Ocurrió hace una década y un día. Fue 7-1 en el Mineirao. Desde entonces, la Selección de Brasil tragó sapos a excepción del título de la Copa América de 2019 cuando venció ajustadamente a Perú 1-0 en la final tras haber eliminado a Argentina en semi con un arbitraje polémico. Se acaba de ir de Estados Unidos en la serie de penales con Uruguay. Y antes… En la de 2015 ganó el grupo que integraba con Perú, Colombia y Venezuela. Perdió en cuartos, por penales, con Paraguay. En la de 2016 no pasó la fase de grupos con Perú, Ecuador y Haití. En el Mundial 2018 el freno llegó en cuartos ante Bélgica. Perdió con Argentina la final de la Copa América 2021 con aquel gol de Ángel Di María y en el Mundial de Qatar otra vez fue condenada en la serie de penales por Croacia, que le había empatado 1-1 en el minuto 117 del alargue. ¿Por qué le pasa esto a la Verdeamarela?

Arrastra una larga crisis dirigencial desde el FIFA-Gate. Ednaldo Rodrigues es el actual presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol desde que en diciembre la Suprema Corte le devolvió el cargo tras haber sido destituido por irregularidades en las elecciones internas. Sin embargo, no puede ser la única explicación de un país con una competencia interna vigorosa y con clubes ricos, comparados al resto de los de Sudamérica. El Brasileirao, que no se detuvo durante la actual Copa América, es sumamente competitivo. Y aquí, otra contradicción. Es tan competitivo que con 15 de las 38 fechas disputadas, tres grandes, Corinthians, Gremio y Fluminense están en zona de descenso. Llama la atención porque el Flu es el último campeón de la Libertadores y los clubes brasileños ganaron 6 de las últimas 10 Copas. Las últimas 5 consecutivas y de ellas, 3 finales fueron entre equipos del país. En la Sudamericana, desde 2014 , Paranaense fue dos veces campeón y Bragantino, San Pablo y Fortaleza fueron los últimos tres finalistas.

Faltan jugadores. Esa es otra verdad. Los que aparecen son rápidamente vendidos al oro europeo, como ocurrió con Endrick. Y cuando son llamados a la Selección, no dan la talla. Son muy recientes las prestaciones de Vinícius y Rodrygo, campeones de Liga y Champions con Real Madrid, sombras en la Selección sin otras figuras y avejentada. Precisamente, los veteranos Militao y Marquinhos sostuvieron a un equipo que no tiene los laterales de antaño y ofrece volantes sin jerarquía ni calidad. El círculo se cierra con el técnico Dorival, de patética imagen en la arenga previa a los penales con Uruguay cuando los jugadores no le abrieron paso mientras definían a los pateadores. Scolari fue el DT del 7-1, pasaron Dunga, Tité, los interinos Meneses y Diniz, cuando la CBF coqueteó con contratar a Carlo Ancelotti. Hay 8 técnicos extranjeros en los clubes (4 argentinos) y 141 jugadores foráneos.¿Dónde quedó la esencia de Brasil?



Fuente Clarin

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