Un calvario fue el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 para Franco Colapinto. Es que después de haberse despistado en la Q1, el argentino logró salir con su Williams a la carrera desde el 16° lugar. Sin embargo, con la lluvia como temible enemigo, el argentino padeció la competencia y tuvo que abandonar después de pegarse un golpazo en el giro 32, con el auto de seguridad en la pista y justo después de ingresar por segunda vez a boxes para que le acomodaran el flap. En ese momento, se ubicaba 16°.
El argentino ya venía perdiendo tiempo y hacía dos vueltas que no podía controlar el auto con los neumáticos intermedios -no se entendió por qué no le pusieron las full wet en la segunda detención-. En la parte final del trazado, cuando venía pegando volantazos, Colapinto no pudo evitar el golpazo contra el paredón. El Williams quedó con severos daños en el flanco izquierdo. La bandera roja asomó enseguida y la carrera se detuvo con el francés Esteban Ocon y su Alpine al frente del pelotón.
Si bien se bajó por sus propios medios, Colapinto tuvo que pasar por la clínica del circuito por precaución. «Estoy bien», alcanzó a decir el de Pilar por la radio. Por primera vez desde su llegada a la Fórmula 1 no puede terminar una carrera. Es, además, un fin de semana para el olvido para la escudería de Grove, que ya había perdido la unidad del tailandés Alex Albon después del palazo que se dio en la Q3.