La argelina Imane Khelif no puede disfrutar de su increíble momento en los Juegos Olímpicos. Desde la primera pelea, cuando la italiana Ángela Carini abandonó la pelea a los 46 segundos, resurgieron voces del pasado que la acusaban de ser una atleta trans. Para colmo, en una bizarra conferencia de prensa repleta de interrupciones, desperfectos y comentarios discriminatorios, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) volvió a cargar las tintas sentenciando directamente que tanto la africana como la de la taiwanesa Yu Ting Lin «son hombres». Cansada de los ataques y los haters que la hostigan en las redes, la deportista lanzó un pedido desesperado: «Basta de acoso».
Imane Khelif es una luchadora pero no porque se suba a un ring a boxear, sino en la dimensión absoluta de la palabra. Nada le fue fácil en la vida. De chica, jugaba al fútbol en Biban Mesbah el pueblito rural en el que creció, en la provincia de Tiaret, al norte de Argelia. Se mezclaba con los hombres que no la podían parar y la mataban a patadas. Y después le terminaban pegando, de la impotencia.
Ahí está el inicio de todo. La hija de Omar Khelif (que esta semana tuvo que salir a aclarar lo insólito: «Mi hija es una niña, fue criada como una niña. Es una niña fuerte, la eduqué para que trabajase y fuese valiente. Ganó su combate ante Carini porque era más fuerte y la otra era débil») aprendió a defenderse de los hombres. Que después de un tiempo ya no sólo les ganaba al fútbol, sino también cuando se agarraban a trompadas.
A pesar de tener el cuero curtido, hay golpes que duelen más que los físicos y, antes de las semifinales de los Juegos Olímpicos, Imane pidió clemencia. «El abuso tiene consecuencias devastadoras y puede destruir a las personas», afirmó Khelif en diálogo con la cadena estadounidense SNTV desde la capital de Francia, en un mensaje que fue dirigido «a todas las personas del mundo».
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«Mi familia en casa está preocupada, en Argelia. Hablo con ellos dos veces por semana, espero que no estén profundamente heridos por todo esto. Siempre fui muy ambiciosa desde pequeña: mi sueño eran los Juegos Olímpicos. Ahora, si Dios quiere, lo haré realidad con una medalla. Si fuera de oro, sería la mejor respuesta», consideró Khelif.
«Hago un llamamiento a todos los pueblos del mundo. Respeten los principios de los Juegos, los contenidos en la Carta Olímpica: rechacen el acoso a todo atleta, porque tiene graves consecuencias», expresó la púgil argelina que este martes 6 enfrentará a la tailandesa Janjaem Suwannapheng para intentar avanzar al combate por el oro en la categoría hasta 66 kilogramos.
«Puede destruir a las personas, mata los pensamientos, el espíritu y la mente y puede dividir a los pueblos», advirtió Khelif, que agradeció al COI y a su presidente, el alemán Thomas Bach, por apoyarla ante las acusaciones de la IBA sobre su identidad sexual.
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«El Comité Olímpico me hizo justicia y estoy contenta por esto, porque demuestra la verdad«, remarcó Khelif, quien garantizó que no se distraerá por la polémica generada en la comunidad internacional.
«No me importa la opinión de nadie: vine aquí para superarme como deportista, al igual que cualquier otro deportista presente aquí, y eso es lo que haré. Honestamente, no los miro», refirió sobre los mensajes publicados sobre su caso en redes sociales.
El COI creó un equipo de «salud mental» para todos los atletas olímpicos que «no nos permite seguir las redes sociales, especialmente durante los Juegos Olímpicos», reveló la argelina.
«Estoy aquí para competir y lograr un buen resultado. Después del frenesí mediático y después de la victoria había una mezcla de alegría y al mismo tiempo estaba muy emocionada. Soy sincera, no fue nada fácil de afrontar: lo viví como algo que hiere la dignidad humana», reconoció sobre los nervios que sintió en el combate de cuartos de final.
Det går på menneskeverdet løs, sier den olympiske bokseren Imane Khelif (25) om bølgen av raseri og feiloppfatninger om kjønn som har skylt mot henne. I intervjuet med SNTV/AP søndag ber hun om en slutt på mobbing av idrettsutøvere. https://t.co/TKg8JYQvXC
— Trond Lepperød (@tvitretrond) August 5, 2024
La boxeadora argelina, que llegó a semifinales tras vencer por 5-0 el pasado sábado 3 a la húngara Anna Luca Hamori, fue descalificada al igual que Ting por la IBA del Mundial 2023 porque no superaron un control de género, ya que presentaron un nivel elevado de testosterona.
Khelif, cuestionada por su cuadro de hiperandrogenismo al igual que Ting (que también ya se aseguró una medalla pero en la categoría hasta 57 kilogramos), garantizó la primera presea para Argelia en París 2024.
La IBA, una bizarra conferencia de prensa y un problema que sigue escalando
Ting y Khelif pueden combatir en París 2024 porque el Comité Olímpico Internacional (COI), que no realiza controles de género, asumió la organización de los torneos de boxeo en París 2024 tras suspender a la IBA presidida por el ruso Umar Kremlev.
Ayer la IBA ofreció una caótica conferencia (empezó una hora tarde, estuvo repleta de problemas técnicos) de prensa en París con la participación mediante videollamada de Kremlev, quien se despachó diciendo que Khelif y Yu Ting Lin «son hombres». Su afirmación levantó abucheos mientras el dirigente exponía los resultados de los controles de las boxeadoras que derivaron en su descalificación del Mundial 2023.
«Un primer análisis de sangre realizado en 2022 reveló anomalías, luego confirmadas en 2023: las dos boxeadoras tenían un ‘cariotipo’ anormal, lo que indica que son hombres», explicó el presidente del comité médico de la IBA, Ioannis Fillipatos.
«La ciencia no es una opinión. Es posible que hayan escrito lo que quiero en el pasaporte: mañana vuelvo a Atenas y pido cambiar mi nombre a Ianna. Si así te gusta, pero la biología es otra cosa», remarcó Filippatos, que fue ginecólogo.
En tanto, el ministro de Deportes y Juventud de Argelia, Abderrahmane Hammad, advirtió desde X, la red social conocida anteriormente como Twitter, que el país africano prometió procesar a cualquiera que ofenda a Khelif tras lo que considera ataques continuos contra la boxeadora por parte de un organismo no reconocido por el COI.
«Los ataques contra nuestra campeona Imane Khelif por parte de un organismo no reconocido por el COI continúan. Argelia movilizó recursos extraordinarios para procesar a todos aquellos que hicieron y hacen daño a nuestra heroína, y responderemos a todas las provocaciones con rigor y fuerza», prometió Hammad.
«Nuestra energía para defender a Imane y a las mujeres argelinas en general es inagotable. Viva Argelia», completó el ministro de Deportes y Juventud del país africano. (ANSA).
Desde Taiwan avisaron lo mismo: irán contra todos aquellos que ofendan a su luchadora.
«La hija de Argelia»
Mientras tanto, desde el mundo árabe toman las ofensas a Imane Khelif como una cuestión racista y religiosa: «La hija de Argelia«, es el apodo que se lee repetidamente en redes sociales en referencia a la lucha en París de Imane, la «heroína» que ha conseguido unir a toda la comunidad argelina y araboparlante
«No es la primera vez que se acusa de algo así a etnias distintas de la blanca Si una mujer no encaja en la narrativa estereotipada de la etnia a la que pertenece, en este caso ‘musulmana de habla árabe’, no se le concederá su feminidad», le dijo a la agencia EFE una mujer egipcia que prefirió mantener su anonimato.