Scottie Scheffler logró este domingo la victoria final en el Tour Championship, disputado en el East Lake Golf Club de Atlanta, Georgia, que lo consagró como el mejor de la temporada. Lo hizo con un imponente 30 bajo par, aunque -20 real ya que comenzó con -10 por liderar la general de la FedEx Cup. Completó el torneo con cuatro rondas de 65, 66, 66 y 67 para embolsar un cheque de unos suculentos 25 millones de dólares. Sin embargo, la noticia tiene un contexto que abruma. La foto es mucho menos impactante que la película.

Porque Scheffler es el mejor golfista de la actualidad. Por lejos. Y nadie se puede atrever a refutarlo. El 2024 del número uno del mundo fue imponente. Incluyendo el oro en los Juegos Olímpicos de París, terminó la campaña con ocho victorias, dos segundos puestos, 17 top 10 y ningún corte fallado en 20 eventos disputados.

Y si eso impresiona hay más información. Sus siete victorias en torneos del circuito de la PGA son la mayor cantidad conseguida por un jugador desde que Tiger Woods consiguiera la misma cantidad en 2007. Y si no alcanza como medida se pueden enumerar otros nombres que que ganaron al menos siete veces en una temporada: Arnold Palmer, Jack Nicklaus y Tom Watson.

Ganar títulos es sinónimo de ganar dinero. Y ahí este gigante de 1,91 metro se convirtió en récord. Embolsó 62.228.357 dólares en este 2024 y es la mayor suma de dinero jamás ganada en una temporada en la historia de este deporte.

Scottie es el rey del golf y volvió a demostrarlo en Atlanta, Georgia.
Foto: ReuterScottie es el rey del golf y volvió a demostrarlo en Atlanta, Georgia.
Foto: Reuter

Una curiosidad: si se desglosan esas ganancias se puede decir que por obra y gracia de su talento ganó 3.000 dólares por cada minuto que pasó compitiendo sobre un campo de golf. Otra perlita: Ted Scott, su caddie -que va a porcentaje-, se llevó este 2024 algo más de cinco millones de dólares. Se metería, sólo por llevarle los palos y darle buenos consejos, entre el top 25 de los mejores del PGA Tour por encima de jugadores como Viktor Hovland, Tommy Fleetwood, Will Zalatoris y Justin Thomas.

Es una aplanadora. Hasta el 13 de febrero de 2022, el nacido en Ridgewood, New Jersey, no había podido ganar título alguno el circuito de la PGA. Fueron dos años de sequía. Hasta que hizo el click en en WM Phoenix Open luego de imponerse en el tercer hoyo de un desempate a muerte súbita contra Patrick Cantlay. De aquel primer festejo hasta este en el Tour Championship pasaron 931 días y la cuenta ya se elevó a 13, incluidos los Masters de Augusta de 2022 y 2024 y las últimas dos ediciones de The Players. Nadie lo hizo tan rápido. Jack Nicklaus necesitó 1.029 días y el propio Tiger Woods requirió 1.113.

Y siguen los datos: con su coronación en Atlanta, el golfista de 28 años acumula ganancias por 104.793.586 dólares y se acerca a los 120.999.166 dólares que Tiger ganó en el PGA Tour.

¿El secreto de su éxito? Lidera el circuito en 40 categorías estadísticas. Es súper completo. Y todo sin contar el episodio policial que vivió este año, cuando terminó esposado en medio del PGA Championship por un incidente de tránsito, que luego quedó en la nada.

«Fue un año muy largo. Fue un año muy divertido. Creo que emocionalmente ahora mismo estoy bastante agotado. Fue un año lleno de acontecimientos… Tuvimos un momento extraño en Valhalla, del que no sé qué decir, pero todo lo demás fue muy especial», resumió este domingo.

Y cerró: «Estoy orgulloso de los resultados. Es algo en lo que intento no centrarme demasiado, pero al fin y al cabo, poder ganar torneos es una gran sensación, y es para lo que trabajamos».

El viaje de Scheffler: del básquetbol al golf

La historia del Scheffler golfista nació cuando se mudó a Dallas. Su altura lo llevó a probar suerte en el básquetbol en la secundaria de Highland Park. Sin embargo, una vez que llegó a la Universidad de Texas se decantó por el golf. Allí, entre 2014 y 2018, comenzó a destacarse en el deporte que hoy lo tiene como su rey. Ayudó al equipo universitario a ganar tres veces los campeonatos del Big 12 y hasta fue condecorado como el mejor jugador de su edad cuando en 2015 se quedó con el Phil Mickelson Freshman of the Year.

