El Monumental explotó cuando Lionel Scaloni llamó a Paulo Dybala a los 33 minutos del segundo tiempo. Corrió con ansiedad el cordobés de 30 años como si estuviese por suceder su primera vez con la camiseta de la Selección Argentina. Se prolongaron los aplausos en Núñez hasta que la Joya se metió a la cancha. Había un deseo detrás de las palmas. Y Dybala lo cumplió al anotar el tercero de la goleada 3-0 ante Chile y mandó un mensaje para todos y todas: está de vuelta.
Dybala se casó con Oriana Sabatini el 20 de julio, apenas 6 días después de que la Scaloneta se consagrará en la Copa América de Estados Unidos tras vencer a Colombia en la final. Para ese torneo la Joya no fue convocado por la Selección y su ciclo parecía cumplido, muy a pesar de su edad. Al delantero zurdo de la Roma lo tomó por sorpresa la determinación de marginarlo de Scaloni. Fue un golpe duro, según contaron sus íntimos, como por ejemplo Leandro Paredes. “Sentía que había hecho las cosas bien en mi club, así que fue un golpe muy duro de soportar para mí, porque formar parte de la Selección es una de las mejores cosas que te pueden pasar”, contó.
Dybala transitó semanas de sentimientos encontrados porque el buen presente en su vida personal se opacaba con el no seguir perteneciendo a la Scaloneta. Optó por el silencio la Joya, más allá de alguna publicación en redes sociales que fue tomada como un mensaje para Scaloni, quien siempre sostuvo que la no citación era por una cuestión futbolística. Y es posible también que por esos días se le haya pasado por la cabeza decirle adiós a la Selección. Fue entonces cuando tuvo entre sus manos la oferta millonaria de Al-Qadsiah de Arabia Saudita.
Lo que pusieron los árabes arriba de la mesa fueron 75 millones de euros por un contrato de tres años. El número impactó hasta el propio jugador. Durante días, la posibilidad más grande que barajó el cordobés -junto a su entorno- fue aceptar el ofrecimiento. Pero tomó la decisión de quedarse en Italia sobre el cierre del libro de pases y la Scaloneta fue factor clave. “La Selección fue una de las razones por las que me quedé en Roma”, aseguró Dybala en los pasillos del Monumental tras la victoria ante Chile.
Cambió el chip Dybala de cara a la nueva temporada. Se mentalizó en arrancar bien en su club y en regresar a la Selección. Lo logró más temprano de lo esperado por la lesión de Lionel Messi y por la renuncia de Ángel Di María. “No me metí en la posible transferencia. Sólo cuando lo llamamos para decirle que estaba convocado le preguntamos si se quedaba. Son cuestiones personales, futbolísticas y también de vida. Todos hemos estado en esa situación y a lo mejor hablarle es confundirlo más. Así que la decisión ha sido suya y creo que está contento”, explicó Scaloni.
“Pensé que no iba a estar, que no iba a volver a la Selección. Pero volví, jugué y me tocó convertir”, confesó Dybala. Y agregó: “Fue una noche muy linda; fue increíble cómo me recibieron después de tanto tiempo. Me puso la piel rara. No es fácil estar acá: hay que pelearla día a día. La competencia entre nosotros es hermosa y sana”.
Pero el regreso de Dybala tendría un condimento especial e impensado: la número 10. Por iniciativa del entrenador Scaloni, la Joya tomó prestada la camiseta de Messi. “Algunos chicos me decían que la tenía que usar, pero fue una decisión del técnico. Alguien lo tenía que hacer porque es exclusiva de Leo y traté de responder al máximo. Todos de chiquitos soñamos con usarla. Después del gol miré al cielo para agradecerle a mi viejo, al que le había pedido que esté conmigo”, se sinceró el atacante. Y aclaró: “Nadie me la pidió porque todos saben que la 10 se va para mi casa”.
Ante Chile marcó su cuarto gol en 39 partidos con Argentina. Vestido de celeste y blanco ya anotó en amistosos (México en 2018), en Copa América (ante Chile en Brasil 2019) y en Eliminatorias (el jueves pasado ante los chilenos). Le resta, claro, el Mundial. Y Dybala apunta a tachar otro objetivo en 2026.