Ángel Cabrera se despidió este viernes del Masters de Augusta, en el que volvió a competir después de seis años y de permanecer 32 meses preso por un par de condenas por lesiones en un contexto de violencia de género, amenazas y coacción. El golfista cordobés cerró la segunda vuelta del certamen con 80 golpes (ocho sobre el par), totalizó 155 en las dos primeras jornadas y quedó muy lejos del corte clasificatorio.

Cabrera, de 55 años, no tuvo un buen día en el Augusta National Golf Club de Georgia: realizó cuatro bogies (en el 1°, 10°, 15° y 18° hoyos) y dos doble bogies (en el 5° y el 12°). De esta forma, cerró su 20ª participación en el certamen que ganó en 2009 y en el que había competido por última vez en 2019 (aquella vez tampoco había superado el corte).

El cordobés, que venía de ganar el James Hardie Pro Football Hall of Fame Invitational el pasado fin de semana, había tenido una mejor labor el jueves, ya que había firmado una tarjeta de 75 golpes (tres sobre el par) y había conectado en el 4° hoyo un impresionante tiro de salida que llegó hasta el green y que le permitió iniciar el camino hacia su único birdie del día.

Cabrera, el primer golfista latino en colocarse la chaqueta verde de campeón del Masters, recién pudo volver a disputar este certamen este año. Si bien en 2024 ya había recuperado la libertad, no había podido viajar a Estados Unidos porque no contaba con una visa que le permitiera ingresar a ese país.

Los problemas legales de Cabrera comenzaron en 2016 cuando su exesposa, Silvia Rivadero, denunció que fue agredida físicamente por el golfista, que también la amenazó verbalmente. Luego, otras dos exparejas, Cecilia Torres Mana y Micaela Escudero, lo acusaron de «golpes, hostigamiento, amenazas verbales y maltratos de todo tipo».

En enero de 2021 fue detenido en Brasil, tras haber permanecido prófugo. Cuando se sentó en el banquillo por primera vez, el 7 de julio de 2021, recibió dos años de prisión efectiva. Luego, en noviembre, se le sumaron dos años y seis meses.

Tras negar los hechos durante varios meses, el jugador nacido en Villa Allende finalmente pidió perdón y reconoció los delitos por los que había sido condenado (lesiones leves en un contexto de violencia de género, amenazas, coacción y desobediencia a la autoridad). Al acordar las partes un reconocimiento de los hechos y una reducción de la pena que finalmente avaló el juez, Cabrera recibió finalmente una condena a dos años y cuatro meses.

En agosto de 2023, finalmente, recibió la libertad condicional, según lo resolvió el juez de ejecución penal, Cristóbal Laje Ros. «Se han realizado las pericias psicológicas que dan cuenta de una evolución en relación a la percepción de las cuestiones de violencia de género», explicó el juez en su resolución. Entre las condiciones fijadas, estaba que hasta noviembre de 2024 el deportista tenía prohibido mantener contacto de cualquier tipo con sus ex parejas y debía fijar domicilio, trabajar y realizar tratamiento psicológico.

“Tuvieron la mala suerte de estar conmigo cuando peor estaba. No era el diablo, pero hice cosas malas. Estoy profundamente avergonzado porque decepcioné a las personas más cercanas a mí y a todos los que me aman a través del golf. El golf me lo dio todo y sé que nunca podré pagar la deuda que tengo con este deporte”, había dicho Cabrera en una extensa entrevista con Golf Digest en 2023.



Fuente Clarin

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