mucha confianza en mí mismo, me repito que jugando a un gran nivel soy mejor que ellos».
El español buscará el viernes buscará sellar su pase a la siguiente ronda ante el alemán Alexander Zverev, segundo favorito, que enfrenta en su segunda presentación a Ruud. Ese duelo podría ser clave, además, en la lucha entre Carlitos y Sascha para terminar el año en el segundo lugar del ranking mundial, como escolta de Jannik Sinner.