La reunión fue “cordial” y “constructiva”, según las definiciones que utilizaron de ambos lados. Se desarrolló en una oficina de Puerto Madero, mano a mano, y quedaron en volver a verse antes del cierre de las listas. Víctor Blanco y Diego Milito optaron por un camino imposible de imaginar en la política nacional, establecer un diálogo por el bien común, que en este caso es Racing. ¿Hay alguna posibilidad de gestar un proyecto en común?
“Que haya charlas no significa que se pueda dar una alianza”, le dijeron a Clarín allegados al presidente. “No hay ninguna posibilidad”, afirmaron cerca del ex delantero. Sin embargo, hay dos personas que trabajan en pos de un acuerdo. Gente de uno y otro sector que está juntando voluntades para no llegar a una contienda electoral en la que, por ahora, sólo están confirmados los postulantes de la oposición: el propio Milito y Miguel Jiménez, ex vice de Blanco, quien renunció en enero y se lanzará como una tercera alternativa.
Blanco todavía no definió si será candidato, más allá del operativo clamor que hubo el viernes pasado en el hotel Savoy, donde se juntaron unas treinta personas, entre ellas el intendente de La Plata, Julio Alak. Fueron filiales del Gran Buenos Aires que apoyan su gestión y quieren que siga al frente del club. También hubo representantes de Santa Fe.
El presidente cuenta con el apoyo político de camporistas y peronistas. De hecho, el lunes se reunió con Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda. Los acompañaron su hija Bárbara (secretaria) y Christian Devia (secretario). En el bando de Milito también hay actores de distintos partidos políticos. Desde justicialistas hasta kirchneristas y un armado que cuenta con la bendición del PRO de parte de Hernán Lacunza, ex ministro de Economía de la última etapa del gobierno de Mauricio Macri.
Las agrupaciones que apoyan a unos y otro (ocho a Milito, tres a Blanco) observan desde afuera los movimientos. ¿Qué posibilidades ciertas hay de llegar a un punto en común? Cerca del ex jugador hablan de una “transición ordenada”, dando por descontado que será el nuevo presidente. En la periferia del hombre fuerte de Racing indican que podría aceptar correrse a un segundo plano si algunos de sus dirigentes acceden a una serie de cargos.
Blanco está cómodo como secretario general de la AFA, puesto en el que continuará tras la presentación de la lista única que hizo Claudio Tapia. La idea del presidente es seguir en esa función, independientemente de la asunción de Milito. Tras una década al frente del club, considera que será beneficioso para mantener las aceitadas relaciones institucionales que supo construir.
En cuanto al equipo, hoy miércoles viajará rumbo a Brasil, donde mañana enfrentará a Atlético Paranaense por los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Por ahora, la única duda es Juan Fernando Quintero o Johan Carbonero.