«Una semana puede cambiar todo», había dicho Andrey Rublev hace unos días, tras el dar el batacazo en el Masters 1000 de Madrid con una victoria ante Carlos Alcaraz, defensor del título. Cuánta razón tenía el ruso, que llegó a la Caja Mágica con una racha negativa de cuatro derrotas consecutivas y terminó levantando el trofeo y haciendo historia en el torneo de la capital española.
Rublev, séptimo favorito del certamen, se impuso en la final por 4-6, 7-5 y 7-5 ante el canadiense Felix Auger Aliassime, 35° del ranking, tras levantar un partido en el que había arrancado complicado, conquistó su segunda corona en esta categoría -la segunda en importancia detrás de los Grand Slam- y consiguió un logro inédito. Porque se convirtió en el primer jugador en levantar los trofeos de singles y de dobles del evento, ya que el año pasado ganó el torneo de parejas junto a su compatriota Karen Khachanov.
El moscovita, de 26 años, necesitó 2 horas y 48 minutos para doblegar a Auger Aliassime y sumar el trofeo de Madrid a un palmarés que ya acumula 16, entre ellas el que había conquistado el año pasado en Montecarlo.
«No sé qué decir. Creo que fue un partido increíble. Felix se merecía igual que yo ganar hoy, fue una gran batalla. Lo más importante es que la gente lo haya disfrutado. Por supuesto, tenía que haber un ganador, pero no tengo palabras», comentó emocionado bajo el techo cerrado (por la lluvia) del estadio Manolo Santana.
«Si supieran por lo que pasé estos últimos días, no me hubieran imaginado ganando este título, pero estoy tremendamente contento. Los médicos hicieron magia», agregó. «Es el título que más me enorgullece en mi carrera. He estado casi muerto estos días, no podía dormir por la noche en los últimos cuatro días».
Es que el ruso jugó el partido con unas líneas de fiebre, después de batallar en las jornadas previas con un cuadro gripal. Aunque no lo hizo público hasta después de la final, fue claro que en los primeros games no estaba cómodo y que le costó meterse en el partido.
Rublev empezó perdiendo su saque ante el canadiense, que confirmó el break y se adelantó 2-0. La brecha fue insalvable para el ruso, que vio como su adversario volvía a romperle el servicio en el quinto juego para ponerse 4-1.
El nacido en Moscú, ex cinco del mundo, pudo recuperar un break y salvó un set point con su saque en el noveno game, pero en el juego siguiente el canadiense cerró el parcial.
Auger Aliassime se mostró muy firme con su servicio (14 aces en el partido), pero en el segundo set, Rublev empezó a crecer, mostrándose cada vez más fuerte desde el fondo de la cancha.
El ruso desperdició un break point en el sexto juego para sacar ventaja. Y tuvo que esperar hasta el 12° game para concretar finalmente un quiebre, marcar el 7-5 y mandar el partido a un tercer parcial.
En ese set decisivo, Auger Aliassime tenía cada vez más problemas para mantener su saque, aunque siempre se las arreglaba para aguantar ante un Rublev que desperdició tres chances de quiebre. Pero dos doble faltas en el 12° juego le costó caro al canadiense, que cedió el saque y le entregó el título a su rival.
Rublev había desembarcado en Madrid tras perder en su segunda presentación en Indian Wells y caer en sus debuts en Miami, Montecarlo y Barcelona. En la Caja Mágica, hilvanó triunfos ante Facundo Bagnis, Alejandro Davidovich Fokina, Tallon Griekspoor, Alcaraz (la primera ante un top 3 desde finales de 2022, cuando le ganó a Stefanos Tsitsipas -por entonces 3°- en las ATP Finals en Turín) y Auger Aliassime.
Con el triunfo se aseguró pegar un salto de dos escalones: este lunes aparecerá sexto en la clasificación ATP, a un lugar de su mejor ubicación histórica. Y ahora encarará Roma y, luego, Roland Garros con la confianza renovada y su tenis en un alto nivel.
«Sufrí un poco, pero es normal. Felix es un gran jugador. Me encanta jugar en Madrid y espero volver muchos años más», comentó Rublev. Y cerró: «Estoy muy feliz. Esta semana cambió todo».