La relación entre el presidente ídolo y el técnico no pasa por su mejor momento. Más allá de que Román lo respaldó en el streaming de Flavio Azzaro, el viernes por la noche, está lejos de ser un gesto de conformismo. Por el contrario, la leyenda futbolera dice que cuando un dirigente sale públicamente a apoyar a un entrenador es difícil no dudar. Y si bien sigue en carrera en la Copa Argentina, la caída en Avellaneda no permite relajarse ante River. ¿Cómo reaccionará la gente ante una eventual derrota, más allá del habitual percusión de La Doce?

Los análisis de Martínez ya empiezan a hacer tanto ruido como esos bombos que suenan a todo volumen a orillas del Riachuelo. El sábado, tras el 2 a 1 de la Academia, declaró: “El equipo, en el balance, hizo un buen partido. Lograr la ventaja en esta cancha no es fácil. Y con autoridad, el equipo lo logró. Luego del empate, se emparejó y la búsqueda siguió siendo la misma. En el segundo tiempo, con mejor control, faltó profundizar más. El rival intentó variantes desde el sistema. Da mucha bronca irse con las manos vacías, pero esto es fútbol y trataremos que, la próxima vez, esos detalles estén a favor nuestro”.

La vara está muy baja si “un buen partido” es aquel que mostró a Boca con tres situaciones claras en el primer tiempo, pero apenas un cabezazo postrero de Lucas Janson que terminó entre los guantes de Facundo Cambeses. Y más allá del dominio que ofreció en el medio con el crecimiento de Cristian Medina en la segunda mitad, no pesó en el área.

Los cambios, por otra parte, denunciaron sus intenciones. Mientras Gustavo Costas metió a Roger Martínez y Juanfer Quintero para ganar el clásico, la primera variante de Martínez fue un volante combativo (Tomás Belmonte) por uno de salida (Pol Fernández). Exequiel Zeballos recién ingresó en desventaja. Martínez pareció conformarse con el empate y volvió a dejar claro que tiene muchas dificultades de visitante, condición en la que no gana hace tres meses, 23 días y 8 partidos.

De los 20 partidos que disputó en rodeo ajeno, Boca apenas se impuso en 4. El resto se dividió en empates y derrotas por partes iguales. Un 33% de efectividad que inquieta, especialmente a Riquelme.

En este contexto, Martínez optó por darles el domingo libre a los futbolistas y arrancar una semana que tendrá cinco entrenamientos para jugar con el mejor equipo posible frente a River, que parece haber despertado desde el viernes ante Atlético Tucumán y tras una mini pretemporada. Boca, en cambio, no tuvo descanso. Durante la fecha FIFA debió enfrentar a Talleres –con saldo positivo en los penales- por la Copa Argentina.

La mente está puesta en mejorar el equipo y recuperar titulares. Luis Advíncula, Marcos Rojo y Edinson Cavani no pudieron ser de la partida por diferentes lesiones. El capitán estuvo en el banco, pero no ingresó. Para colmo, Gary Medel quedó fuera de carrera. El chileno sufrió un desgarro en el isquiotibial de la pierna izquierda.

Se viene la semana más difícil para Boca. Sobre todo, para Martínez.



Fuente Clarin

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