A los 36 años, Ángel Di María sigue disfrutando del fútbol en Benfica, aunque con la mirada puesta en el futuro. El rosarino, quien recientemente se despidió de la Selección Argentina tras una trayectoria gloriosa que incluyó dos Copas América (2021 y 2024), la Finalissima y el inolvidable Mundial de Qatar 2022, habló sobre sus planes a corto y largo plazo, dejando abierta la puerta tanto a seguir jugando como a un eventual cambio de rol en el fútbol.
“No tengo fecha para retirarme, lo estoy disfrutando mucho más desde que ganamos con la Selección. Es como quitarme un peso de encima. Antes tenía esa presión de ganar algo con Argentina, pero los últimos años fueron pura alegría. Me divierto de nuevo”, expresó. Y agregó: “No pienso en un momento específico para decir ‘dos años más y me voy’. La verdad, no lo sé”.
Sin embargo, Di María ya está preparando el terreno para lo que vendrá después del retiro. “Estoy haciendo el curso de entrenador, pero lo hago por si acaso. A partir de los 30 años empecé a analizar más el fútbol, no solo desde el lado del jugador, sino también del entrenador. Intento ver el juego desde otra perspectiva, aunque ser técnico lleva mucho más tiempo”, explicó en declaraciones a Clank Media.
Sobre esta faceta, reconoció los desafíos que implicaría: “El entrenador no solo entrena, tiene que ver videos, planificar, pensar en todo. Cuando me retire quiero disfrutar tiempo con mi familia, pero no descarto más adelante dedicarme a esto”.
Con respecto al presente, Di María aún siente la chispa de competir. “Todavía tengo ganas de jugar, me divierto. Mientras mi cuerpo y mi cabeza estén bien, seguiré. Después, ya veremos qué hago con el tiempo”, comentó, dejando claro que, aunque el final de su carrera está más cerca, no tiene apuro en colgar los botines.
El futuro del «Fideo» parece prometedor tanto dentro como fuera de la cancha, y su legado como futbolista le asegura un lugar destacado en el fútbol mundial, ya sea como jugador o en un posible rol como entrenador.
Más frases de Di María
Barcelona de Messi: “La única manera de ganarle a ese Barça era pegando, metiendo y corriendo más que ellos. Eso llevó a que se terminaran cagando a piñas en la cancha. Por momentos tenía miedo de que lesionaran al Enano (por Messi). Me preocupaba más porque no le pasara nada, más que por otra cosa. En un partido le pegué la patada a Leo que se nos iba de contra y después fui a levantarlo y le dije ‘perdoná, Enano pero si no te bajaba nos podían hacer el gol’. No me quedaba otra opción. Era jugar de esa manera, era imposible de parar”.
La confianza contra Francia: “En el momento que me vi por izquierda, dije ‘tengo mi revancha del 2014′. Ahí ya empezaron los nervios, a temblar las piernas. No soy el jugador al que si las cosas le salen mal me caigo, pero si me salen bien, después me sale todo. Agarro esa confianza. Sé que si en la primera me lo llevé al rival, en la siguiente va a estar con miedo y que voy a poder ir para adelante como quiero”.
La comparación entre Messi y Cristiano: “Siempre dije que son los dos mejores que hubo en la historia. Pero siempre el mejor es Leo. No solo por los Balones de Oro, sino por la diferencia que le saca a CR7. Lo de Cristiano es trabajar y trabajar. Lo de Messi es talento puro, lo que Dios le dio. No se esfuerza por nada para ser el mejor. Cris siempre tuvo que querer más. Y al Enano lo ves y es como si jugara con sus amigos. Esa es la diferencia. Leo no tiene comparación con nadie”.