Una carambola para un gol que ni el astro Lionel Messi pudo convertir. Al rosarino, se sabe, le queda conseguir un tanto olímpico (directamente desde un córner), pero también con la cara. Porque esa fue la parte del cuerpo que utilizó el uruguayo Sebastián Boselli para bloquear un rechace dentro del área y convertir el 1-0 de River, que no encontraba la fórmula para vencer a Deportivo Táchira en su estreno en la Copa Libertadores 2024.
Había entrado hace un ratito Claudio Echeverri, que con su desequilibrio cambió la ecuación de un equipo monotemático, que casi no generó situaciones claras de peligro en San Cristóbal. El Diablito fue quien recuperó la pelota, derivó en Miguel Borja, quien lanzó un centro que la defensa de Táchira intentó rechazar, con tanta mala suerte que rebotó en la cara de Boselli y se metió dentro del arco para el 1-0. De pavota, como en el metegol.