Bailan y saltan los jugadores de cara a la popular, mientras que el Monumental canta que la hinchada se merece ser campeón. A uno de los costados, con las manos en los bolsillos, Marcelo Gallardo espera a sus jugadores para felicitarlos por el apretado 1-0 ante Colo-Colo. Le costó bastante a River llegar a la semifinal de la Copa Libertadores de América. No jugó bien y los chilenos manejaron la pelota de principio a fin, más allá de que no generaron demasiadas situaciones. Entonces, ¿por qué ganó el elenco de Núñez? Porque tiene una defensa de primer nivel.

El diagnóstico que hizo Gallardo al reemplazar a Martín Demichelis fue simple: el equipo debía mejorar la defensa si pretendía pelear la Copa. Con Micho habían llegado Federico Gattoni -una incógnita- y Franco Carboni -un desconocido-. Por eso levantó el teléfono el Muñeco y convenció a los campeones del mundo Germán Pezzella y Marcos Acuña.

También tentó a Fabricio Bustos, ese lateral que siempre buscó. Así, Gallardo armó una defensa nueva para arropar mejor a Franco Armani y para que Paulo Díaz no tenga que vestirse de salvador fecha tras fecha. Los números hablan: en 10 partidos con Gallardo, River apenas recibió 5 goles y mantuvo el arco en cero en 5 oportunidades.

“Estas son instancias difíciles. Los partidos de vuelta son más duros todavía. Hicimos un gran partido y lo jugamos como lo teníamos que jugar”, destacó Pezzella, el gran caudillo. Y agregó: “No queremos volar más allá: vamos partido a partido. Hace poco arrancamos un ciclo nuevo y tenemos que mejorar, no podemos perder el foco”.

Luce mejorado River en defensa porque Pezzella aporta jerarquía y templanza. Parece sencillo jugar a su lado. Por algo Leandro González Pirez se destacó en la Bombonera y anoche frente a los chilenos. Bustos no se cansa nunca y a Acuña le sobra personalidad para jugar partidos chivos y para plantarse cara a cara con un histórico y pesado como Arturo Vidal. Y más: hasta Franco Armani luce mejorado desde el arribo del Muñeco.

«La llegada de Marcelo fue fundamental en la parte anímica: nos dio un golpe de energía, no solo a los jugadores sino también a la gente. Tener otra vez a Marcelo es algo muy lindo. Acá hay que presionar, hay que correr y obvio que hay que jugar porque los partidos también se ganan jugando. Este equipo tiene un mezcla de todo eso», destacó Ignacio Fernández.

No jugó bien River de mitad de cancha para adelante, es verdad. Pero la sólida defensa sostiene y le permite soñar al equipo que dirige Gallardo, que jugará su sexta semifinal de Libertadores con el elenco de Núñez.



Fuente Clarin

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