«Está atrincherado», fue la frase que se usó en uno de esos grupos de WhatsApp en los que los hinchas de Banfield debaten el día a día del club. Lo cierto es que Gustavo Munúa estuvo «virtualmente» despedido del cargo de entrenador del Taladro, pero dos días después fue ratificado y ahora continuará -al menos- hasta las elecciones que se celebrarán el 5 de octubre. ¿Qué pasó?

El entrenador uruguayo asumió como director técnico de Banfield el 22 de junio y firmó un contrato por un año. Pero tras 9 partidos la paciencia de la gente se agotó y ya piden un cambio. Hasta aquí, el uruguayo suma una victoria, 5 empates -entre ellos el de Copa Argentina ante Talleres de Remedios de Escalada que significó una eliminación por penales- y tres derrotas, la última ante Insituto como local por 2-1, el pasado domingo, por la fecha 13 de la Liga Profesional.

El Taladro se encuentra en el puesto 25 de la tabla (son 28 equipos) con 11 puntos y 24° en la clasificación anual, con 28 unidades, diez más que Central Córdoba de Santiago del Estero, equipo que ocupa el puesto de descenso. En los promedios está apenas más holgado, aunque solo tiene mejor registro que Riestra, Platense, Sarmiento, El Ferroviario e Independiente Rivadavia.

Con este panorama deportivo y con las elecciones a la vuelta de la esquina (el oficialismo aún no confirmó a su candidato y Eduardo Spinosa, el actual presidente, anunció que no se presentará para un nuevo mandato; por la oposición irá Matías Mariotto, hijo de Gabriel) las versiones se convirtieron en una bola de nieve.

Trascendió que Munúa había sido despedido por los dirigentes ante los malos resultados e incluso que ya se habían puesto en contacto con Walter Erviti para que lo reemplazara. La llegada del ex entrenador de Atlanta y Audax Italiano parecía inminente el lunes a la noche, pero en 24 horas todo cambió.

El martes, Munúa seguía en el cargo y este miércoles ante la consulta de Clarín, Spinosa afirmó: «Mientras yo sea presidente Munúa va a ser el entrenador de Banfield. Y agregó: «Mirá si me va a temblar el pulso para echar a un entrenador». Declaraciones que luego ratificó en diálogo con DirecTV.

Es que según se vio reflejado en algunos medios partidarios, en realidad Banfield no había podido concretar el despido de Munúa porque en el contrato no existía ninguna cláusula que al entrenador le impidiera reclamar cobrar la totalidad de lo pactado (es decir, hasta junio de 2025) y que el club no tenía el dinero para rescindir el vínculo.

Incluso, que a través de su representante, Pascual Lezcano, había amenazado con inhibir al club tal como había pasado tras su salida de Unión de Santa Fe, que le debía unos 600.000 dólares (al final llegaron a un acuerdo por un monto menor). Desde Banfield sospechan de una «operación» difamatoria. Tal vez de parte de la oposición, o del representante del entrenador. Pero niegan haber despedido al técnico. En palabras del presidente: «Me llamó la atención que dijeran que no le podíamos pagar, después de 12 años de crecimiento del club. Se estuvieron diciendo muchas cosas que no son ciertas».



Fuente Clarin

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