Miguel Ángel Russo tiene dificultades para dar inicio a su tercer ciclo en Boca. Debe levantar física y moralmente a un plantel que viene golpeado y muy cuestionado tras los pésimos resultados del primer semestre de 2025. Sin embargo, el Mundial de Clubes es una oportunidad para dar un giro y cambiar la energía. Para conseguirlo deberá resolver uno de sus problemas antes que ninguno: la defensa.

Tras la práctica matutina que se interrumpió por una tormenta eléctrica en la Universidad de Barry, Russo y su cuerpo técnico que tiene como principal referente a Claudio Úbeda, empezaron a diagramar el plan para enfrentar al Benfica el próximo lunes y la gran duda es quiénes serán los centrales.

Si Boca juega con línea de tres, Rodrigo Battaglia será el libero. Eso es fácil. El tema serán los stoppers o los zagueros centrales, en caso de que finalmente se decante por una línea de cuatro.

Russo apostaría por la experiencia de Marcos Rojo y de Nicolás Figal, a pesar de que el zurdo fue cuestionado por los hinchas y el Consejo de Fútbol por su ausencia en la práctica previa al partido con Independiente y el ex Rojo e Inter Miami lleva seis meses sin jugar tras superar una intervención en un tobillo.

El DT apostará por ellos también porque no tiene a otros: Lautaro Di Lollo trabajó en el gimnasio por una molestia, Mateo Mendía viajará lesionado desde Buenos Aires; lo mismo que Marco Pellegrino, flamante refuerzo. Cristian Lema ni siquiera entró en la lista y también fue cortado Esteban Rolón (Russo hasta probó con Ignacio Miramón de central) y el tema Ayrton Costa sigue en stand by. Si consigue que le sellen el pasaporte, el zurdo que jugó en Bélgica le daría soluciones al entrenador porque Ayrton Costa puede jugar como central -con línea de tres o de cuatro- y también como lateral.

Miguel mientras tanto confía y trabaja con lo que tiene en la búsqueda de variantes: al ensayo con Miramón de central derecho se suma la chance para que Lucas Blondel o incluso Luis Advíncula prueben en esa posición. Todo sea para dejar al equipo bien parado ante el Benfica de Ángel Di María, Nicolás Otamendi y el temible goleador Vangelis Pavlidis.

Hoy habrá caras nuevas en la concentración boquense. Anoche viajó el presidente Juan Román Riquelme pero no fue solo hacia Miami. Con él llegaron Malcom Braida, el nuevo refuerzo y también Mendía y Pellegrino, aunque los dos está recuperándose de desgarros. Tiene sentido que se incorporen porque podrán terminar su tratamiento aquí y podrían estar disponibles para los últimos partidos del Mundial.

Más caras nuevas. En ese mismo vuelo también se esperaba un numeroso grupo de socios e hinchas. Poco a poco, Boca se va a haciendo cada vez más local, a pesar de la indiferencia de los norteamericanos.



Fuente Clarin

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