Inglaterra sumaba otra decepción. El tiempo se esfumaba y no le encontraba la vuelta a Eslovaquia, que ganaba el partido con el gol de Ivan Schranz. Los ingleses, en las tribunas del Veltins-Arena de Gelsenkirchen, desesperados, empezaron a silbar a los jugadores y a pedirles que patearan al arco ante cada posesión de pelota que terminaba en la nada. Otros eligieron irse antes de tiempo. Hasta que escucharon un estallido de gol y, con los vasos de cerveza en mano, volvieron corriendo.

Hey Jude. Ahí estaba Jude para lograrlo como reza la letra de uno de los temas emblemáticos de Los Beatles. Parado en el área, en posición de centrodelantero, Jude Bellingham metió una chilena para impactar la pelota que llegó desde un lateral (de Walker) y una peinada (de Guéhi) para rescatar a Inglaterra del papelón y de la carnicería mediática que se le iba a venir al equipo de Gareth Southgate. Con la pirueta que dibujó en el aire, la estrella del Real Madrid, con el que viene de ser campeón de la Champions League le dio vida a su selección en la Eurocopa. En tiempo de descuento y a un minuto del final del duelo con Eslovaquia por octavos de final.

Un rato después, en el inicio del primer tiempo suplementario, Harry Kane consumó la victoria con un cabezazo para poner el 2-1 final y hacer pesar la jerarquía. Pero más allá de que ese tanto del goleador de Bayern Munich le dio el triunfo, a Inglaterra la salvó Bellingham, el futbolista que intentó por todos lados durante los 90 minutos, aun cuando el juego no fluía y la desesperación entraba en el cuerpo de los futbolistas de camiseta blanca.

Las críticas a Southgate se multiplicaban porque el técnico no tocaba nada. Y su equipo, si bien se clasificó primero y no perdió en la fase de grupos, venía con actuaciones irregulares. Un pecado. Sobre todo si se tiene en cuenta que de los 11 titulares, 9 juegan en la Premier League, y los otros dos, Bellingham y Kane, en dos gigantes europeos: Real Madrid y Bayern Munich.

Así y todo, los cambios igual le dieron resultado a Southgate. Sobre todo, los primeros tres. Porque Cole Palmer, Ivan Toney y Eberechi Eze aportaron lo suyo y participaron de la jugada del segundo gol. Palmer ejecutó la pelota parada, Eze metió la pelota en el área y Toney asistió de cabeza a Kane.

Con el segundo gol, Inglaterra respiró. Igual, sufrió para poder festejar. Es que el tránsito en el tiempo extra no estuvo despejado. Eslovaquia lo complicó con centros y estuvo cerca del empate. Pero el equipo de Southgate resistió.

Aunque todos los flashes se los lleva a Bellingham. Porque si hubo un alargue fue por Jude y su chilena milagrosa. Con 21 años recién cumplidos (los celebró el sábado) el volante del Real Madrid es el joven maravilla inglés, que en poco tiempo tuvo un ascenso vertiginoso.

Nacido el 29 de junio de 2003 en Stourbridge, la carrera de Bellingham creció a pasos agigantados. A los 8 años se inició en las categorías infantiles del Birmingham y con apenas 16 se sumó a la pretemporada del primer equipo, que disputaba la Championship (segunda categoría). Su debut en Primera llegó en 2019, con apenas 16 años y 38 días. Y al mes hizo su primer gol.

Jugó apenas una temporada en el Birmingham, hasta que en julio de 2020 se oficializó su transferencia al Borussia Dortmund a cambio de 25 millones de dólares. Y hace un año llegó al Real Madrid, a cambio de más de 100 millones de euros. En su selección, debutó en 2020. Estuvo en la último Eurocopa y en el Mundial de Qatar. Este domingo, evitó una eliminación que hubiese sido escandalosa. Y sobre el final, los hinchas entonaron Hey Jude, la legendaria canción de los Beatles en honor a Bellingham: “Narananá, ¡Hey Jude!«.

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Fuente Clarin

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