Aaron Anselmino no lo pedía creer. Ingresó en la victoria de Boca ante Vélez en la Bombonera en el quinto minuto de descuento del segundo tiempo, más para hacer correr el reloj que para darle al Xeneize algún cambio futbolístico. Era su regreso tras el desgarro del isquiotibial izquierdo que sufrió hace dos meses ante Sportivo Trinidense por la Copa Sudamericana. Y ahora volvió a lesionarse.
En un cierre de partido caliente por la violenta acción que derivó en la expulsión de Edinson Cavani, autor del único gol del partido, y del juvenil del Fortín Christian Ordoñez, los dirigidos por Diego Martínez se juntaron en la mitad de la cancha y se saludaban con una sonrisa tras la victoria. Pero Anselmino lloraba y parecía no tener consuelo.
En una de las últimas jugadas del partido pasó de largo al intentar anticipar a un jugador de Vélez y quedó rengueando. No sufrió ningún golpe y todo parece indicar que se trata de una nueva lesión muscular. A falta de los estudios médicos correspondientes, el juvenil de 19 años podría pasar gran parte del parate por la Copa América en kinesiología.
Su talento es indiscutible, pero las dificultades físicas ya se vuelven una pesadilla en él.