Racing se impone en la cancha de Deportivo Riestra, suma otros tres puntos clave en la pelea por el campeonato y se confirma como el equipo que más goles hizo en la temporada (86) en todas las competencias. Sin embargo, las luces que deberían enfocar a los jugadores que lograron el éxito ante Barracas Central -los mismos que definirán la Copa Sudamericana ante Cruzeiro en Asunción- se opacan porque la figura más destacada es Pablo Dóvalo. Sí, un árbitro que tiene casi 300 partidos “jugados” en todas las categorías, pero al club que más veces dirigió en los últimos cuatro años fue Barracas Central.

La tarea del referí de 48 años, que dirigió 26 veces a Barracas Central entre 2020 y 2024, fue bochornosa. Pocas veces se vio un arbitraje tan parcial a favor del equipo de Claudio Fabián Tapia, el presidente de la AFA. Y las especulaciones que se habían tejido en la previa, cuando hizo ruido la designación de este diseñador gráfico de profesión, se confirmaron en el desarrollo de un partido que la Academia ganó por su jerarquía –y por los errores no forzados del arquero Rafael Ferrario-, pero que sufrió por los fallos de Dóvalo.

Hubo algunas situaciones muy puntuales. En el primer tiempo, cobró una infracción inexistente de Maximiliano Salas, que se sacó la marca de encima lícitamente, cuando el “7” bravo de Racing estaba a punto de quedar mano a mano con Ferrario.

En comienzo del segundo tiempo, Rodrigo Herrera cruzó a Agustín Almendra en la mitad de la cancha y terminó con una lesión en el tobillo derecho. Iban cinco minutos y el autor del primer gol tuvo que pedir el cambio. Lo reemplazó Bruno Zuculini. Para el Dóvalo, esa acción no ameritó la tarjeta amarilla.

Hubo otro grosero error del árbitro, que no expulsó a Rodrigo Insua por una agresión sin pelota sobre Adrián Martínez. El hijo del técnico le aplicó un puñetazo por la espalda a Maravilla. Dóvalo solo se llevó los dedos a las sienes al grito de “piensen”. El VAR no lo convocó para advertirle que tenía que aplicar la tarjeta roja.

Las equivocaciones de Dóvalo no terminaron ahí. Hubo una patada criminal de Maximiliano Puig sobre Salas que el árbitro no consideró infracción ni amarilla. Era una jugada para roja directa. O, mínimamente, para ser revisada en el VAR.

Y tampoco quedó clara la posición adelantada de Santiago Solari en lo que hubiera sido el tercer gol de la Academia. Pareció que Carlos Sánchez quedó enganchado. El asistente 2, Juan Delfueyo, levantó muy rápido la bandera. En la transmisión no se tiraron las líneas.

Frente a los monitores en Ezeiza estaba Lucas Novelli, uno de los preferidos de la conducción de la AFA, que en los últimos años protagonizó varios escándalos en la segunda y tercera categoría, especialmente en partidos que beneficiaron a Deportivo Madryn y Alvarado de Mar del Plata. Fue el árbitro que definió el ascenso entre Güemes de Santiago del Estero –equipo afin a Pablo Toviggino, mano derecha de Tapia- y Villa Mitre de Bahía Blanca.

Dóvalo recién amonestó a un jugador local a los 37 minutos del segundo tiempo. Fue Lucas Brochero. A 4 del final, Nicolás Demartini también fue amonestado. Ambas fueron por sendas infracciones. A esa altura, el partido estaba liquidado, claro.

Dóvalo ya había protagonizado un escándalo el 6 de marzo, cuando dirigió Independiente-Barracas Central en Avellaneda. Esa noche, no expulsó a Alexis Domínguez por un planchazo sobre Iván Marcone. “Si lo agarra, lo parte”, le había dicho Lobo Medina, otro juez de la casa, desde el VAR. Carlos Tevez, quien por entonces era el técnico, lo acusó de “robar”.

Esa misma dupla, Dóvalo-Lobo Medina, coincidió en otro increíble partido que Barracas Central le ganó 5 a 3 a Sarmiento en Junín. Fue el 4 de febrero del año pasado, cuando no cobró un alevoso penal de Francisco Alvarez, un manotazo grotesco en el área del equipo de Chiqui. También, le anularon un gol al conjunto verde.

Dóvalo también fue el árbitro –puesto a dedo- en Villa Dálmine-Barracas Central, cuando el Guapo ascendió a Primera en Campana. Fue en 2021. Federico Beligoy, Director de Arbitraje, sacó una bolilla que parecía tener el número de Yamil Posse. Mágicamente, le tocó al juez favorito de Tapia.

Así y todo, Barracas Central es el peor equipo del campeonato. Está último, con 16 puntos. Ni siquiera le alcanza con el Caballo del Comisario, está claro, para remontar en la Liga Profesional.



Fuente Clarin

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