La tradicional temporada otoño-invierno de espectáculos artísticos, culturales, deportivos y gastronómicos en Arabia Saudita se abrirá oficialmente este sábado con uno de los combates más sobresalientes que el boxeo puede ofrecer en estos días y también uno de los más diferidos: el que protagonizarán los rusos Artur Beterbiev y Dmitry Bivol en el Kingdom Arena de Riad, que consagrará a un campeón indiscutido de la división mediopesado por primera vez en la era de los cuatro cinturones. La pelea comenzará alrededor de las 19 y solo podrá verse en Argentina a través de la plataforma DAZN.

Una exhibición de tenis que engalanarán Novak Djokovic, Carlos Alcaraz, Rafael Nadal, Daniil Medvedev, Jannik Sinner y Holger Rune; la Supercopa de Italia, por la que pujarán Inter, Milan, Juventus y Atalanta, y la de España, en la que competirán Real Madrid, Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Mallorca; combates de artes marciales mixtas y de lucha libre serán parte de la nutrida grilla de la quinta edición de la Riyadh Season. La apertura demandaba un evento potente y la organización, a cargo de la Autoridad General de Entretenimiento saudí, apostó nuevamente por el boxeo.

Aderezada por los shows musicales de los cantantes estadounidenses Missy Elliot, Ciara y Busta Rhymes, la primera de las tres carteleras programadas en Riad para los tres meses que restan de 2024 (las otras serán el 16 de noviembre y el 21 de diciembre) incluirá otras seis peleas, entre ellas dos con títulos mundiales en disputa: Jai Opetaia expondrá la corona de los cruceros de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) ante Jack Massey y Skye Nicolson defenderá su faja pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante Raven Chapman. Sin embargo, casi toda la atención se centrará en los dos colosos de las 175 libras.

Si bien ambos tienen una bolsa garantizada de 10 millones de dólares, el reconocimiento deportivo es tanto o más gordo que ese: el vencedor se convertirá en el primer campeón indiscutido de los semipesados en la era de los cuatro cinturones. Además, será el segundo hombre que atesorará en este tiempo los títulos de los cuatro organismos principales de un mismo peso: después de las decisiones administrativas de la FIB de despojar de sus coronas al mexicano Saúl Canelo Álvarez (supermediano) y al ucraniano Oleksandr Usyk (pesado), solo el japonés Naoya Inoue (supergallo) conserva esa condición.

Dos compatriotas que hoy viven lejos de su tierra, dos hombres de palabras medidas, dos invictos y dos peleadores con destacado recorrido amateur y con estilos muy distintos animarán una pelea de pronóstico sumamente reservado y que se hizo esperar mucho. Incluso había sido pactada inicialmente para el 1 de junio, pero debió postergarse más de cuatro meses porque Beterbiev sufrió una rotura de meniscos cuatro semanas antes de la contienda.

En una esquina del cuadrilátero habrá un pegador implacable. Beterbiev, que nació en Khasavyurt, en la República de Daguestán (una de las 22 que integran la Federación Rusa), y está afincado desde hace más de una década en Canadá, ha ganado sus 20 pleitos profesionales y ninguno ha llegado a la distancia máxima pactada, algo de lo que ningún otro campeón mundial puede jactarse. Entre quienes capitularon ante él hay cinco campeones o excampeones mundiales: los británicos Joe y Callum Smith, el estadounidense Tavoris Cloud, el ucraniano Oleksandr Gvozdyk y el español Gabriel Campillo.

“Nunca intento noquear a alguien. Simplemente sucede”, explicó hace dos semanas este devoto musulmán y padre de cinco hijos, que es el propietario de los cinturones del CMB, la FIB y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Si bien su marca asusta, Beterbiev no es solo un hombre de manos pesadísimas: también tiene buenos recursos técnicos. No es extraño en un boxeador que hizo 300 combates como amateur (solo perdió cinco) y fue campeón mundial aficionado en Milán 2009 y representante olímpico en Beijing 2008 y Londres 2012.

La gran intriga es cómo responderá su cuerpo ante este enorme desafío. Beterbiev, quien el sábado trepará al ensogado con 39 años y 265 días, es el segundo hombre más longevo que ostenta un título mundial en estos días: solo lo supera el cubano Erislandy Lara, monarca mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), que tiene 41 años y 184 días. Además, una cadena de lesiones y enfermedades ha condicionado su carrera, especialmente en los últimos años.

En ese período, el noqueador padeció Covid-19, sufrió una lesión en las costillas, se sometió a una cirugía dental que le provocó una infección ósea en la mandíbula y también debió pasar dos veces por el quirófano por problemas de rodilla. Cada una de esas situaciones forzó la postergación de algún compromiso y esta no fue la excepción. Su última presentación fue hace 273 días, el 13 de enero, cuando noqueó en el séptimo asalto a Callum Smith en Quebec después de un paciente trabajo de demolición.

Quien intentará sacar provecho de esta situación será Bivol, seis años más joven que su adversario. “Él está empezando a desmoronarse y a lesionarse a menudo. No es un chico joven, tiene casi 40 años. Pelea desde que salió de la cuna, tuvo muchas lesiones y muchas guerras. Nunca se sabe qué tipo de Beterbiev vamos a ver, especialmente después de esta última lesión”, avisó el peleador nacido en Tokmak (Kirguistán), quien a los 11 años se radicó junto a su familia en San Petersburgo y ahora está afincado en Indio (California).

Tras una carrera amateur en la que ganó 268 de sus 283 peleas, Bivol debutó como profesional en noviembre de 2014 y apenas un año y medio después logró el título interino mediopesado de la AMB derrotando al dominicano Félix Valera en Moscú. En octubre de 2017 fue ascendido a campeón regular y desde entonces realizó 12 defensas exitosas del cetro. La más importante, sin dudas, fue ante Saúl Álvarez en mayo de 2022 en Las Vegas. Nadie más consiguió vencer al pelirrojo mexicano en la última década.

Bivol, un boxeador sumamente inteligente y habilidoso, superó con claridad a Canelo gracias a sus constantes movimientos laterales, su punzante jab de zurda y sus precisos contragolpes. A esas herramientas tendrá que recurrir si quiere vencer a Beterbiev. El intercambio frontal puede ser un pésimo negocio para un hombre que ganó sus 23 contiendas rentadas, pero solo 12 antes del límite y solo una de sus últimas 10.

Esa única victoria expeditiva en los últimos seis años fue justamente en su última presentación, en la que batió en el sexto episodio en Riad al libio Malik Zinad, un rival muy poco exigente y convocado de emergencia tras la lesión de Beterbiev. Sus nueve triunfos anteriores habían sido por puntos. De todos modos, ello no menoscaba la confianza de Bivol respecto al pleito del sábado. “Derroté a muchas personas antes y él también es un ser humano. Todos somos seres humanos. Así que puedo hacerlo”, aseguró.





Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *