Las llegadas de Fabricio Bustos y Marcos Acuña, dos jugadores de jerarquía, pueden llegar a terminar con un viejo problema que River arrastra en los laterales. Al parecer, en su regreso, Marcelo Gallardo daría en la tecla para cambiar una situación que generó dolores de cabeza -y de malos cierres- en los últimos años.

Pero el hecho de hacer una inversión mayor (por Bustos se pagaron 5 millones de dólares y por Acuña, si bien llegó libre, se podrían abonar en un futuro 3 millones de dólares por objetivos cumplidos) en esos puestos, a los que se suman los millones desembolsados de los jugadores que llegaron en los últimos años, oculta una problemática que es tan actual como histórica a la vez: la falta de laterales surgidos en el club.

El “4” y el “3” de River, generalmente, a diferencia de otras posiciones, en una cantera muy prolífica, no son productos genuinos de la institución. De hecho, si se hace un repaso por los equipos campeones de América, se encuentra que solo en 1986, en la primera Copa Libertadores ganada, los dos marcadores de punta, Jorge Gordillo y Alejandro Montenegro nacieron futbolísticamente en Udaondo y Figueroa Alcorta. En 1996, Hernán Díaz y Ricardo Altamirano, surgidos en Rosario Central y Unión de Santa Fe, respectivamente. En 2015, estaban Gabriel Mercado (Racing) y Leonel Vangioni (Newell’s) y en 2018, Gonzalo Montiel (River) y Milton Casco (Gimnasia La Plata).

El último lateral formado en el club es Montiel. Pero hay que hacer una salvedad. El campeón del mundo, en verdad, era marcador central en las Inferiores y el que lo transforma en un formidable marcador de punta fue Marcelo Gallardo tras hacerlo debutar en Primera.

Gonzalo Montiel, el último lateral formado en las inferiores que se afianzó en River. Era defensor central. Foto: EFE/Juan MabromataGonzalo Montiel, el último lateral formado en las inferiores que se afianzó en River. Era defensor central. Foto: EFE/Juan Mabromata

Entonces, si se busca más atrás, recién se encuentran a principios de los 2000 a Ariel Franco y Lucas Mareque, dos buenos proyectos que no pudieron tener el despegue imaginado en Núñez. Y antes de ellos, estuvo Gustavo Lombardi, quien integró el súper plantel de Ramón Díaz, campeón local y de América en 1996 y fue titular en el equipo ganador del Apertura ’99.

Entonces, con tantos jugadores surgidos de sus Inferiores, muchos aportes a la Selección y una cantera prodigiosa, ¿por qué a River le cuesta sacar laterales? ¿O, en realidad, se trata de un problema en general del fútbol argentino?

Lombardi, en diálogo con Clarín, da una primera mirada, que va más allá de River. “No hubo ni hay grandes referentes en esa posición. Los chicos cuando empiezan a jugar, en general, no quieren jugar de lateral. Esto ya pasaba antiguamente, y hoy se potenció. Quieren jugar del medio hacia adelante. Al arco va el que tiene condiciones naturales para ese puesto. El que juega arriba, pero no es muy ducho y es grandote, termina siendo central. Entonces, ¿quién juega de lateral? Terminan siendo una reconversión, ya sea porque jugaban más adelantados o porque a los centrales los pasan de laterales”, analizó el ex futbolista, hoy periodista y comentarista deportivo.

Y agregó: “Por otro lado, hay también una deficiencia de los formadores en Inferiores. Porque esto no pasa solo en River, sino en el resto de los clubes. No salen grandes laterales en el fútbol argentino”.

Gustavo Lombardi, un lateral hecho en River. Foto: ArchivoGustavo Lombardi, un lateral hecho en River. Foto: Archivo

Gabriel Rodríguez, histórico coordinador de las Inferiores de River, también en charla con este diario, coincide en que “en parte es general”. Y añade una cuestión que tiene que ver con que “son etapas”. De hecho, asegura que de la categoría 2011 a 2008, es decir chicos de entre 13 a 16 años, “vienen camadas de laterales con gran potencial”.

Rodríguez también se lamentó por algunos jugadores que estaban marcados como para hacer carrera en River y que no pudieron lograrlo en el último tiempo. Hizo referencia a Elías López (lateral derecho) y a Facundo Medina (lateral izquierdo). López, además, sufrió lesiones, y fue cedido a otros clubes de Primera. En tanto, Medina, fue transferido a Talleres de Córdoba, y después al Racing de Lens francés.

Otros laterales que tocaron la Primera de River y no se asentaron hace poco tiempo también fueron Pablo Carreras, Franco Paredes, Manuel Guillén, por la derecha y Luis Olivera, Nahuel Gallardo, Felipe Salomoni, Santiago Montiel y Gonzalo Trindade, por la izquierda. Actualmente, en la Reserva juegan Enzo Aguirre y Lisandro Bajú, pero tendrían el mismo destino que los mencionados anteriormente.

Antes y después de que Gallardo hiciera lateral derecho a Montiel, llegaron jugadores por los que River hizo importantes erogaciones pero ninguno pudo adueñarse del puesto. Pasaron Jorge Moreira (2016), Alex Vigo (2021), Andrés Herrera (2022), y Agustín Sant’Anna (2024). Y en el medio también se intentó reconvertir a Robert Rojas (2019) y Sebastián Boselli (2023), quienes habían llegado como centrales.

Robert Rojas, otro central reconvertido en lateral por necesidad. Foto: AFPRobert Rojas, otro central reconvertido en lateral por necesidad. Foto: AFP

Del sector izquierdo, para ser alternativas a Casco (llegó en 2015 y los últimos años también alternó por derecha), arribaron Marcelo Saracchi (2017), Fabrizio Angileri (2021), Elías Gómez (2022), Enzo Díaz (2023) y Franco Carboni (2024).

Es más: desde la salida de Montiel, y desde que Casco empezó a alternar, en menos de 5 años, River desembolsó alrededor de 15 millones de dólares. Es el precio a pagar por un puesto que cada vez tiene más relevancia en el fútbol de hoy.



Fuente Clarin

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