El nivel de Boca es preocupante y se viene Cruzeiro, nada menos. Al regreso de Mendoza, Diego Martínez decidió darle el domingo libre al plantel. En simultáneo, Juan Román Riquelme trabaja para anunciar el sexto refuerzo, Ignacio Miramón, quien todavía no pudo firmar los papeles y no será parte del cruce de la Sudamericana. Aunque no sería la última incorporación. Hay un jugador que presiona para vestirse de azul y oro y otro que es una vieja obsesión del presidente ídolo.
En ese sentido, Matías Galarza se declaró en rebeldía. El volante dejó Bélgica, llegó a la Argentina y entró en un conflicto con el Genk, dueño de su pase. Riquelme había hecho dos ofertas por su pase, la última por el 50% en 4 millones de dólares. Los europeos le pusieron un precio demasiado alto para Boca (10 millones) y las negociaciones se enfriaron.
Sin embargo, el sueño del ex jugador de Argentinos Juniors, a quien muchos comparan con Román por su porte y manejo de la pelota, es jugar en Boca. Ayer, su hermano Gonzalo publicó en Instagram: “Acá tenés un jugador que te va a rendir siempre. ¿Qué estás esperando”.
Riquelme, ahora mismo, está intentando llegar a un acuerdo con Dallas, que tasó a Alan Velasco en 7 millones de dólares. Caja hay en Brandsen 805, ya que en este año el club xeneize vendió por 54.800.000 dólares.
En cuanto al equipo que jugará ante los brasileños, Martínez espera por las recuperaciones de Marcos Rojo y Cristian Lema, quienes quedaron al margen del partido contra Independiente Rivadavia.
A propósito, Martínez ya tiene la mente puesta en el duelo con Cruzeiro, que se llevará a cabo el jueves en la Bombonera.
“El partido por Copa Sudamericana lo vamos a preparar de la misma manera que lo hacemos siempre, viendo y decidiendo quiénes son los muchachos que mejor llegan y que mejor se recuperen y tratando lo mejor en cada partido. Vamos a jugar una instancia realmente importante, en una instancia donde no tenés tiempo para poder corregir”, manifestó al pie de la Cordillera, tras el 1 a 1 ante el conjunto cuyano.
Y agregó: “La vuelta de Kevin (Zenón) y Cristian (Medina) es muy importante. La verdad es que tuvimos control del partido. El funcionamiento se consigue trabajando. Tuvimos control, pero nos faltó más determinación, también por virtudes del rival. No es una excusa, pero el fútbol argentino es muy parejo y a todos los equipos les cuesta mucho prevalecer sobre el rival. En nuestro caso, a través del trabajo y de la jerarquía, trataremos de encontrar esa diferencia que, en los papeles, tenemos como equipo, pero que en esta parte del torneo nos está costando llevar adelante”.
El caso de Marcelo Saracchi
El uruguayo fue marginado del viaje a Mendoza por una discusión que tuvo con el entrenador antes del partido con Barracas Central. Y aunque ofreció sus disculpas, corre de atrás en la consideración de Martínez. “Hubo una situación en la semana con Marcelo. Que no haya viajado es una decisión que yo tomé porque creí que era lo mejor para el grupo, simplemente eso. Tuvimos la charla que teníamos que tener, todo quedó aclarado y realmente solucionado. Así que Marcelo es un futbolista más del plantel. Y a partir del lunes, como lo hace siempre, va a estar a disposición de lo que dicte el cuerpo técnico”, explicó el entrenador.