Santiago Lange se emocionó este jueves, al ver a Mateo Majdalani y Eugenia Bosco ganar la medalla de plata en París 2024, tanto como cuando fue campeón olímpico en Río 2016 junto Cecilia Carranza, especialmente por la relación tan cercana que tiene con Majdalani y por el aprecio que también siente por Bosco.

Tras la Medal Race que le aseguró el segundo puesto a la tripulación Argentina, Lange habló con TyC Sports y se quebró. «Hicieron un trabajo increíble. Eso es lo importante. Más allá de la medalla, el trabajo que hicieron… Yo sé los sueños de Mateo. Cuando tenía 19 años, el padre me dijo que este es su sueño. Hoy tiene 30 y estamos ganando una medalla. Cuando uno tiene un sueño, hay que laburar. Mateo dejó todo. Eugenia, también. Formaron un equipo increíble y está bueno decirlo», dijo quien obtuvo la medalla de bronce en los Juegos de Atenas 2004 y Beijing 2008 junto a Carlos Espínola en Tornado.

«Qué gran felicidad para Argentina, para la vela, qué honor estar acá. Hay un montón de potencial. Los argentinos acá hicieron un laburo increíble. Siempre que haya alguien que demuestre que se puede, ayuda un montón», añadió el campeón olímpico, que ve como la dupla argentina se suba al podio en la misma clase en la que él se consagró hace ocho años.

La historia de Majdalani y Lange es de larga data. Se conocieron el Club Náutico San Isidro, donde el primero de ellos dio sus primeros pasos en el yachting navegando en Optimist y coincidió con Klaus, hijo del segundo, con quien mantiene hasta el día de hoy una gran amistad. Poco a poco, comenzaron a llegar los éxitos de Mateo en diferentes categorías y Santiago lo eligió para formar parte de su equipo en Río 2016.

Así es que, en una imagen que quedará para la historia, Majdalani fue uno de los primeros en ir a abrazar a Lange en las aguas de Río de Janeiro cuando ganó la medalla dorada junto a Carranza. El veterano regatista veía un enorme potencial en aquel joven que ya no es tan joven -tiene 30 años- y le dio a la Argentina la medalla de plata en París 2024.

Tras aquellos Juegos disputados en Brasil, Majdalani y Bosco se subieron al Nacra 17 y compitieron contra Lange. «Competir contra alguien que yo deseaba que gane una medalla fue uno de los mayores desafíos que tuve en mi carrera deportiva. Fue muy difícil y fue difícil para Mateo. Él tuvo que decir ‘yo le puedo ganar a este viejo’. Pensar que somos del mismo club… Y lo logró», dijo Lange, presente para ver la Medal Race luego de posponer compromisos comerciales y quedarse un día más en Marsella para ver esa última y emocionante regata.

La relación de tanto afecto entre ambos fue la que hizo que la transición sea amena. Después de esos Juegos en Brasil, Lange y Carranza tuvieron sobrada motivación para seguir adelante. Pero tenían rivales. Majdalani y Bosco comenzaron a navegar juntos a fines de 2016 y se proponían competirles a los campeones olímpicos la plaza argentina para la edición de Tokio 2020. Sin embargo, llegó un momento en que tomaron la decisión de cambiar de dirección y pensar más a largo plazo. Dar un paso hacia atrás para después dar dos hacia adelante. El acuerdo fue que Lange y Carranza irían a los Juegos Olímpicos y Majdalani-Bosco, a los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

De esta manera, dejaban de ser rivales y pasaban a ser compañeros de equipo. Ya no tenían que competir para ver cuál de las dos tripulaciones iría Tokio y entonces podían entrenar juntos y así se potenciaban. Un «negocio» redondo, especialmente para Mateo y Eugenia, que iban a disputar sus primeros Panamericanos y tenían el enorme privilegio de entrenarse todos los días y crecer a la par de los campeones olímpicos.

Mateo Majdalani posa con la medalla de oro de Lange y Carranza en Río 2016; ahora tiene la propia. Instagram: @mateomajdalaniMateo Majdalani posa con la medalla de oro de Lange y Carranza en Río 2016; ahora tiene la propia. Instagram: @mateomajdalani

Ambos, en diálogo con Clarín, explicaron en la previa de los Panamericanos la importancia de aquella decisión para el momento que viven hoy. «Hace ocho años que estamos juntos: es un montón. Y es nuestro mejor momento», dice ella sin dudarlo. Él lo explica dándole central importancia al tiempo que estuvo cerca de Lange y especialmente a esa experiencia de Río 2016 que define como «absolutamente clave».

«Estoy convencido de que para hacer una buena campaña olímpica y pelear por una medalla todos necesitamos alguien que nos guíe y nos enseñe. Aprendí con la experiencia de Río 2016 muchas cosas que hoy llevamos a cabo en nuestro equipo. Nos ayudó especialmente para afrontar esos primeros momentos en los que no teníamos entrenador. Fue fundamental para el inicio de nuestra campaña», reflexionaron en aquel momento.

Y obtuvieron sus frutos. Ahora tienen su propia medalla.



Fuente Clarin

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