No era sorpresa, claro: en 2013 ya había ganador el US Junior Amateur. Y en 2016 se clasificó para jugar su primer Abierto de los Estados Unidos, en el que no pudo pasar el corte luego de una esperanzadora primera ronda de 69 golpes. Competitivo al máximo, volvió a jugar aquel Major en 2017 y esa vez no sólo superó el corte -sólo lo hicieron dos aficionados-, sino que terminó el recorrido con un impacto por debajo del par para ser el mejor amateur. Vaya si prometía.

Impulsado por su interesantísima carrera como aficionado, Scheffler se ganó en 2019 su lugar para entrar, desde abajo, al circuito profesional. En mayo, logró su primera victoria en el Web.com, ahora llamado Korn Ferry en amor a su actual patrocinio, que es el tour de desarrollo del PGA. Fue en el segundo hoyo de desempate tras una ardua pelea con Marcelo Rozo, quien había liderado durante todo el fin de semana. Una muestra de templanza.

Y tres meses después, en agosto, firmó una espectacular tarjeta de doce golpes bajo el par para ganar en el Ohio State University’s Scarlet Course, torneo que era parte de la finales del circuito, y le dio los puntos necesarios para no sólo convertirse en el Jugador del año de la temporada, sino también para ganarse la tarjeta para participar en el PGA Tour. Todo meteórico como se ve.

Ya en la liga mayor, Scheffler empezó a mostrar que iba a ser un competidor feroz. En agosto de 2020 terminó en el cuarto lugar del PGA Championship, otro de los Majors del circuito, que le permitió embolsar más de medio millón de dólares en premios. Unos días más tarde, con la confianza a tope en su juego, estuvo a un golpe de establecer un nuevo récord en el circuito cuando firmó una tarjeta con 59 impactos (-12) en el torneo The Northern Trust. Fue la segunda vuelta más baja en la historia del PGA.

En 2021, en el que finalizó 18° en Augusta, 7° en el US Open y 8° en el Abierto Británico, se ganó un lugar para jugar la tradicional Ryder Cup de aquella campaña. Estados Unidos ganó y Scheffler se anotó una gran victoria en un mano a mano con Rahm en la última jornada de la competencia. Ese año pandémico fue algo así como la calma que antecedió al huracán.

Es que su historia era muy linda, pero este joven prodigio todavía tenía como asignatura pendiente ganar en el PGA Tour. Y llegó todo junto a partir 2022.

Meredith, las tres hermanas y el cáncer

Cristiano practicante y súper creyente, Scheffler está casado desde 2020 con Meredith Scudder, su novia de la secundaria, la misma en la que el número uno del mundo de golf todavía se debatía entre el básquetbol y el golf.

Una vez que terminaron en Highland Park, la universidad los alejó, pero no los separó. Mientras Scheffler ingresó a la Universidad de Texas, Scudder empezó a estudiar en la Universidad de Texas A&M, la contra, donde siguió Comunicación.

La pareja se mantuvo unida incluso cuando Scudder pasó un tiempo en Zambia, donde realizó una pasantía. Una vez de regreso a Estados Unidos y en el primer año de Scheffler como profesional, decidieron unirse en matrimonio.

«¡SÍ! No puedo creer que Dios me haya dado a mi mejor amigo para pasar el resto de mi vida. ¡¡¡No puedo esperar a ser tu esposa, Scottie!!!! Impresionado por la fidelidad y la bondad del Señor con nosotros. ¡¡¡Hagamos esto!!!», escribió Scudder en su cuenta de Instagram el día en que Scottie le propuso matrimonio.

Scudder, a quien se la suele ver en los torneos que juega su pareja, trabajó para diferentes organizaciones humanitarias, como Family Legacy y Live Beyond. También fue planificadora de eventos para la organización benéfica de su universidad, With Purpose.

Scheffler, además, tiene tres hermanas: Callie, Sara y Molly. Callie jugó al golf en Texas A&M, la universidad de Meredith, y fue su caddie cuando compitió en aquellas dos participaciones como amateur en el US Open.

En sus tiempos libres tiene activa participación en Triumph Over Kid Cancer, una organización creada por su amigo de la infancia, James Ragan, que falleció a los 20 años. Ellos también capitalizan sus ganancias.





Fuente Clarin

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